lunes, 25 de junio de 2007

Martí en Francia.

Cubarte
Por: Mercedes Santos Moray

(CUBARTE) Hace más de cuatro décadas que, desde la Universidad de Burdeos, se potenciaron los estudios sobre José Martí. Así varios hispanistas galos comenzaron a desandar el silencio, y fueron adentrándose en la obra y en la vida de nuestro Apóstol, realizándose también encuentros con especialistas cubanos, coloquios e intercambios de publicaciones.

Entre esas relevantes personalidades se debe mencionar, ante todo, dentro de los ámbitos académicos, al desaparecido profesor Nöel Salomón, imantado por métodos de lo que se considera, también, la literatura comparada, instrumentos exegético que le permitieron a él adentrarse en el vasto universo de la papelería martiana.

En verdad hay una triada de destacados intelectuales franceses, integrada por Nôel Salomón, y los más jóvenes Paul Estrade y Jean Lamore quienes no sólo han dedicado varios lustros de trabajo científico al Maestro, sino que han contribuido asimismo al enriquecimiento de los perfiles históricos, literarios y culturales en los que se desarrolló el pensamiento y la vida de Martí.

Del Profesor Emérito de la Universidad de Burdeos, Jean Lamore, acaba de aparecer la primera biografía sobre el Apóstol, que ya se encuentra circulando entre los lectores galos, a los que se dirige en primera instancia y que, posteriormente, tendrá también su edición en español.

El estudio biográfico, de unas 300 páginas, fue publicado por la editorial Ellipsis, y cuenta además como valor añadido con numerosas ilustraciones y también otros documentos, así como una cronología, resultado del análisis y la reflexión sobre las relaciones entre José Martí y su época.

En diciembre del 2007 aparecerá la edición en castellano que será asumida por el estado Michoacán, en México, cuyos centros universitarios desarrollan un profuso trabajo sobre la historia, y que tienen profundos vínculos con los historiadores en la Isla.

Recuerdo aquellas valoraciones de Nöel Salomón, en pos de una definición ideopolítica de Martí, y también rememoro aquellos encuentros sostenidos en Francia, entre martianos de ambos países, así como los intercambios culturales y otros espacios dedicados también la obra y la vida de grandes figuras de las letras de América Latina, como el propio Martí y el nicaragüense Rubén Darío, celebrados en Burdeos.

Como esta otras contribuciones galas al estudio del ideario martiano, realizadas por Paul Estrade, pienso en su acercamiento al papel de la mujer en los clubes del Partido Revolucionario Cubano, en relación con aquellos clubes nacidos al calor de la Revolución Francesa de 1789, así como en las investigaciones de Jean Lamore, sobre todo aquellas relacionadas con el estadio mexicano y guatemalteco martianos, quien con la escritura y publicación de su biografía, amplía también la caja de resonancia de José Martí, como su divulgación y estudio, en el contexto de la vieja Europa y de los medios académicos de Occidente.

Fuente: CUBARTE

lunes, 18 de junio de 2007

Doña Leonor Pérez Cabrera: Una mujer extraordinaria.

CubAhora
MARLENE VÁZQUEZ PÉREZ

Leonor Pérez CabreraLas buenas cualidades de los padres casi siempre se acendran al pasar a los hijos. A esa verdad, tantas veces oída, volvemos inevitablemente al repasar la biografía de Doña Leonor Pérez Cabrera, madre de José Martí.

Como la mayoría de las dedicadas al hogar y al cuidado de la familia, ella puede parecer a simple vista una mujer común, apagada en la gris atmósfera doméstica. No obstante, poseía una talla humana extraordinaria, como lo confirma su entereza para soportar las numerosas pruebas y limitaciones que debió enfrentar durante su larga vida.

En estos días, en los cuales conmemoramos el centenario de su muerte, ocurrida en La Habana el 19 de junio de 1907, vale recordarla como homenaje a su memoria.

Nació en Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, el 17 de diciembre de 1828, y su nombre completo era Leonor Antonia de la Concepción Micaela Pérez Cabrera.

Uno de los primeros obstáculos que venció fue el de aprender a leer, pues lo hizo en contra de la voluntad de sus padres, que se lo prohibían por su condición de mujer. Siendo aún una adolescente se instaló en La Habana en compañía de su familia, que poco después de la llegada, y gracias a un premio de lotería, compró una amplia casa en la calle Neptuno.

El 7 de febrero de 1852 contrajo matrimonio con Mariano Martí y Navarro, militar español nacido en Valencia y radicado en Cuba en virtud de sus funciones. De esa unión nacieron ocho hijos: José Julián, Leonor Petrona, Mariana Matilde (Ana), María del Carmen (La Valenciana), María del Pilar, Rita Amelia, Antonia Bruna y Dolores Eustaquia.

Entre 1857 y 1859 permaneció en Valencia, España, en compañía de su esposo e hijos. Luego regresaron a La Habana, donde residieron hasta 1874, año en que se trasladaron hacia México, donde se les reunió José, deportado a España en 1871.

Doña Leonor volvería a La Habana en 1877, en unión del resto de la familia, pero el hijo amado quedaría en México y se verían en el futuro solo de forma intermitente, por períodos de convivencia más o menos breves.

Pasó por el dolor de sobrevivir a seis de sus hijos y a su esposo, de ver a su primogénito en presidio, con el cuerpo y el alma lacerados por el horror que padeció y contempló en las Canteras de San Lázaro.

Después lo vio partir al destierro, y más tarde lo supo inmerso en la preparación de la Guerra de Independencia, lo que debe haber significado para ella infinita zozobra, amargamente coronada por su muerte en combate.

Las cartas que intercambiaron madre e hijo en los años de separación son de una ternura honda, que no excluye, por parte de ella, la reconvención cuando la considera oportuna, y de él el respeto profundo hacia la que le dio el ser. En ellas Doña Leonor escribió con corrección y sentimiento, y mostró una sensibilidad y delicadeza poco comunes. Como madre de familia, ya mayor, marcada por decepciones y sufrimientos, siempre prima en sus cartas el sentido práctico y el llamado a la conquista de medios de vida seguros para los suyos.

Es frecuente el reproche al hijo que demora en escribirle, inmerso en sus múltiples tareas a favor de Nuestra América. Ella le reitera, como ha venido haciéndolo desde la niñez, que "(...) el que se mete a redentor sale crucificado, y que los peores enemigos son los de su misma raza".

Más adelante, en la misma misiva, dirá: "Qué sacrificio tan inútil, hijo de mi vida, el que estás haciendo de tu tranquilidad y de la de todos los que te quieren, no hay un solo ser que te lo sepa agradecer, el que más achaca tu sacrificio al ansia de brillar, otros, a la propia conveniencia, y nadie en su verdadero valor".

Como prolongación de ese diálogo entre ambos, dirá el hijo: "Vd. Se duele, en la cólera de su amor, del sacrificio de mi vida; y, ¿por qué nací de Vd. con una vida que ama el sacrificio?" En estas líneas, contenidas en su última carta, redactada el 25 de marzo de 1895, se sintetiza y completa aquel temprano apunte, escrito a los 16 años, al dorso de la conocida foto en presidio:

"Mírame, madre, y por tu amor no llores:

si esclavo de mi edad y mis doctrinas

tu mártir corazón llené de espinas,

piensa que nacen entre espinas, flores".
Ellas también explican, por sí solas, el origen humano y ético de José Martí.

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Fuente: EXCLUSIVO, 18/06/07

viernes, 15 de junio de 2007

REALIZAN CONFERENCIA EN CONMEMORACIÓN DE LLEGADA DE MARTÍ A GUATEMALA.

Publicado: 14/06/2007 - 17:04

Tele Diario

En Guatemala se realizó la Quinta Conferencia Científica en conmemoración de los 130 años de la llegada al país del escritor cubano José Martí. Durante la actividad expertos cubanos hablaron sobre los legados del escritor en el proceso de integración de la región.

En esta ocasión según la cubana Mayra Beatriz Martínez, del Centro de Estudios Martianos de la Habana Cuba, se amplió sobre la estancia de Martí en otros países del área.

En este caso, en la Quinta Conferencia, han llegado académicos de Panamá, México, Barbados y otros países más, por lo que se espera que en la próxima la convocatoria crezca.

Al destacar la llegada de Martí al país, Martínez, subrayó que el poeta llegó a Guatemala buscando un lugar para establecerse y trabajar. Y tereminó siendo un sitio donde el terminó desarrollando su vocación de servicios latinoamericanista, amplió su proyecto mansipatorio, político y cultural.

Martí, dejó textos maravillosos como el diario de Izabal a Zacapa, que es el diario que habla de su viaje en mula de una a otra población. En esta ocasión Martí entra de Izabal a Zacapa donde narra toda su trayectoria.

martes, 12 de junio de 2007

Publican en París primera biografía francesa de José Martí.

Santiago de Cuba, 11 jun (PL) La primera biografía francesa de José Martí circula hoy en librerías de esa nación europea, confirmó hoy aquí su autor, Jean Lamore, profesor emérito de la Universidad de Burdeos.

En unas 300 páginas de textos, ilustraciones y documentos se abordan la vida y obra revolucionaria de Martí, con capítulos dedicados al acontecer cronológico y al análisis de sus concepciones sobre asuntos medulares de la realidad que le tocó vivir.

En declaraciones a Prensa Latina, Lamore anunció la salida de una versión en español, para diciembre próximo, a cargo de autoridades del estado mexicano de Michoacán.

Adelantó también la expectativa que podrían derivarse de los empeños editoriales de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) y el Centro de Estudios Martianos.

Esta nueva publicación, por la editorial Ellipses, se suma a más de una decena realizada por el estudioso galo, tanto de forma individual como colectiva, acerca de la historia y la cultura cubanas.

apr mc

domingo, 10 de junio de 2007

Homenaje a Leonor Pérez en el centenario de su muerte.

Homenaje a Leonor Pérez en el centenario de su muerte

Por Teresa de Jesús Torres Espinosa

Doña Leonor Pérez
Doña Leonor Pérez

Rebelde, amorosa, con criterios propios y al mismo tiempo cándida. Así era doña Leonor, la madre de José Martí, nacida en Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, el 17 de diciembre de 1828, y bautizada con el nombre de Leonor Antonia de la Concepción Micaela Pérez Cabrera. El próximo 19 de junio se conmemora el centenario del fallecimiento de esta mujer tenaz (La Habana, 19-6-1907), capaz de enfrentar vicisitudes y carencias.

En recordación a la efeméride, el Museo Casa Natal de José Martí ha organizado múltiples homenajes que comenzaron desde el mes de mayo con el ciclo de conferencias Leonor Pérez, trayectoria de vida, a cargo de la especialista Olivia Cano, de la Asociación Canaria de Cuba. El homenaje a la progenitora del Héroe Nacional ha abarcado además el coloquio Martí y los jóvenes, en coordinación con la Asociación de Pedagogos de Cuba, y el taller Iconografía de José Martí en la cultura del coleccionismo, con los temas Leonor y Mariano, los padres de José Martí, y José Martí y su relación familiar, por el Lic. Ramón Guerra Díaz.

En la sede de esa institución patrimonial –ubicada en la antigua calle Paula (hoy Leonor Pérez)–, este 8 de junio se presentará el documental Madre del alma, dirigido por Natasha Vázquez y Lídice Pérez, con la investigación y asesoría histórica de Olivia A. Cano Castro, la dirección de fotografía de Rigoberto Senarega, la edición de Fermín Domínguez, la música de Alex Padín, la banda sonora de Jorge Fernández, y las actuaciones de Ida Gutiérrez y Patricio Wood. Producido por el Grupo Creativo de la TV Cubana y la Consejería de Educación, Cultura y Deportes, y la Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias, el cortometraje recibió el premio al mejor guión y el lauro que concedió la Biblioteca Nacional en la última edición del Premio Caracol.

Los homenajes a Leonor Pérez incluirán también la colocación de una ofrenda floral ante su mascarilla en el cuarto natal, por los niños del aula museo y trabajadores de la Casa de José Martí, el 19 de junio a las nueve de la mañana, y las tertulias martianas, que conducirá Ramón Guerra Díaz, una en la propia instalación y la otra con los abuelos del Centro Geriátrico Santiago Ramón y Cajal, los días 22 y 29 de junio, respectivamente, siempre a las diez de la mañana.

Publicada: 08/06/2007
Dirección de Patrimonio Cultural

La página en blanco de la biografía de Martí: La Masonería.

Por: Eduardo Vázquez Pérez

Esa noche Samuel no pudo dormir. Cuando conocí la noticia pensé en las páginas que ya nadie volvería a leer, y en las toneladas de papel que podrían regresar a su estado virginal: había encontrado pruebas documentales de la filiación masónica de José Martí. Como en las más espectaculares novelas policíacas, esos papeles no aparecieron en España —donde fue iniciado en la masonería—, ni en México —donde sostuvo una polémica pública sobre un tema masónico—, ni en Estados Unidos —donde residió largos años—, sino en la ciudad de Cienfuegos, donde nunca estuvo.

Samuel Sánchez Gálvez es profesor de Historia en la Universidad de Cienfuegos y trabaja sobre su tesis de doctorado en Ciencias Históricas con el tema de “El pensamiento masónico en Cienfuegos entre los años 1878 y 1902” . Por ese motivo, hace más de cinco años vive sumergido entre libros de actas, papeles y legajos que se conservan en la logia Fernandina de Jagua, fundada en esta ciudad en 1878, cuyo archivo constituye un valioso receptáculo de la historia, no sólo de la masonería, sino también de la localidad.

A estas alturas usted se estará preguntando qué hacían unos documentos masónicos de José Martí en Cienfuegos. Nuestro propósito en este punto se limita a ofrecer la información mínima, según se la hemos escuchado a Sánchez Gálvez en comparecencias públicas. Después les propongo reflexionar sobre otros aspectos de la relación de Martí con la masonería, que forman parte de nuestros intereses investigativos.

Entre las decenas de humedecidos legajos, centenarios, cubiertos de polvo y desbordantes de bacterias nocivas a la salud, hacía más de un siglo reposaba el expediente masónico de Amelio de Luis y Vela de los Reyes. El nombre llamó la atención del investigador, pues coincidía con aquel que Fermín Valdés Domínguez citó en un célebre artículo, “Ofrenda de hermano”, de 1908, donde decía que él y Martí, “en Madrid y en días de tregua en el estudio”, visitaban la logia Armonía, que sostenía un colegio para niños pobres; en el cual, su director y maestro era el español, deportado por infidencia, Don Amelio de Luis y Vela de los Reyes. En una labor entre la arqueología y la taxidermia, Samuel Sánchez descosió el legajo, y fue entonces que en el diploma de maestro masón de Vela de los Reyes descubrió la conocida firma de José Martí. Pero para sorpresa de los analistas del tema, no remitía a la logia Armonía, a la cual se consideraba que había pertenecido Martí, sino a Caballeros Cruzados No. 62 perteneciente al Gran Oriente Lusitano Unido (GOLU)

¿Por qué se encontraba allí ese documento?

Cuando por alguna razón un masón solicita la baja de una logia, esta tiene la obligación de entregarle un certificado donde consta su carácter de miembro de la institución, fecha de ingreso y grado que ha alcanzado. Ese documento lo avala para solicitar su ingreso en otra logia de cualquier parte del mundo. Cuando por alguna razón el masón no cuenta con ese certificado, presenta su diploma del más alto grado que posee. Después de concluida la Guerra de los Diez Años (1868–78), Vela de los Reyes regresó a Cuba y se estableció en Cienfuegos, donde murió. Para continuar su vida masónica solicitó la afiliación en Fernandina de Jagua, y para eso presentó su diploma de maestro masón. El documento tiene fecha del 4 de julio de 1871 y en él aparece la firma de José Martí como secretario, cargo de alta responsabilidad en una logia.

¿Una logia portuguesa en España?

Como sugiere su nombre, el Gran Oriente Lusitano Unido (GOLU) era un cuerpo masónico con sede en Portugal, pero que llegó a fundar más de ochenta talleres en España. Según nuestras indagaciones, varios de los amigos cubanos de Martí de esos años formaron parte de los talleres que el GOLU tenía en Madrid a los inicios de los 70, particularmente Armonía No. 52, Libertad No. 40 y Caballeros Cruzados No. 62. La organización y reconocimiento internacional del cuerpo portugués, los aires democráticos, y no ser un cuerpo español, deben haber influido en la decisión de aquellos cubanos, deportados o emigrantes políticos. En mayo de 1871 otra logia del GOLU — La Discusión — convocó al resto de sus hermanas a que discutieran en su seno la “cuestión de abolir inmediata y simultáneamente la esclavitud en las islas de Cuba y Puerto Rico”.

En 1871 los funcionarios portugueses del GOLU tomaron acuerdos discriminatorios para los españoles. Esto, unido a la convulsión política que vivía el país en medio del movimiento liberal, provocó que en los siguientes dos años dieciséis logias del GOLU abandonaron este Oriente y se unieron en su mayoría al Gran Oriente de España (GODE), alineado políticamente con el liberal radical Manuel de Ruiz Zorrilla, a quien apresuradamente iniciaron y convirtieron en Gran Maestro. Ruiz Zorrilla había proclamado su intención de buscar una solución al problema de Cuba, abolir la esclavitud y suprimir el servicio militar de carácter discriminatorio para los pobres —las quintas—, entre otras medidas de carácter progresista. Ello podría explicar por qué ese grupo de jóvenes cubanos se movió entre logias del GOLU y el GODE. Todos los liberales no eran masones, pero era difícil que un masón no simpatizara con el liberalismo.

Siempre se consideró que José Martí había sido miembro de la logia Armonía, que tuvo el número 52 en el GOLU, y que luego reaparece con el 36 como parte del GODE. Fermín Valdés Domínguez lo afirmó en el mencionado artículo de 1908, donde dice que “Martí era el orador” y resalta que en aquella logia: “nos dábamos cita todos los cubanos jóvenes que estábamos en Madrid”. El descubrimiento de Sánchez Gálvez sitúa a Martí en el primer semestre de 1871 en Caballeros Cruzados N. 62, y también encontró otros papeles con la firma de Martí y fecha de mayo, cuando aún faltaba más de un año para el arribo de Fermín a la Península. Aún no puede negarse que en algún momento Martí haya integrado el cuadro de Armonía. Fermín sí perteneció a esa logia, según consta en su diploma del grado 18 expedido en septiembre de 1872. A ella también pertenecieron algunos de sus amigos comunes.

El hallazgo de esa comunicación con fecha de mayo de 1871 representa otro aporte a la biografía martiana, al revelar que la utilización del seudónimo de Anáhuac por parte de Martí no surgió cuando conspiraba en Cuba en 1879 —como se sostenía hasta el momento— sino que fue el nombre simbólico que seleccionó cuando fue iniciado en la masonería. Debido a las persecuciones y prejuicios, fue costumbre de la masonería en algunos países que al ser iniciado el nuevo hermano determinara el nombre con el cual quería que ser identificado. Para los historiadores este hábito ofrece interesante material para el estudio de las mentalidades. Por ejemplo, otro de sus amigos, Pedro Márquez Rivas, tomó el de Hatuey 2 y Fermín el de Abdallah, nombre del protagonista del drama del mismo nombre que Martí escribió a los 16 años. Este hallazgo reafirma la temprana vocación americanista del joven José Julián, que se autobautiza con un nombre de la cultura prehispánica antes de haber pisado tierra continental.

La página en blanco

Entre los tantos temas a los que incita Martí, el papel que pudo desempeñar la masonería en sus años de formación no ha sido privilegiado por los historiadores. Ha quedado testificado que, apenas llega al Madrid de 1871, fue iniciado en la masonería y elegido como secretario, cargo de alta responsabilidad. En México (1875-76) se conoce de sus relaciones masónicas y sostiene una polémica pública, donde demuestra un sentido enaltecedor por la orden. Esto comprende como mínimo un período de cinco años, desde que tenía 18 hasta los 23. Pero en la madurez, mientras organizaba su proyecto liberador, continuó considerando a la masonería como un taller donde se cultivan virtudes necesarias para el goce de la libertad. ¿Cómo es posible entonces que no se haya explorado con responsabilidad académica este componente de su experiencia?

El joven Martí vivió rodeado de masones en España y en México. El diario El Jurado Federal, al cual se vincula Martí desde el segundo semestre de 1871, era un recinto de liberales y masones. Todavía en 1894 recordaba de su director: “la pobreza grande de Francisco Díaz Quintero, que por no dejar morir El Jurado Federal, donde defendía el derecho de Cuba a la libertad y la clemencia, empeñaba las cucharas, las sábanas, el pequeño tesoro de su noble Pepa y del único hijo”. Partidario en política de Manuel Ruiz Zorrilla, no fue Díaz Quintero “un masón de butaca”, sino hombre que llegó a presidir en 1874 la Cámara de Justicia del Gran Oriente de España.

Algo semejante ocurre con su primera estancia mexicana (1875-76). La Revista Universal, a la cual se vincula Martí, era también una plaza de masones que apoyaban al presidente liberal Lerdo de Tejada. Es oportuno señalar que los mencionados artículos de Martí, en cierta medida, eran continuación de la posición de defensa de publicación respecto a la orden masónica. El 10 de marzo de 1875, en un pequeño suelto, la revista argumentó que el fin de la institución era “trabajar en bien de la humanidad y para el progreso de los pueblos”.

Entre sus afinidades en México contó al cubano Nicolás Domínguez Cowan, prestigiosa figura de la masonería en la Isla y fundador del primer periódico masónico cubano. Este había tenido que emigrar, luego de encabezar un sonado hecho ético y patriótico que llevó a la cárcel a más de sesenta masones. Durante dos años presidió la logia de la que fue miembro el hombre que más influyó en la formación moral, patriótica y literaria del adolescente José Julián Martí y Pérez. Por eso decimos que las tempranas motivaciones de Martí por la institución de la escuadra y el compás no hay que buscarlas en Madrid, sino en La Habana.

El colegio San Pablo fundado y dirigido por Rafael María de Mendive, a quien se le considera el padre espiritual de Martí, contó dentro de su claustro de profesores, amigos y asistentes a sus tertulias, con numerosos masones y liberales. El mismo Mendive era miembro de la emblemática logia San Andrés No. 9. En otro momento podremos extendernos sobre las repercusiones íntimas que debió provocar este círculo de influencias. Sirva de adelanto conocer que seis de sus miembros han dado nombre a logias y capítulos masónicos en Cuba.

Juicio de Martí sobre la masonería

No son mucho los textos en los que, de manera directa, José Martí se refirió a la masonería; sin embargo, en todos sostiene el mismo criterio. En 1876, en México, cuando sólo tenía 23 años, y cinco de haber sido iniciado, definió así los fines de la masonería: “Obrar irreprochablemente, perfeccionar el ejercicio de la libertad, preparar a los ciudadanos a la vida pública, ayudar al logro de toda noble idea, estos son, sin nada incógnito, sin nada oculto, los misterios de la orden masónica” (1) . En 1892, cuando tenía 39 años y ya estaba inmerso en la preparación de la guerra necesaria y la fundación del Partido Revolucionario Cubano, escribió en Patria: “En silencio y donde los pedantes no los ven practican los cubanos, en roce y creación, todas las virtudes necesarias para el goce de la libertad (…) en codeo mutuo y constante, limándose la vanidad o ayudándose de ella para la virtud, han de vivir los hijos de un pueblo que quiere ser dichoso. En las Sociedades de Socorro, en las de los Caballeros de la Luz , en las Sociedades masónicas cultivan cubanos y portorriqueños las virtudes republicanas.” (2)

Para explorar por donde iban sus reflexiones en esos días es interesante releer la nota que publica en ese mismo número de Patria —3 de abril de 1892— en la que subraya la idea anterior de cuánto él considera que puede contribuir la masonería en la educación para vivir en libertad. Se refiere al entierro del tabaquero Ramón Valle y resalta que fue en enterrado “con los ritos de la hermandad masónica en que vivió él como la patria misma, por ser la patria imposible sin el trato libre, de los que han de vivir en ella como hermanos…” (3) [El subrayado es nuestro]

Su desafió mayor era crear “sobre los restos de una mala colonia una buena república”, transformar a los súbditos de una colonia en ciudadanos de una república moderna. Martí vio en la masonería y en otras sociedades semejantes, instrumentos de educación republicana, práctica necesaria para el futuro de la Isla. “Ser ciudadano es cosa difícil —escribió—, y es preciso ensayarse en ella desde la niñez. Ni la teoría de los héroes vale en el Mundo lo que la de la asociación.” (4)

Masonería y República

Todo el que conoce de algún modo la masonería descubre que el funcionamiento interno de una Gran Logia es semejante al de una república, incluyendo la división de los tres poderes clásicos y la utilización del sufragio universal para sus decisiones. Se plantea como un proyecto de convivencia y entendimiento que se sobreponga a cualquier credo o filosofía. La tolerancia como sostén de su democracia, y esa tolerancia en materia religiosa, conducen a que dentro de la institución se funcione como un estado laico. Los métodos democráticos educan para vivir en un estado de derecho. La conducta ética que debe exigirse a sus miembros completaba lo que Martí calificó de “nueva religión de amor activo entre los hombres”, y que me sorprende que no sea citada como referencia a la masonería, a pesar que Martí la describió como “el sábado en la logia, el domingo en su presidencia o en su tesorería, la noche entre el periódico y el libro”.(5) [El subrayado es nuestro]

Hijos del muérdago inmortal

En horas de angustia, en julio de 1894, mientras avanzaba hacia la convocatoria de la guerra que pretendía sin odio, Martí le escribió a su amigo y hermano Fermín Valdés Domínguez: “Hay que hacer, en Cuba, sobre todo, una especie de sociedad secreta de hombres libres” (6) . ¿Pensaba el Apóstol en las logias del Gran Oriente de Cuba y Las Antillas, que fueron calificadas de revolucionarias y a las que pertenecieron la mayoría de los líderes de la revolución de 1868? Esta idea parece reafirmarse tres meses después cuando recuerda en Patria —2 de octubre de 1894— la reciente muerte de un patriota de la primera revolución con estas palabras: “Creyó en aquella primera masonería de Cuba, en hijos de muérdago inmortal, jurados a extinguir la servidumbre ajena o propia de la faz de al tierra y de las entrañas de la tierra que importa poco que las cosas se quiten de la faz si siguen en las entrañas.” (7) [El subrayado es nuestro]

No estudiar esa experiencia de su período de formación, ni indagar en el saldo que pudo dejar en la construcción de su ideario, más que dejar la página en blanco es arrancarla. El estudio de los puntos de contacto entre el pensamiento martiano y los presupuestos masónicos es mucho más rico de lo que pudiera pensarse, y recuerdo ahora las palabras que Shakespeare puso en boca de Hamlet: “¡Hay algo más en el cielo y la tierra, Horacio, de lo que ha soñado tu filosofía!”.

Notas

1- José Martí: Obras Completas, Editorial Nacional de Cuba, La Habana , 1963-1973, t. 28, p. 49. En lo sucesivo se citará como OC.
2- OC t. 5, p. 347.
3- OC t. 4, p. 382.
4- OC t. 12, p. 305.
5- OC t. 2, p. 279.
6- OC t. 3, p. 224.
7- OC t. 5, p. 362.

Fuente: Caimán Barbudo

jueves, 7 de junio de 2007

José Martí, entre Carmen y María.

Arique. Revista de Poesía
por Reinaldo Cedeño Pineda

Exploraciones sobre la hermosa relación entre el héroe nacional cubano, José Martí (1853-1895) y la niña María Mantilla/ Dos amores en las antípodas: Carmen Zayas Bazán y Carmen Miyares/ Las cartas de la ¿polémica?/ Declaraciones de las nietas de María Mantilla en el siglo XXI.

El 9 de abril de 1895, José Martí tiene un pie en suelo haitiano y otro a bordo del carguero alemán Nordstrand, presto a zarpar hacia costas cubanas. Las primeras palabras del Diario que la posteridad conocerá como “De Cabo Haitiano a Dos Ríos”, son notas de apremio, apenas una línea, como quien marca un destino.

Sin embargo, ese propio día, escribe a María Mantilla una de las cartas más tiernas que he leído jamás, y más aleccionadoras. Con toda justeza ha sido considerada como su “Testamento íntimo”. Habla un padrazo:

Y mi hijita ¿qué hace allá en el Norte, tan lejos? ¿Piensa en la verdad del mundo (…) -en saber, para poder querer- (…) ¿se sienta amorosa junto a su madre triste? ¿se prepara a la vida, al trabajo virtuoso e independiente de la vida?

(…) Yo amo a mi hijita. Quien no la ame así no la ama: Amor es delicadeza, esperanza fina, merecimiento y respeto. ¿En qué piensa mi hijita? ¿Piensa en mí?

Para leer todo al artículo hacer clic [aquí]

miércoles, 6 de junio de 2007

Justicia social en las crónicas de José Martí.

Por Yoel Cordoví Núñez, Investigador del Instituto de Historia de Cuba
Servicio Especial de la AIN

Mientras en el periódico La América, José Martí discurría sobre los efectos nocivos del sistema proteccionista en todos los órdenes de la sociedad norteamericana, en sus crónicas publicadas en La Nación, entre 1883 y 1884, profundizaba en ese mundo de contrastes, marcado por "las convulsiones aceleradas de la vida moderna".

Martí vive en una gran ciudad de Estados Unidos, con su desmesurado crecimiento poblacional y urbanístico. La vida en Nueva York, a su juicio, era "una locomotora de penacho humeante y entrañas encendidas".

No podía escapar a su mirada la "hermosa luz eléctrica" que iluminaba el puente de Brooklyn, las avenidas extendidas por la ciudad, con asombrosos edificios, las oficinas y bancos y las Bolsas "que dan miedo", la locomotora "que va y viene como ardilla de hierro" y "su campana sonora".

Tampoco olvidaba a las "lindas damas, que en suntuosas comidas se despiden de las alegrías embriagadoras del invierno", y de otras que "frenéticas, remontan sus joyas, por que parezcan nuevas y den celos".

En ese modelo de gran urbe, le desagrada el "ansia de goces" y el "amor desenfrenado y desequilibrado de lucro"

En todo momento advierte el egoísmo que reina y "el amor excesivo al ornamento", mientras que en los barrios pobres la situación "es de echarse a llorar", repletos de gente miserable: "los maridos ebrios querellan con sus mujeres desesperadas, que intentan en vano hacer callar a sus hijuelos, comidos por el cólera infantum."

El joven periodista toma partido junto a los neoyorquinos pobres, en buena medida inmigrantes. Rechaza airado las injusticias y las deformaciones morales que imponía la vida moderna.

No es que se oponga a la ciudad, tantas veces contrastada con el medio rural, o la pequeña ciudad, sino a los problemas sociales existentes en los grandes conglomerados poblacionales.

Entre 1883 y 1884, sus crónicas para La Nación acercan al lector a los grandes conflictos obreros que tenían lugar en Estados Unidos: "Espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres."

De ahí sus palabras tras el fallecimiento de Carlos Marx: "no fue solo movedor titánico de las cóleras de los trabajadores europeos, sino veedor profundo en la razón de las miserias humanas, y en los destinos de los hombres."

A pesar de las lógicas diferencias de concepciones entre ambos pensadores revolucionarios, la identificación de Martí con la personalidad del líder del proletariado mundial quedaba reflejada cuando expresó: "El veía en todo lo que en sí propio llevaba: rebeldía, camino a lo alto, lucha".

Pero Martí no solo se identifica con los obreros y sus luchas, sino también con todos los sectores marginados en Estados Unidos, particularmente los indios, despojados de sus tierras: "¿Por qué les quitan sus valles donde nacieron, y nacieron sus hijos y sus padres (.) y a sus esposas, y a sus hijuelos, los clavan a los árboles y los ametrallan si resisten?

Su simpatía hacia esos pueblos y sus ansias de justicia lo conducen a denunciar tales atropellos. Señala el desbordante espíritu metalizado de ciertos sectores de la sociedad estadounidense, pero también "la soberbia conciencia de su fuerza y el desdén por las demás razas que hoy caracteriza al pueblo norteamericano".

lunes, 4 de junio de 2007

Monumento a José Martí en Isla Mujeres.

domingo, 03 de junio de 2007

Por Yolanda Gutiérrez

Un busto del héroe cubano será donado al municipio por el escultor Herminio Escalona como parte del Hermanamiento Isla Mujeres-La Habana Vieja
Un busto del héroe cubano será donado al municipio por el escultor Herminio Escalona como parte del Hermanamiento Isla Mujeres-La Habana Vieja.

ISLA MUJERES, 2 de junio.- Para el pueblo cubano, José Martí fue el maestro por excelencia, el hombre que inicia su forma de escribir refiriéndose a un caballo y muere sobre un caballo peleando por la libertad de Cuba, en pocas palabras, un héroe nacional, externó el escultor Herminio Escalona, quien recreará en bronce un busto del insigne escritor que donará a Isla Mujeres, como parte del hermanamiento entre nuestro municipio y La Habana Vieja.

El escultor Herminio Escalona arribó al municipio el pasado jueves 31 de mayo con la finalidad de montar un taller en el que trabajará la escultura a José Martí, obra que será donada al Gobierno Municipal como parte del hermanamiento entre La Habana Vieja, Cuba e Isla Mujeres y el sábado dos de junio ofreció una rueda de prensa con objeto de dar a conocer su proyecto.

Basado en estudios sobre la iconografía del ilustre José Martí, el maestro Escalona trajo hasta Isla Mujeres su propuesta materializada en un busto hecho a escala natural y en yeso piedra, proyecto que por el trabajo y calidad con el que se ha desarrollado podría ser la base de la escultura final, misma que se pretende sea realizada en bronce.

"Como imagen para la creación de este proyecto utilicé modelos vivos que no necesariamente fueron similares físicamente a Martí, sino más bien hablamos de personas con sus características más predominantes, como por ejemplo la frente despejada; de hecho no hay nada que me permita apoyarme en cómo fue José Martí en realidad, ya que todas las fotografías e imágenes existentes son copias del original".

Añadió que su intención para plasmar el busto de Martí en bronce es basarse no solamente en su imagen sino en todo el acervo que escribió sobre Isla Mujeres cuando visitó esta paradisíaca localidad, todavía virgen.

"Está escrito por él mismo: de no haber sido cubano, hubiera querido ser mexicano, lo que nos da una idea sobre cuánto apreció José Martí este país, pero también debemos recordar que los pueblos mexicano y cubano siempre han estado hermanados, entre otras razones por cuestión de cercanía entre un país y otro".

Durante el pasado primero de junio, el artista cubano se dio a la tarea de visitar los espacios que pueden calificarse como adecuados para colocar el busto del insigne José Martí, entre ellos el parque de la colonia La Gloria y el mirador oriente.

"El estudio del paisaje es muy importante para lograr integrar la escultura, que deberá tener una escala mayor al natural para que pueda ser apreciado en toda su dimensión", comentó el escultor, luego de explicar que ya el mismo proyecto debe ser apreciado de una manera especial desde la altura de los ojos del busto de José Martí, ya que como se menciona es hecho a escala natural, tratando de apegarse lo mejor posible al cuerpo físico del más universal de los cubanos.