domingo, 30 de marzo de 2008

Recordar a José Martí significa pagar una deuda histórica perenne, dice Alfonso Herrera Franyutti.

29 de enero del 2008

La Jornada.com
Ericka Montaño Garfias

Presentaron la redición de su libro sobre la vida del prócer cubano en México.

Uno de los principales textos sobre la vida del prócer cubano José Martí acaba de ser reditado.

Se trata de Martí en México: recuerdos de una época, libro publicado por primera vez en 1969, después de un viaje que su autor, el pedagogo y humanista Alfonso Herrera Franyutti, realizó a Cuba.

“Recordar a Martí no es un acto protocolario ni de lucimiento literario, sino el pago de una deuda histórica perenne.

“No debemos verlo con una mirada nostálgica, sino puesta en el presente, pues sus ideas adquieren plena vigencia en momentos de crisis para la humanidad y de peligros para México y el resto del continente en que fuerzas extrañas tratan de dividirnos”, dijo Herrera Franyutti durante la presentación del volumen, editado por el Senado de la República en su colección Mesa Directiva.

Herrera, médico de profesión y uno de los más reconocidos especialistas martianos en el país, destacó que José Martí (La Habana, 1853-Dos Ríos, 1895), “es un referente para quienes amamos la libertad, la poesía y la literatura; para quienes queremos un futuro mejor para la especie humana.

“México y Cuba son dos países hermanos unidos por la geografía, la historia, y la fraternidad. Sin embargo esta fraternidad ha sido puesta en peligro por hombres, por políticos, con alma de Caín”.

La estancia del político, poeta, filósofo y escritor cubano en México “dejó profunda huella, tanto por su obra como por lo que el país representó en su vida. México fue para Martí el crisol de su experiencia americana. Por aquí empezó a recorrer los caminos de nuestra América, aquí inició su actividad periodística, observó y señaló el peligro que representaba Estados Unidos para México, que amenazaban con invadirnos y anexionarse territorios del norte, el principio de lo que más tarde sería su lucha antimperialista; conoció el problema indígena, pero también vio la antigua grandeza de la raza aniquilada y conoció la obra de Benito Juárez.

“México fue para Martí fuente de vivencias y experiencias. Fue el despertar de su conciencia de la otra realidad americana, donde nuevas voces se unieron a las inquietudes de su Cuba natal.”

Llegó con el espíritu aterrado

A la presentación asistieron el embajador de Cuba, Manuel Aguilera de la Paz y la senadora Yeidckol Polevnsky, cuya labor permitió la redición de Martí en México: recuerdos de una época.

Sobre el libro, el diplomático resaltó que “cuenta cómo Martí se hizo cronista, orador; cómo amó y fue amado, aquí se casó, forjó amistades, llegó con el espíritu aterrado. Hasta comparó su amor que sentía por estas tierras con el que sentía por Cuba. Su obra escrita aquí es la más extensa, la más apasionada y la más ligada a su inextinguible fe en la América nuestra”.

Polevsnky, en tanto, se dijo admiradora de Martí, “quien hizo por Cuba y por América lo que no se ha hecho después, y puso la base de una enorme y grandiosa revolución que aún nos nutre”.