sábado, 11 de julio de 2009

Montesinos y Martí: Una historia de solidaridad.

Radio Angulo
Por José Abreu Cardet
jabreu070451@argentina.com

(Jul. 11) Los inmigrantes canarios que por miles llegaron a Cuba prácticamente desde el inicio de la colonización conforman una figura simpática para el cubano. Gente trabajadora y honesta por regla dieron un aporte importante a la conformación de la nacionalidad cubana. Sin embargo muchos de ellos tuvieron un triste papel durante las guerras de independencia militando activamente en el integrismo.

Aunque al mismo tiempo hay diversos ejemplos de hijos de ese lejano archipiélago que se solidarizaron con nuestro pueblo en su lucha contra el colonialismo español. Algunos militaron en el Ejercito Libertador de Cuba y alcanzaron altos grados militares. Incluso José Martí recibió la solidaridad de un canario en sus días tristes en la prisión. Nos referimos al canario Joaquín Montesinos una figura casi olvidada por la historia de Cuba.

La poetisa Dulce María Loynaz lo conoció en su infancia y nos dejó su testimonio sobre aquel amigo de Cuba y de Martí. La familia de la poetisa tenía profundas raíces patrióticas. Su padre había sido general mambí y otros muchos parientes tomaron parte en la guerra por la independencia. Por lo que en aquella casa se veneraban las tradiciones independentistas. Dejemos que sea la propia Dulce María la que nos recuerde aquel canario amigo de Martí:

"Tengo otro recuerdo de un señor que visitaba mi casa y que tenía una barba larga, blanca e iba siempre vestido de alpaca negra. Cuando llegaba este señor a mi casa, tanto mi padre como mi madre lo recibían con una marcada deferencia, con un marcado respeto, y yo no me explicaba la razón. Yo no sabía que cosa tenía ese señor. Ahí está el señor Montesinos –decían- y toda la casa se ponía en movimiento."

"Después supe que ese señor que casi no hablaba era el joven isleño que le llevaba la cadena a José Martí y del que el habla en el Presidio Político en Cuba. Era uno de los personajes inolvidables de mi casa…" (1)

NOTAS

(1) Vicente González Castro, Un encuentro con Dulce Maria Loynaz, Ediciones Artex, La Habana, 1994, p 109.

GABRIELA MISTRAL Y JOSÉ MARTÍ.

Luis E. Aguilera

La sencillez, ¡cosa muy complicada! podría decirse, parodiando a Voltaire.

Este pequeño volumen y su gran prologuista lo comprueban: son los "Versos Sencillos", de José Martí, que el Ministerio de Educación de Cuba ha editado, con una conferencia sobre su autor dada por Gabriela Mistral, el 30 de octubre último, en el Instituto Hispano-Cubano de Cultura.

Sencillos, lo son ciertamente los versos; pero del choque entre la comentadora y el poeta surgen reflexiones que van directamente al más complicado de los problemas mentales y sentimentales. Tratemos de explicarlo.

José Martí tiene dos personalidades; por un lado es prócer de la Independencia y Padre de su Patria, apóstol político de irradiación continental; por el otro es un escritor insigne, dueño de los recursos del idioma y poeta coronado de fama...

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miércoles, 8 de julio de 2009

Los fotógrafos de José Martí.

Por: Luis Hernández Serrano
Correo: digital@jrebelde.cip.cu
Juventud Rebelde
8 de julio del 2009

Se conoce poco que una docena de profesionales del lente, en su mayoría de Cuba, Jamaica y Estados Unidos —pertenecientes a ocho estudios fotográficos— retrataron a José Martí en vida.

La primera foto se la tomaron con nueve años, en 1862, en tierras matanceras, y la última en vida —junto a Manuel Mantilla, hijo de Carmen Mantilla— se estima que fue tomada en Nueva York, en 1895.

Al parecer, el primer fotógrafo que le tiró una foto a Martí —un retrato, en 1862— fue E. Mestre. Ignoramos su nombre de pila, la nacionalidad y el segundo apellido. Era del estudio Real Privilegio —O’Reilly 63— Habana.

El que le siguió —porque no sabemos quién le tiró la de Martí con 16 años, en junio de 1869— perteneció al estudio S.A.Cohner, en 1870, ubicado en O’Reilly 62, Habana, sucursal de la empresa situada en Rue de Rivoli 79, París, Francia. Tampoco conocemos su nombre.

Lo fotografió asimismo, en 1875, un artista de identidad desconocida de la Valleto y Compañía, asentada en la Primera de San Francisco No. 8, en México.

En 1885, en Nueva York, la foto se la tiró W.F. Bowers, del estudio Photo Artist-340, en Fulton Street...

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domingo, 5 de julio de 2009

Estadista sin nación.

Cuba Matinal
Por Frank Cosme

La Habana, 3 de julio/ SDP/Cuba es uno de estos singulares casos y aunque se ha acusado a numerosos cubanos de excesivo nacionalismo, mesianismo y otras lindezas por el estilo, es “un hecho “que en esta pequeña isla concurren causas que producen consecuencias. Una de ellas es la cantidad de pensadores en proporción a su población.

El siglo XIX fue el más prolífero en este sentido. De los muchos cubanos extraordinarios de esta centuria, hay hechos desconocidos, también otros conocidos, de los que no se ha apreciado la enseñanza que tienen para el futuro. La vida de José Martí está llena de ambos tipos de hechos.

Actualmente Martí es el cubano más promocionado y el más conocido en el mundo. Tal vez el factor que más publicidad le ha dado fue su preocupación no solo por Cuba sino por la América Latina liberada de la tutela de España. Martí, hombre de brújula firme y vista lejana, vio como cada una de estas hermanas Repúblicas caían en la oscuridad de las dictaduras...

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jueves, 2 de julio de 2009

La Edad de Oro. Para toda la vida.

Diario Granma
Raquel Marrero Yanes

¿Cómo olvidar que dormíamos con los cuentos bajo nuestra almohada? ¿Cómo no recordar a aquellos de La Edad de Oro? Tres Héroes, Meñique, Los dos Príncipes, Nené Traviesa, El Camarón Encantado, La Muñeca Negra... ¡Y qué decir de Los Zapaticos de Rosa! Son legados que recibimos desde pequeños y nos sirven para toda la vida.

José Martí escribió esos cuentos, poemas, versos y artículos en La Edad de Oro, revista mensual de 32 páginas, de recreo e instrucción, publicada en Nueva York hace ahora 120 años. Entre julio y octubre de 1889 salieron los únicos cuatro números, que quedarían para la posteridad.

"Para los niños es este periódico, y para las niñas, por supuesto", dice Martí, y agrega: "Para eso se publica La Edad de Oro: para que los niños americanos sepan cómo se vivía antes, y se vive hoy [...]. Así queremos que los niños de América sean: hombres que digan lo que piensan, y lo digan bien: hombres elocuentes y sinceros".

El Maestro se entregó con amor a esa obra —prominente en las letras cubanas e hispanoamericanas—, y logró un mensaje universal. Inculcó en ella también su recio ideario anticolonialista, el amor por la patria latinoamericana, la devoción por la justicia, la verdad y la belleza.

En 1905, diez años después de que Martí cayera peleando en Dos Ríos, Gonzalo de Quesada —alumno suyo— reunió los cuatro números de la revista y con ellos editó La Edad de Oro, volumen que cautiva a cualquier edad, con un lenguaje claro y lecturas de interés que regocijan, estimulan, enseñan y cuentan lo pasado y lo contemporáneo, y lo que debemos hacer para construir el futuro.

El mejor amigo de las presentes y futuras generaciones continúa siendo La Edad de Oro, que es lectura obligada para todos los cubanos.