jueves, 17 de diciembre de 2009

Periodista bajo pseudónimo.

Miralys Sánchez Pupo
Colaboradora de Radio Rebelde
web@radiorebelde.icrt.cu
15 de Diciembre de 2009, 3:28 p.m

La Habana, Cuba.- Aunque aún predominan por diferentes causas escritores y más aún periodistas, fue el siglo XIX el que con mayor representatividad presentó esa curiosidad mediante la cual se ocultaba la verdadera personalidad de los autores por diferentes causas.

En oportunidades por constituir cierto halo de atracción misteriosa ante los lectores pero en otras por cuidar la personalidad quien las escribía ante ataques hacia su persona. El Maestro fue uno de ellos.

José Martí estuvo entre ellos, cuando por razones extremas se vio obligado a una salida inesperada de Venezuela ante sus escritos que fueron recibidos por los gobernantes de turno como una ofensa inadmisible al ponderar los valores de figuras de la vanguardia de ese pueblo como Cecilio mal gobernado entonces por el presidente Guzmán Blanco. Había dejado tras su huella en múltiples admiradores.

La admiración por el patriota cubano de tanta fluidez en la belleza de su prosa fue reconocida internacionalmente por la aparición de la Sección Constante, una interesante sección que escribía para el diario La Opinión Nacional de Caracas entre el 4 de noviembre de 1881 al 15 de junio de 1882 A través de la misma se abría un interesante panorama de curiosidades y elementos pocos conocidos sobre historia, literatura, biografías y ciencias.

Martí fue corresponsal en Nueva York del periódico venezolano y asumió sus primeros trabajos bajo la firma de M. de Z. Sobre esa decisión opinó Jorge Mañach sobre la decisión del director del periódico “No quiso Aldrey*, perderse, con la distancia el privilegio de aquella pluma; más, para no violentar al amo, encargó a Martí que firmara sus llamadas cartas al Director desde estados Unidos como “M. de Z”.

La afamada sección reunió verdaderas joyas de un periodismo que no por demostrar conocimientos enciclopédicos, resultó de menor interés para los receptores. Desde ellas se mostraron tras las letras una gran laboriosidad desde la cual dejó constancia de su autor de poder ser reconocido como portador de un estilo que abrió época dentro del periodismo modernista. Él no trató con benevolencia a los lectores, sino que fue capaz de colocarle ante sí la atracción de un inmenso y multifacético panorama que aún en nuestros días, y a pesar de la distancia cronológica, hace época por la certeza de sus argumentos y la diversidad de sus temáticas.

Por el giro de los acontecimientos, las últimas colaboraciones de la Sección Constante, dieron a conocer la firma real del Maestro. Para la delicia de todo interesado en la cultura en sentido general ellas se pueden localizar en los volúmenes 9, 13 y 14 de las Obras Completas de José Martí, además de otras ediciones que la han separado por el valor intrínseco del diapasón de sus contenidos.

*Fausto Teodoro Aldrey, director de La Opinión Nacional de Caracas, Venezuela.