lunes, 26 de junio de 2006

La madre de los Maceo.

Lunes 26 de junio del 2006

María Delys Cruz Palenzuela

Mariana Grajales Coello ha trascendido en la Historia de Cuba como el ejemplo de la mujer firme y decidida que forjó una familia digna y valerosa, hecha a toda prueba, para todos los momentos, para saber ofrendar sus vidas sin reparo.

Este 26 de junio se cumplen 198 años de su natalicio, en la ciudad de Santiago de Cuba.

Tuvo un primer matrimonio con Fructuoso Regüeiferos, el que falleció en 1840, nueve años después de casados, del que le nacieron cuatro hijos: Felipe, Fermín, Manuel y Justo.

Tres años después se unió a Marcos Maceo, y así dar vida a la prole integrada por Antonio, Miguel, Rafael, José, Julio, Tomás, Marcos, Dominga y Baldomera.

Cuando se produjo el estallido de la Guerra el 10 de Octubre de 1868, Mariana reunió a toda su familia y los hizo jurar que lucharían por la libertad de la Patria.

Sin vacilaciones y mucho menos sin claudicar, los sacrificios de esta mujer fueron desde entonces eslabones de una vida consecuente con la lucha independentista.

Mariana supo levantarse con inaudita rebeldía y trascender los patrones establecidos por la sociedad de su época, de ahí su dimensión patriótica.

Con su esposo e hijos se marchó a los campos de Oriente para convertirse en una mambisa; cayó su compañero, y cayeron varios de sus hijos, lo que acrecentó su firmeza en la lucha contra el colonialismo español. No llegó a conocer de las muertes de José y Antonio, y sólo sobrevivieron la Revolución Tomás y Marcos.

Con posterioridad al Pacto del Zanjón, en febrero de 1878, Mariana estuvo en Kingston, Jamaica, con la familia de su hijo Antonio; allí conoció a José Martí y a otros patriotas, a los que no dejó de alentar para que reanudaran la lucha.

Conocido es el hecho, que marca su ejemplo de mujer revolucionaria, cuando en 1877 cuidaba a sus hijos heridos José y Rafael, le suman a ellos a Antonio, al que traen en muy malas condiciones; ante aquel cuadro tan conmovedor, algunas de las presentes comenzaron a llorar, Mariana, que jamás se turbó ante tales circunstancias, exclamó su famosa expresión: ¡Fuera, fuera faldas de aquí! ¡No aguanto lágrimas!, y dirigiéndose a Marcos, su hijo más pequeño, le dijo: ¡Y tú, empínate, porque ya es hora de que te vayas al campamento!

Después del Pacto del Zanjón se fue al exilio en Jamaica, junto a su hijo Antonio y su nuera María Cabrales; en el humilde hogar que allí formaron recibió la visita de prestigiosos patriotas cubanos entre los que se cuentan José Martí y Flor Crombet. Todavía en aquellos momentos, Mariana, daba ánimos a quienes buscaban recursos para continuar la guerra en Cuba.

Mariana Grajales dejó de existir el 27 de noviembre de 1893, en Jamaica.

Enterado Martí de la dolorosa pérdida le escribió a Maceo: "(...) Y de su gran pena de ahora, ¿no ve que no le he querido hablar? Su madre ha muerto. En Patria digo lo que sacó del corazón la noticia de su muerte, le escribí en el ferrocarril viniendo de agenciar el modo de que le demos algún día sepultura, ya que no pudo morir en tierra libre; ése, ese oficio continuo por la idea que ella amó es el mejor homenaje a su memoria. Vi a la anciana dos veces y me acarició y mimó como hijo, y la recordaré con amor toda la vida (...)".

martes, 20 de junio de 2006

La cultura martiana en un haz.

Miralys Sánchez Pupo, Colaboradora de Rebelde
Junio 20 del 2006, 1:00pm

La mención del término cultura conduce a las imágenes propias de las expresiones de algunas de las manifestaciones artísticas, pero en el caso de José Martí, el concepto se amplía de forma extraordinaria al incluir en la apreciación conceptual todas las variantes que inciden en la humanidad para hacerla más plena y ecuménica.

El lenguaje martiano describe con la belleza de su prosa cotidiana en las páginas de su periodismo temas tan diversos como los valores del puente de Brooklin, una exposición de flores, las noticias científicas de diversos perfiles, la exposición de los pintores impresionistas franceses en Nueva York o la exposición de París escrita en la Edad de Oro para el acercamiento con sus más pequeños lectores de América.

La cultura antropológica le apasionó como demuestran las páginas de su Sección Constante, una joya además de científica propia de la cultura. Los comentarios del reportero expusieron con lujo de detalles que no se perdía un congreso importante, la conferencia de un científico, un espacio de la ópera digno de ser apreciado como un reflejo social aspecto ratificado en su idea “ hierra el que ve la vida simple”.

Los términos éticos se pasearon por las opiniones políticas. Ese fue el camino que lo llevó a la máxima unitaria para la lucha de construir en el futuro horizonte del cubano libre la conquista de la nueva república “con todos y para el bien de todos”que aportó desde la visión de su cultura política.

Pero en este campo como en otros nunca asumió doctrinas ni fórmulas rígidas idea que sintetizó para educar a sus semejantes bajo el síntesis de que “no hay patria sin virtud”, sobre la que asumió su defensa de José María Heredia ante las críticas de sus contemporáneos. Era necesario apropiarse del sol moral por encima de todo y dejar pequeñeces que no aportan al hombre en sentido general.

La cultura política tuvo en Martí un original proyecto para la futura unidad continental. Animó desde su ensayo Nuestra América que era imprescindible no copiar los métodos y procedimientos prevalecientes en la vida política de Estados Unidos, pero tampoco el calco de las jóvenes repúblicas eran un sano ejemplo para el futuro.

Sobre la idea de la originalidad estaba patente en el ámbito de un hombre que asumió la asimilación de todo tipo de ideas pero para analizarlas sin la asimilación impensada sobre sus consecuencias. El haz martiano de análisis ante la vida se resume en su idea central de que en todo debe prevalecer el equilibrio de las partes para alcanzar el éxito político y social.

Doña Leonor Pérez, la madre de José Martí.

Por Gislania Tamayo Cedeño


Publicado: 19 de junio de 2006


Nació el 17 de diciembre de 1828 en Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias. En noviembre de 1842, con solo 14 años de edad, llega a Cuba acompañada por sus padres y su hermana Rita.

Familia con una holgada posición económica, le sigue sonriendo la suerte en La Habana; su padre que era músico y oficial de artillería, gana la lotería y compra una buena casa en la calle Neptuno.

Leonor sabía leer y escribir, algo grande para los infantes de entonces en Canarias, había aprendido sola en un juego de niños.

Su posición social en La habana le permite vivir una vida plena para la época, pues disfrutaba de muchas posibilidades intelectuales que antes no poseía.

El 7 de febrero de 1852 contrae matrimonio con Mariano Martí Navarro, sargento primero del Cuerpo de Artillería.

A partir de entonces Rita y Leonor deciden vivir juntas en la casa de la calle Paula.
El 1856 el matrimonio viaja a Valencia para asentarse allí, ya llevan consigo al retoño de ambos, al pequeño José, de solo tres años.

Doña Leonor era una mujer rebelde, sostenía sus criterios y estaba acostumbrada a gobernar en su casa, a pensar y a decir sus pensamientos; pero esto no la exime de ser dulce y cándida.

José Martí es el primer hijo, esto le permitió dedicarse por entero a su cuidado los primeros años de su vida, y por supuesto su influencia de mujer sobresaliente influyó en la formación esencial de su vástago.

La enseñanza de José Martí era algo tan fundamental para su madre que lo inscribe en el colegio de San Anacleto, donde aprendería además inglés, y francés.

Martí le profesaba un amor sin límites a la progenitora de sus días, a la que en una ocasión le escribe:

El enemigo brutal/ nos pone fuego en la casa: / el sable la calle arrasa/ a la luna tropical/ pocos salieron ilesos/ del sable del español:/la calle al salir el sol/ era un reguero de sesos./Pasa entre balas un coche:/ entran, llorando, a una muerta:/ llama una mano a la puerta/ en lo negro de la noche./ No hay bala que no taladre/el portón; y la mujer/ que llora me ha dado el ser:/ me viene a buscar mi madre./ A la boca de la muerte/ los valientes habaneros/ se quitaron los sombreros/ ante la matrona fuerte/ y después que nos besamos/ como locos, me dijo:/ vamos pronto, vamos hijo:/ la niña está sola: vamos.

Era una mujer tenaz, capaz de entender los ideales políticos y sociales por los que luchaba su hijo, de darle aliento para que no decayera, aunque a veces cuando le escribía lo instaba a reflexionar…” quien nace Cristo, muere crucificado…

La muerte de su hijo la sume en un profundo silencio de dolor que ella solo podía entender, hasta que muere el 19 junio de 1907.

miércoles, 14 de junio de 2006

Debe educarse para saber superar problemas de manera creativa.

Instalan la cátedra José Martí en la Universidad Intercultural de Chiapas.

JAVIER MOLINA CORRESPONSAL

San Cristobal de las Casas, Chis., 11 de junio.
Educar es preparar al hombre para la vida, brindarle los conocimientos, las vías y métodos para que pueda enfrentar creativamente los problemas para no quedar neutralizado por el medio social en que vive. Este es uno de los pensamientos que guían la tarea educativa en Cuba, explicó la doctora Ana Sánchez Collazo, directora del Centro de Estudios Martianos, del Consejo de Estado de la República de Cuba, quien vino a esta ciudad para participar en la instalación de la cátedra José Martí en la Universidad Intercultural de Chiapas.

Crear es la palabra de pase de esta generación, afirmaba el poeta y revolucionario cubano. "Por ello en las escuelas se trata de desarrollar la creatividad en el ser humano, de utilizar métodos activos que permitan la comunicación entre maestros y estudiantes, los que no son meros receptores, sino al contrario, participantes activos: se trata de establecer más un diálogo horizontal que un monólogo".

La misión de la universidad cubana es preservar, desarrollar y promover la cultura -explicó la doctora-: preserva por medio de la docencia, desarrolla mediante la investigación y promociona por conducto de la extensión universitaria. "Las universidades deben convertirse en el centro cultural de la comunidad en donde se hallen enclavadas".

Informó que en Cuba, actualmente, se tiene 98 por ciento de escolarización en el nivel primario, en el nivel medio, 97 por ciento, y en la educación superior 500 mil matriculados, prácticamente 65 por ciento de los estudiantes que han terminado el nivel medio. En la Isla hay en estos momentos 64 universidades y 362 sedes universitarias.

"Se está llevando ahora a cabo un proceso que es la universalización de los conocimientos de educación superior, y que consiste en llevarlos a todos los municipios del país, a fin de desarrollar la cultura integral de todo el pueblo cubano y de facilitar el acceso a la universidad. En los municipios se crean las sedes de instrucción superior: se escoge una escuela de educación primaria o media en un municipio, y ahí se instala la sede de la Universidad Pedagógica, la cual envía profesores a impartir la docencia. En todos los municipios del país hay sedes universitarias; la escuela que atiende ciencias médicas, por ejemplo, escoge un hospital del municipio y ahí está la sede de esa carrera."

Flexibilidad, vital para aprender

El plan de estudios de la universalización tiene tres principios: la flexibilidad, la enseñanza centrada en el estudiante y el desarrollo de las habilidades del estudio independiente. "La flexibilidad significa que las carreras están diseñadas para que en cada semestre se impartan cuatro asignaturas, por lo tanto en un año se cursan ocho y en seis años se obtiene la graduación. Ahora bien, un estudiante puede cursar dos o tres asignaturas, en función de sus posibilidades: el ritmo se lo impone el estudiante, a partir de sus propias posibilidades: ahí está la atención a la individualidad.

"La enseñanza está centrada en el estudiante porque en las clases el maestro, mediante preguntas, hace razonar al alumno junto con él para llegar al conocimiento, de forma tal que el alumno sea el que descubra ese conocimiento: el maestro no imparte un conocimiento ya acabado, sino que induce al alumno a llegar a él. Y el desarrollo de las habilidades del estudiante es necesario porque en estos momentos, dado el desarrollo científico-técnico, no se puede impartir todo el conocimiento durante la carrera. Entonces se prepara al estudiante para que él, por sí mismo, pueda superarse y actualizarse, a fin de que no se quede atrás del desarrollo del conocimiento".

La doctora Ana Sánchez Collazo afirma que el desarrollo de la educación y la salud constituye un objetivo de la política estatal de Cuba. "El mayor porcentaje del presupuesto se le dedica en mi país a la educación y a la salud. En primer lugar porque nuestro país es pobre en recursos naturales, y su principal recurso es el humano, entendiendo por éste la formación cultural y profesional del pueblo, unido a los valores éticos, porque lo importante es preparar profesionales con un alto nivel de conocimientos, pero con valores humanos, que se sientan comprometidos con su patria y con la humanidad. Y eso es lo que permite que nuestros profesionales den su conocimiento en bien de los pueblos de América Latina".

El Centro de Estudios Martianos se creó en 1977 por una resolución del Consejo de Estado de la República de Cuba. Es un centro de investigación que tiene, entre sus objetivos, propiciar el estudio de la vida y la obra de José Martí, promocionar toda su obra y tener la custodia de todas sus pertenencias. "Yo tengo la custodia de todos los manuscritos que aún son inéditos" -nos dice su actual directora. Y platica que el centro está ubicado en la casa donde vivió el único hijo que tuvo José Martí: José Francisco Martí Zayas Bazán, a quien el poeta cantó en Ismaelillo, nombre inspirado en el Ismael bíblico.