miércoles, 25 de octubre de 2006

La patria grande es Nuestra América.

Año 6 25/10/2006 12:49
Autor: MERCEDES SANTOS MORAY

Desde su juventud, el Apóstol José Martí insertó a su Cuba amada en el proyecto mayor de su liberación, no solo en la contextualidad geográfica de las Antillas y el Caribe, sino en el universo de lo que él, desde entonces, comenzó a nombrar como "Nuestra América", ese territorio y comunidad de intereses, etnias, tradiciones, culturas e historia que se expanden desde el Río Bravo hasta la Patagonia, y cuya vigencia se subraya en nuestros días, como un implícito reclamo de los padres fundadores, escenario histórico de la independencia cubana.

José Martí vivió años de destierro en España durante su adolescencia, y también la experiencia de las que él llamó "dolorosas repúblicas" nacidas en el proceso del liberalismo decimonónico en México, Guatemala y Venezuela.

También presenció en su calidad de testigo excepcional la construcción de la Modernidad, durante los tres lustros de su exilio en los Estados Unidos, mientras ese país emergía de la guerra civil, abría su espacio a miríada de emigrados, y avanzaba tecnológica, cultural y socialmente hacia la era de los monopolios, el capital industrial y financiero, definiendo su política voraz, que lo convertirían, en la próxima centuria, en una potencia a escala mundial, particularmente significativa en el desarrollo histórico de los pueblos de América a los que veía como su "traspatio natural", en la política expansionista del imperio.

Ambos horizontes, y tales experiencias históricas, permitieron al cubano José Martí convertirse en el continuador legítimo del ideario bolivariano, ante las nuevas realidades política, económica y social del trasvase entre el siglo XIX y el XX.

Desde su sensibilidad humana, avalada también por su condición de artista y de poeta, pudo Martí revistar el pensamiento de Simón Bolívar y de los próceres de la independencia, y construir un proyecto que desde la independencia de Cuba y Puerto Rico, se tradujera en aquella estrofa, que para él faltaba en el poema de 1810.

Así, el latinoamericanismo martiano, deudor del bolivariano, desde sus orígenes se enfrentaría a las manipuladoras ideas del panamericanismo y abordó, en medio de la emergencia del imperialismo norteamericano, las perspectivas de desarrollo de los pueblos de Nuestra América, como parte indispensable del equilibrio del mundo, teoría política que trasciende su época y cobra mayor vigencia en nuestros días.

Los valores propios del llamado por él hombre natural, del proceso histórico de la construcción de las identidades, la cultura como manifestación de las esencias y no de las apariencias, en defensa del perfil auténtico y con mirada orgánica, nunca mimética ni dependiente, se manifiestan igualmente en el proyecto martiano de una América otra.

Su presencia en las sesiones de los congresos realizados en Washington, donde se gestó la política expansionista del panamericanismo en el área continental, y su temprana defensa del diálogo, de igual a igual, con todos los pueblos y naciones del mundo como vía de desarrollo, avaló también la formación de esta doctrina política profundamente revolucionadora, que se asienta en las necesidades históricas de América Latina y el Caribe, en la cual los pueblos del subcontinente encuentran todavía respuesta a sus propios y complejos problemas.

Cuba, América Latina y el espacio más abarcador que él calificó como Patria, al afirmar que "Patria es Humanidad", permitieron al genio político de José Martí adelantarse a sus coetáneos en el diseño de un programa liberador que no se limita a esquemas ni fórmulas superestructurales, sino que se desplaza hacia el corpus de la historia, en toda la diversidad manifiesta entre los pueblos latinoamericanos y caribeños, insertos en el contexto mayor de la especie humana como destino.

Uno de sus textos más lapidarios, el conocido ensayo Nuestra América, así como también sus discursos sobre Bolívar y el nombrado Madre América, pronunciados por José Martí en la Sociedad Literaria Hispanoamericana, en Nueva York, responden a una línea de pensar complejo, de profunda médula dialéctica que se apropia, por la vía epistemológica, de la historia y la somete a una demoledora crítica desde el análisis de todos y cada uno de los períodos, desde las culturas aborígenes hasta la colonia y la república.

Hombre de su tiempo y de todos los tiempos, José Martí supo articular un proyecto de cambio, profundamente enraizado en los acontecimientos y sucesos de la historia latinoamericana y caribeña, bien conocidos por él y sometidos también a un pensamiento crítico, en el que se manifiesta además la apropiación del legado filosófico de su época, no para emular con este ni para aceptarlo pasivamente, sino como instrumento de estudio, siempre adecuado a las propias realidades políticas, económicas y sociales de Nuestra América.

Quien como José Martí se manifestó en múltiples esferas de la vida, desde la creación literaria al periodismo y a la acción política, al organizar y preparar un programa y una acción revolucionaria que condujera al pueblo cubano a la última guerra de independencia, pudo construir su teoría y dar énfasis práctico, desde la apropiación también legítima de la experiencia histórica de las naciones y culturas de América Latina.

Es desde esta mirada suya que José Martí nos lega un pensamiento dialéctico, coherente y complejo, que responde no al voluntarismo sino a las demandas y urgencias de la propia historia de América y del mundo, y la propia vida lo ha demostrado, como en el pasado siglo XX, en el cual, como en estos primeros años de la actual centuria, las líneas de la política martiana resplandecen no como utopías infranqueables, sino como propósitos realizables a favor de las masas más humildes, que no conocen todavía, a pesar de la independencia formal de nuestras repúblicas, la justicia social y la cultura.

---------------------------------------------Fuente: EXCLUSIVO, 25/10/06

martes, 24 de octubre de 2006

Intelectuales disertan en Madrid sobre el Martí modernista y el institucionalizado.

Como parte del ciclo Clásicos de la Modernidad, la Casa de América de Madrid presentó este lunes la conferencia José Martí: Patria y poesía, con la participación del poeta y ensayista Antonio José Ponte y el académico español Carlos Javier Morales, quienes abordaron opiniones encontradas.

Profesor de Literatura en el Instituto Isidra de Guzmán de Alcalá de Henares, Morales habló de Martí como "iniciador de la modernidad, al menos en la literatura en lengua española", y señaló que se trata de un autor "hoy por hoy, poco leído en España, aunque los estudios martianos en los últimos 15 años se han incrementado muchísimo".

En este sentido, el profesor comentó que Martí "llega un poco tarde al lector español" porque siempre se ha pensado que Rubén Darío "es el gran autor del Modernismo y cuando se habla de Martí es como un precursor".

Según Morales, José Martí es "un intelectual, un líder político moderno, en cuanto que sabe distinguir la acción de la palabra poética" y en su literatura "no hay peligro de didactismo ni contenidismo".

Asimismo, añadió, "se anticipó en su obra a autores cumbres de la literatura en lengua española e hispanoamericana", como César Vallejo, y "habla del hombre en su vivir cotidiano, existencial, que es propio de la filosofía más genuina del siglo XX".

En palabras del académico, Martí "se adelanta a esa vertiente que se considera postmoderna (…) donde el hombre se hace centro otra vez con su preocupación inmediata (…) Es universal, pero está empapado en su vivir cotidiano sin dejar de ser un hombre crítico".

"Si pasamos página a los grandes temas de la Modernidad, Martí abarca un espectro más amplio de preocupaciones y no por ello desmerece literariamente", apuntó Morales.

Imponer la exclusividad de un clásico

En cambio, desde su "impresión personal", Antonio José Ponte se refirió a la "sofocación martiana" dada por la saturación que existe entre los cubanos de la obra y figura de José Martí, "llamado Apóstol en una orilla y Héroe Nacional en otra".

"No es raro que un régimen político como el cubano actual, regido por un único líder y donde la legislación vigente sólo admite la existencia de un partido político, imponga la exclusividad de un clásico", dijo.

Ponte explicó que "para tal imposición, se hace necesario expurgar de la obra de José Martí ciertas piezas de difícil acomodo. Y se procede entonces a privilegiar frases que, de tanto repetirlas en lemas, hagan olvidar a las demás, por peligrosas que resulten".

El ensayista comparó los puntos de vista del exilio y de las autoridades de la Isla a partir de dos artículos publicados recientemente en la prensa de Miami, y agregó que "es de esperar que en la dispersión del exilio muchos cubanos acudan al ejemplo de Martí, capaz de vislumbrar desde su exilio una Cuba adonde regresar".

"No pierdo de vista en la Isla y en el exilio, la profunda extrema ridiculez de esas defensas, la fiebre con que han sido pronunciadas (…) Vale preguntar cuánto propicia la obra escrita de José Martí los usos que se hacen de ella", afirmó.

Ponte se preguntó si "acaso la ridiculez de sus seguidores, el anacronismo, ¿no es despertado por la ridiculez o anacronismo del ídolo?".

Y al comparar a Martí con Darío, dijo que las "mismas calidades dudosas (de Darío) difícilmente encuentran perdón en Martí, cuando de antemano viene dicho que son sagradas, adorables, y que entramos en ella en lo religioso".

En relación con los contemporáneos, añadió, "la diferencia es que ninguno de estos intenta imponerse tan rotundamente sobre el lector, ninguno tuvo tan urgente misión. Y sobre ningún otro se han volcado tantos seguidores. Porque ninguno ha provocado a tantos sacerdotes, en un amago de religión de Estado".

Para concluir, Ponte expresó: "leído dentro de esa atmósfera religiosa, como me tocó leerlo a mí, José Martí resulta insoportable (…) Hasta el punto que a veces he deseado acercarme a sus páginas como si se tratara de un autor desconocido al que traducen por primera vez al español".

Según el autor de El libro perdido de los origenistas, tras esa lectura de Martí se vislumbra una figura "discutible como autor y como hombre, porque un clásico, aun cuando parezca un ente bastante fijo, es un ente en discusión, continuamente haciéndose y deshaciéndose, fundándose y arruinándose".

"Mejor entonces que el Martí que he leído hasta hoy, el que llegaré a leer", agregó.

lunes, 23 de octubre de 2006

Mesa redonda 'José Martí: Patria y poesía' en Casa de América

lunes 23 de octubre de 2006

Mesa redonda José Martí: Patria y poesía, como parte del ciclo Clásicos de la Modernidad. Con la participación de Carlos Javier Morales, profesor de Literatura en el Instituto Isidra de Guzmán de Alcalá de Henares, y el poeta y ensayista Antonio José Ponte. Presenta y modera: Carlos García Gual.

El lunes 23 de octubre, a las 19:30 horas, en la galería Americana de Casa de América (Paseo de Recoletos 2; www.casaamerica.es).

domingo, 22 de octubre de 2006

José Martí, Antología poética.

Página/12
LibrosDomingo, 22 de Octubre de 2006
Por Sonia Santoro

/fotos/libros/20061022/notas_i/libro05.jpgJosé Martí es una figura insoslayable de las letras y la política latinoamericana de todos los tiempos, máximo prócer y padre de la independencia cubana, prolífico escritor y poeta. Martí fue testigo de algunos de los hechos fundamentales de la historia contemporánea como el procesamiento de los Mártires de Chicago, la conferencia Panamericana en Washington, los mítines de inmigrantes socialistas y anarquistas. Tras su temprana muerte, dejó una vasta obra, cuya edición, en nuestro país, corrió diversa suerte. La especialista en Literatura Latinoamericana, Susana Cella, selecciona y prologa esta antología poética, destinada, especialmente, a la escuela media, con una precisa introducción para comprender la poesía martiana, sin dejar de lado los espíritus curiosos. El volumen reúne lo más excelso de su producción poética: Ismaelillo –dedicado al hijo que tuvo con Carmen Zayas Bazán–, Versos Libres –que no publicó en vida–, Versos Sencillos –donde se encuentra la letra de la famosa “Guantanamera”–, Versos Varios –que reúne algunos de sus poemas más sublimes (“Cual incensario roto huye el perfume/ así de mi dolor se escapa el verso/ me nutro del dolor que me consume./ De donde vine, ahí voy: al Universo”), y Versos de la Edad de Oro– bajo cuyo nombre se publicaron cuatro números de poemas para niños. Asimismo, presenta las primeras composiciones rimadas y versos de circunstancia, más una serie de preguntas bajo el título “Lectura de la Poesía” para orientar su estudio y apreciación.

Martí fue un precursor del modernismo y su más claro antecedente latinoamericano sin ser un típico modernista, al estilo de Darío. Sin embargo, en palabras de Cella, comparte con ellos “el afán de hallar un timbre nuevo”, rescatar lo mejor de la tradición de la lengua. Sus versos proyectan una poética inédita para su tiempo, con “sonoridades difíciles” pero de una delicadeza y ternura, especialmente en la relación padre-hijo varón, inusitada no sólo para el momento en el que fue creado sino incluso al día de hoy. Al mismo tiempo, da cuenta de un programa literario donde “el verso escultórico, vibrante como la porcelana... espada reluciente” es una lengua bayoneta –como diría Dylan Thomas– que sirve para revolucionar, y que habla de un tiempo en el que la poesía tenía una función social concreta.

Que el padre de la patria de Cuba tenga ese corazón fuerte, blando, grave, escribiendo versos y no máximas coercitivas, como San Martín a su hija Merceditas, explica muchas de las diferencias entre la isla y el resto de Latinoamérica. José Martí sigue siendo un modelo cabal de hombre, una figura ideal y un poeta mayor cuya producción literaria continúa a la espera de circular en la Argentina como mucho más que un prócer libertario, como si eso no fuera ya suficiente.

lunes, 16 de octubre de 2006

Siempre nuestro Martí.

Angelita Soto Cobián,
Periodista de Rebelde
Octubre 16 del 2006, 9:30am

Le tomo algunos datos a mi admirado colega y amigo Luis Hernández Serrano para informarles que la almohadilla de olor que la célebre "niña de Guatemala" regaló a nuestro José Marti hace 129 años fue situada junto al buró y la silla donde el Apóstol de Cuba firmó la orden de alzamiento el 24 de febrero de 1895, que atesora la Fragua Martiana, en la capital cubana.

Según informó el profesor y museólogo Regino Sánchez Landrián, "aunque todas las reliquias del Apóstol poseen ternura, ésta es la más tierna". También destacó el hecho de que este recuerdo se haya conservado durante tantos años.

La almohadilla es rectangular, mide 37,5 centímetros de largo, 25 de ancho, tres de grosor y pesa alrededor de una libra. Un cordón dorado cierra sus contornos y termina en cuatro lazos. Su tela, lanca y rosada, está bordada con ramas y flores.

Según se ha investigado, fue obsequiada al Apóstol José Marti en noviembre de 1877, por María Josefa García Granados Savorio, hija del ex presidente de Guatemala, General Miguel García Granados, español, y de la guatemalteca Cristina Savorio García. La muchacha, de 17 años, era alumna de las clases de composición impartidas por Martí, con 24, en la Academia de Niñas de Centroamérica. ¡Qué hermosos datos, qué tesoro podemos disfrutar en la Fragua Martiana!

sábado, 14 de octubre de 2006

Crean institución cubana coordinadora de estudios sobre José Martí.

La Habana, 14 oct (PL) Intelectuales, artistas y centros dedicados al estudio de la vida y obra de José Martí, prócer de la independencia cubana, acordaron constituir el Comité Cubano de Instituciones Martianas, informaron hoy medios locales de prensa.

El objetivo del nuevo comité, según declararon los fundadores, es defender la figura y ejemplo de José Martí como escudo de la identidad nacional y guía válida para la búsqueda del nuevo pensamiento que necesita el siglo XXI.

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jueves, 12 de octubre de 2006

Rechazan busto de Martí por "extranjero y cubano"

» Cancelan develación de la estatua, donada por el cónsul general Eulogio Rodríguez.

Jueves 12 de octubre de 2006
SAÚL MALDONADO CORRESPONSAL


Las autoridades de Durango se comprometieron a derribar el pedestal en el cual iba a colocarse la efigie de José Martí - Foto: Saúl Maldonado.

Durango, Dgo., 11 de octubre. Habitantes del fraccionamiento Jardines de Durango -alguna vez exclusivo y hoy venido a menos-, encabezados por el ex diputado local panista Rubén Velasco, impidieron la instalación de un busto de José Martí en el jardín principal del conjunto habitacional residencial, con el argumento de que el poeta, promotor y mártir de la independencia de Cuba ''es extranjero y es cubano''.

''Tenemos otras prioridades en el fraccionamiento. No sé por qué se les ocurrió ésta (a las autoridades municipales)'', comentó el sacerdote del templo católico de la comunidad, Gerardo Estrada, sobre el busto donado por el cónsul general de Cuba en el centro y norte de México, Eulogio Rodríguez Millares. El diplomático cubano tenía previsto develar la obra el martes, pero el acto se canceló.

''La gente aquí, no toda, pero sí una parte, no quiso que se pusiera esta estatua de José Martí en estos jardines. Dicen que porque es extranjero y es cubano, pero aclaro: una parte menor no objetaba la estatua, pero otra sí, y por ello se decidió no permitir su instalación'', afirmó el sacerdote Estrada, encargado de la parroquia de Santa Rosa de Lima, ubicada en el fraccionamiento.

El clérigo señaló que trabajadores de la presidencia municipal capitalina llegaron a Jardines de Durango el pasado fin de semana para iniciar la construcción de la base del busto. Ningún habitante del lugar supo entonces para qué eran esos trabajos, y cuando ya estaban casi concluidos, uno de los burócratas mencionó que se pretendía instalar en el lugar una estatua de José Martí, que sería develada el martes.

En respuesta, habitantes de Jardines de Durango se opusieron a que los trabajos continuaran, y exigieron que el busto no fuera instalado. El párroco Estrada aseguró que las autoridades municipales aceptaron no develar la obra y se comprometieron a derribar el pedestal. El Instituto Municipal de Arte y Cultura confirmó la cancelación de la inauguración del busto.

miércoles, 11 de octubre de 2006

Inauguran Parque José Martí en capital de Turquía.

Un parque, en cuyo centro se levanta un busto de José Martí, fue inaugurado hoy en un céntrico lugar de Ankara, la capital de Turquía, como parte de las actividades por el Día de la Cultura Nacional de Cuba.

El escultor turco, Metin Yuldanor, autor de la obra, se inspiró en el ideal antimperialista del Apóstol para plasmarlo en este monumento, señala una nota de prensa de la embajada cubana en Ankara.

Muzafer Eryilmaz, Alcalde del Municipio de Chankaya, donde está ubicado el parque, habló sobre la similitud y la importancia que tienen para ambos pueblos las ideas del prócer turco Kemal Ataturk y José Martí.

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domingo, 8 de octubre de 2006

ESCULTURA URBANA EN TELDE: BUSTO DE JOSÉ MARTÍ.

Noticia publicada Domingo, 08 octubre a las 08:50:00 por admin
HISTORIA DE TELDE

Pedro A. Naranjo (*)

BUSTO DE JOSÉ MARTÍ, de Eva Montoso Pericás(**)
Se trata de una escultura de bulto redonda o exenta, concretamente un busto elaborado en bronce con la técnica de fundición. Es una obra de carácter figurativo. En el mismo, se nos muestra un personaje que porta una chaqueta, camisa de cuello alto y redondeado y una “pajarita”. El tamaño de la obra no corresponde con el natural, sino que posee una escala mayor. El rostro está tratado con un realismo intenso, sin señalar los globos oculares, lo que le da un aire más misterioso. Posee un bigote muy poblado y una pequeña “perilla”que marcan el carácter de las comisuras de sus labios. El tratamiento rugoso a nivel facial, junto con el tratamiento del vello rizado con frente despejada, nos da un aspecto de un hombre curtido por el paso de los años y aparentemente algo cansado pero que no pierde un ápice de carácter enérgico y decidido en la idea que le ronda la mente, lo que refrenda un tratamiento psicológico bastante bueno del personaje representado.

En la parte media de la peana en forma de pirámide truncada e invertida que le sirve da arranque: situada en un parterre de la calle Dr. Hernández Benítez, justo delante del edificio de Correos y Telégrafos de la Ciudad de Telde, leemos lo siguiente: “Soy cubano, y he padecido mucho por serlo; pero mi padre fue valenciano , y mi madre es canaria, y así como ellos, me tuvieron en mi tierra, así tengo en mí un ardentísimo cariño para mis dos patrias”.

La obra fue inaugurada el día 29 de octubre de 2001. En el acto de inauguración se descubrió el busto de unos sesenta kilos y una altura total, incluyendo el pedestal, de dos metros. José Martí nació en La Habana el día 28 de enero de 1853. Su padre Don Mariano Martí era español, concretamente valenciano y su madre Leonor Pérez era también española, concretamente de la isla de Tenerife. Por su parte la abuela de Martí era natural de la Vega de San Mateo de Gran Canaria. Con apenas 16 años “Pepe”, como lo conocían cariñosamente, desea entrar en acción y escribirá notas de burla y censura a las autoridades y a la política en una hoja impresa denominada “El Diablo Cojuelo” y en el periódico “La Patria Libre”, donde se publica su poema dramático Abdala.
El encarcelamiento de Martí en 1870 le inspira su libro “El presidio político en Cuba”. Y es desterrado a España. Allí acabará su drama “Adúltera”. Después de cuatro años de destierro, vuelve a tierras americanas: México, Guatemala y regresa a Cuba, donde posee un bufete de abogado con su mujer: la cubana Carmen Zayas Bazán y un hijo pequeño: Ismaelillo. Pero él sólo vive para liberar a Cuba de España. De ahí que, prepara una conspiración por lo que nuevamente sale deportado a España en 1879. Es su segundo destierro hasta 1880. Luego pasa un año en Nueva York en donde escribe artículos en la revista “The Hour” y “The Sun”. De ahí, pasará a Venezuela, donde escribirá en el periódico “La Opinión Nacional” y llegó a publicar una revista suya: la Revista Venezolana pero su presencia inquieta a las autoridades de ese país que lo obligan abandonar en 1881, regresando nuevamente a Nueva York donde publicará su obra poética “Ismaelillo” y también sus “Versos libres”. Por otro lado, una actividad fecunda en numerosos diarios para diversos lugares: Caracas, Buenos Aires, Bogotá, México, Montevideo... En New York, escribirá una novela: “Amistad funesta” para una revista de Nueva York. Pero sigue su empeño por lograr la independencia cubana y crea la revista mensual, dedicada a los niños de América “La Edad de Oro” en 1889; año en el que enferma y le recomiendan un retiro al campo, donde escribirá sus “Versos sencillos”.

Martí fundará el Partido Revolucionario Cubano en 1892 y el periódico “Patria”, con el fin de mantener los ánimos de lucha encendidos donde deja magníficas palabras: El día 19 de mayo de 1895 fallece tras recibir tres impactos de bala en su eterna lucha por la independencia de Cuba.

(*) Pedro Andrés Naranjo es licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Granada, profesor del IES José Arencibia Gil y secretario de El Casino La Unión de Telde.

(**) Información extraída del libro La escultura urbana en Telde, del que es autor Pedro Andrés Naranjo Jiménez.

jueves, 5 de octubre de 2006

Martí en francés.

Por: Carmen Suárez León
05 de Octubre, 2006

A partir de este mes de octubre la revista digital en francés Lettres de Cuba, editada por Cubarte (www.lettresdecuba.cult.cu) contará con la sección “Lire Martí”, en la que se presentarán textos del patriota y poeta cubano traducidos por reconocidos traductores con una larga ejecutoria como estudiosos de José Martí, como es el caso de Jacques François Bonaldi y Jean Lamore. Estos excelentes traductores han trabajado con la obra martiana durante gran parte de su vida en su condición de escritores e investigadores.

Lettres de Cuba ha creído que es de gran urgencia y actualidad difundir la poesía y la prosa del más universal de todos los creadores hispanoamericanos en el mundo francófono, ya que muchas veces se habla de este libertador de pueblos y de hombres, y fundador de la modernidad literaria en Nuestra América, y menudean las interpretaciones y los puntos de vista, pero el texto está ausente. Y, como insistía Martí en su pensamiento humanista, hay que ser radical, lo cual quiere decir, según sus propias palabras, “ir a la raíz”, así mismo hay que leerlo si queremos interpretarlo, en su rizoma suculento. Mal comprenderemos o enjuiciaremos a José Martí si no leemos la mayor cantidad posible de sus escritos en muy diversos géneros y momentos.

Sin embargo, no es de ahora el interés por darlo a conocer en lengua francesa. Las primeras ediciones de textos martianos traducidos a ese idioma datan, hasta donde sabemos, de la década del veinte del pasado siglo XX. Paul Estrade nos dice: Por aquellos años comienza en Francia una labor de traducción al francés de los escritos de Martí. La primera traducción recogida se remonta al año 1922, bien tardíamente, si se compara el hecho con la existencia, ya es 1884, de una primera traducción suya al inglés, sobre Judah P. Benjamín.

Estrade se refiere a unos versos de Ismaelillo -“L´espiègle”- aparecidos en traducción de Marcel Veuillermoz aparecidos en La Revue d´Amérique Latine (1ro de marzo de 1922). En el Centro de Estudios martianos poseemos un ejemplar de Les Petits souliers roses (París, Editions Emile Paul Freses, 1931) en el que se declara que es una adaptación de Armando Godoy y uno de Poésies (París, Editorial Bernard Grasset, 1937. 253 pp.), de José Martí, donde aparece crédito de traducción para el mismo Godoy, cubano radicado en Francia y que produjo su obra en lengua francesa por esos años.

Sin embargo, el primer gran intento por ofrecer al lector francés una muestra del americanismo martiano más completa es el libro América (París, Stock, 1935, 253 p.), en el que Francis de Miomandre traduce textos básicos del pensamiento martiano con prefacios de Jorge Mañach, Félix Lizaso y Juan Marinello. Le sigue Pages choisies (París, Ángel, 1953. 398 p.), texto patrocinado por la UNESCO en 1953, año del centenario y presentado y traducido por Marx Daireaux, Joseph Carner y Emilie Noulet.

El triunfo de la Revolución Cubana en 1959 impulsa las publicaciones martianas y tendremos antologías diversas en los años setenta, sin hablar de congresos, revistas especializadas, y tesis doctorales dedicadas al Héroe cubano en lengua francesa. Pueden citarse José Martí (poesía, con prólogo de Juan Marinello, y traducciones de Josep Carner, Emilie Noulet e Irma Sayol)) (París, Seghers, 1970, 188 p.); José Martí: Notre Amérique, con selección de Roberto Fernández Retamar y traducción y notas de André Joucla-Ruau (París, François Maspéro, 1978, 340 p.) y José Martí : La Guerre de Cuba et le destin de l´Amérique, con prólogo de Cintio Vitier y textos traducidos y anotados por Jean Lamore (París, Aubier-Montaigne, 1973, 286 p.)

En los últimos años le debemos a Jean Lamore la edición bilingüe de Versos libres con sus traducciones y el prólogo de Cintio Vitier (Editorial José Martí-UNESCO, 1997, 221 p.), a María Poumier su traducción de Lucía Jerez (Généve, Éditions Patiño, 2004) y a Jacques-François Bonaldi, la de las cartas de José Martí a Manuel Mercado: Il est des affections d´une pudeur si delicate… Lettres a Manuel Mercado( Francia, L´Harmattan, 2004, 434 p.)

Como podemos comprobar por este breve e incompleto recuento bibliográfico, los esfuerzos por dar a conocer a Martí en el mundo francófono han sido sostenidos por la vocación martiana de muchos estudiosos a través del tiempo. Lettres de Cuba, revista electrónica que se beneficia con la velocidad y la posibilidad de llegar a los más diversos medios francófonos quiere y se alegra de ponerse a la disposición de estos traductores y divulgadores de la letra y el espíritu de José Martí a través de su sección nueva “Lire Martí”.

Fuente: CUBARTE

miércoles, 4 de octubre de 2006

A rastras con Martí.

Luis Cino

LA HABANA, Cuba - Octubre (www.cubanet.org) - La existencia de la Nación peligra. Lo dice el gobierno. Lo dicen la oposición y el exilio.

Tantas veces se ha dicho y con tan variadas motivaciones, que ya nadie hace caso. Total, a fuerza de identificarla con el Estado, con la Revolución o con la voluntad de un hombre, ya ni se sabe a ciencia cierta qué es la Nación. Por eso, entre otras cosas, peligra. No se sabe cuidar lo que no se conoce y, de tantos que se la quieren apropiar, no se sabe a quién pertenece.

Todos hemos tenido la culpa. Nos parcelaron la nación en nuestras narices mientras nos entreteníamos en aplaudir consignas de caudillos y en soñar el futuro. Nuestra heredad fueron minúsculos trocitos de la bandera empapados en sangre. Nos arrullaron con fábulas históricas que siempre tenían moraleja y coletilla.

Y hénos aquí, en un nuevo siglo, sin ponernos de acuerdo con nuestro pasado, tropezando tercamente con las mismas piedras y supersticiosamente temerosos del futuro.

Tenía que ser así. La historia de los pueblos cuando se transforma en interesados meta relatos teleológicos de pueblos elegidos y destinos grandiosos no suele traer buenas consecuencias.

Ahora que va quedando tan poco que disputar de la nación entre todas las facciones que la integran, le tocó el turno en la rebatiña a Martí.

En realidad, el Apóstol siempre estuvo en disputa, sólo que ahora, con la riña en su clímax, algunos intelectuales de la diáspora aspiran a desmontar el mito martiano. Los más audaces invitan a enterrar a Martí.

¿Será tanta su frustración y desesperanza que decidieron ceder a Martí, regalarlo en bandeja de plata, dejarlo definitivamente en manos de los que se arrogan el monopolio de la patria?

El castrismo recicló la confusa galaxia que resulta el ideario martiano para dar legitimidad histórica, un toque de marxismo-leninismo añadido a la Revolución Cubana. Luego de la debacle del mundo soviético, fue el ingrediente básico de su nacionalismo enfrentado a muerte con los Estados Unidos.

Ahora que algunos caen en la trampa de no resistir la tentación de atacar a Martí o desmontar la Cuba heroica, los intelectuales orgánicos del régimen son los celosos depositarios del Santo Grial.

Deprime y preocupa el espectáculo. A ambas orillas del abismo, posmodernos y milenaristas, herejes y oficiantes, todos irresponsables, andan a rastras con Martí.

Todo espanta, pero ya nada asombra. Nos acostumbraron tanto a los héroes inmaculados, al bronce de las estatuas y a las historias perfectas, que terminaron por aburrirnos.

Una triste consecuencia es que hoy muchos cubanos identifiquen las gestas de la patria con el teque y como tal lo rechacen. Para otros, son sólo pretextos y coartadas en sus agendas políticas.

Con tan poco a que aferrarnos, corremos el riesgo cierto de vernos convertidos en una descreída y apática tribu en eterno viaje por el desierto. Siempre en pos de cambiantes espejismos.

Martí no es ajeno a las culpas. Más allá de los errores y autorías que se le achacan, uno de sus peores errores, sabiendo bien para qué servía la palabra, no fue decir, alto y claro, que nuestro vino, si es agrio, es sólo y nada más que eso: vino agrio.

Tal vino no podía ayudar a digerir omisiones y manipulaciones históricas. Era nuestra historia y había inexorablemente que comérsela. Puede que no sea el momento oportuno para iniciar otra digestión.

Salvar los símbolos de la Nación no está en manos de los santones idólatras ni de los iconoclastas incendiarios de templos. Es una tarea que rebasa ampliamente las posibilidades de ambos.

La verdad histórica es asunto demasiado serio y vital para un pueblo como para que se la rifen entre gazmoños y perretosos.

A fin de cuentas, ¿a quién puede convenir, si es que conviene a alguien, hurgar a estas alturas de la infravida como Nación en chismes históricos y páginas de diarios largamente perdidas?

¿Será cínico y dolorosamente cierto que algunas mentiras, en adecuadas dosis, ayudan a vivir?

En lo personal, el José Martí que sigo prefiriendo, antes que el de los monumentos, es el poeta genial que escribió los Versos Sencillos. Tal vez será por aquello de que "el arroyo de la sierra me complace más que el mar".

luicino2004@yahoo.com


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martes, 3 de octubre de 2006

Efemérides Martiana

4 de octubre de 1869
Martí es detenido e ingresa en la cárcel acusado de infidencia ya que durante un registro efectuado por un grupo de voluntarios en la casa de sus amigos, los hermanos Fermín y Eusebio Valdés Domínguez, encuentran una carta dirigida por Martí y Fermín a un condiscípulo a quien califican de apóstata por haberse alistado en el ejército español y pelear contra su patria.