miércoles, 23 de septiembre de 2009

1879: la segunda deportación de Martí.

Solvision

Triste devino para José Martí aquel 25 de septiembre de 1879, pues ese día hace 130 años salió deportado hacia España.

Al puerto habanero acudieron a despedirlo más de 50 amigos y tiempo después se referiría al hecho de la siguiente forma:

"La Habana llenó la cárcel del cubano previsor, le enseñó toda su alma valiente, le ofreció su bolsa rica, que el preso no quiso aceptar, rompió las copas en silencio que el preso no quiso aceptar".

Por segunda ocasión salía el Apóstol de su amada Patria (la primera deportación fue en 1871), ahora en condición de presidiario. Los hechos que condujeron a tal desenlace fueron el resultado de una sucesión de acontecimientos.

Las autoridades españolas ya estaban sobre aviso del peligro que representaba Martí. Sus presentaciones públicas lo situaban, al decir del general español Ramón Blanco y Erenas, como un "loco peligroso".

Su primera alocución ante un numeroso público en Cuba aconteció en el Liceo de Guanabacoa, en el Salón de Juntas de dicho lugar, como parte de las honras fúnebres que se rendían al destacado intelectual Alfredo Torroella.

Conducido allí a instancias del abogado Nicolás de Azcárate, el Maestro habló con encendido verbo de la situación por la que atravesaba el territorio cubano y, para asombro de muchos, emplea la palabra Patria al hablar de su amada tierra, en momentos en que todo el mundo empleaba los términos de Isla o país.

Sus pronunciamientos ponían en evidencia el radical pensamiento independentista de aquel hombre que con el tiempo sacrificaría todo, hasta su propia vida, en aras de la libertad.

Por esa fecha laboraba de ayudante en el bufete de Viondi, a donde con frecuencia acudía su gran amigo, Juan Gualberto Gómez. Allí conversaban, trazaban planes y conspiraban en la preparación de un próximo alzamiento. El propio Viondi les había cedido un cuarto en la parte trasera del despacho a fin de que pudiesen desarrollar sus reuniones tranquilamente.

Martí ya por entonces era uno de los líderes principales de la conspiración en La Habana. Lo habían destacado mucho sus palabras en recuerdo de Torroella, así como las pronunciadas en honor del destacado violinista Rafael Díaz Albertini y las dichas en el banquete a Manuel Márquez Sterling.

La conspiración avanzaba y cada vez era más inminente el reinicio de la lucha, aunque las autoridades peninsulares estaban sobre aviso y tomaban todas las previsiones posibles para evitar un nuevo estallido insurreccional.

En Oriente fueron expulsadas algunas de las personas más comprometidas con los preparativos y en La Habana el recelo y la vigilancia oficial se duplicaban, haciendo más complicados los preparativos.

Llega el mes de agosto, los acontecimientos son indetenibles. En Santiago se alzan José Maceo, Guillermo Moncada, Quintín Banderas y muchos hombres más. Para España es preciso evitar a toda costa que los hechos se repitan en otras partes de la ínsula.

El 17 de septiembre es detenido José Martí mientras almorzaba junto a su esposa y en compañía de Juan Gualberto Gómez. Gracias a la rapidez de este último y otros revolucionarios, algunos papeles comprometedores no llegan a manos de las autoridades. Pero otros hechos incriminan al Apóstol, quien hace ya mucho tiempo resulta peligroso para el dominio colonial.

Finalmente lo deportan a la Península y embarca hacia ese destino a bordo del buque Alfonso XII.

Antes de partir ha dejado bien claro al general Blanco la estirpe de su clase, pues ante la propuesta de este de excluirlo del proceso a cambio de declarar a la prensa su adhesión a España, contestó: "Digan ustedes al general que Martí no es de raza vendible".

jueves, 17 de septiembre de 2009

De la historia: José Martí, la Guerra Chiquita y la deportación.

Solvision
Jueves, 17 de Septiembre de 2009 00:57
Agustín Pérez

Concluida la Guerra de los Diez Años, José Martí regresa a Cuba y de inmediato comienza a participar en las actividades conspirativas que dirigía desde lo Estados Unidos el Mayor General Calixto García, y que conducirían a la Guerra Chiquita. En el bufete de Nicolás Azcárate conoce a Juan Gualberto Gómez, quien de inmediato se incorpora a las labores independentistas. Ambos fueron detectados y deportados fuera de la Isla 17 de septiembre de 1879.

Una vez en los Estados Unidos, Martí continúa sus labores independentistas y sustituir a Calixto García en la emigración le permitió adquirir tremenda experiencia, que fue decisiva 15 años después, cuando fue el máximo organizador de la Guerra Necesaria.

A pesar de que se percató que el nuevo movimiento independentista tenía serias fisuras que impedían una mayor incorporación de combatientes de la Guerra de los Diez Años, entre ellos el más sobresaliente era el Generalísimo Máximo Gómez, Martí trabajó con dedicación y honradez y marcó su debut como dirigente del pueblo cubano.

Iniciados los enfrentamientos armados contra el Ejército español, fundamentalmente en la antigua provincia de Oriente, esta guerra se desgasta por los alzamientos no coordinados en la Isla, la falta de recursos, el agotamiento del país y las contradicciones que existieron entre sus principales jefes, Calixto García y Antonio Maceo.

Este nuevo intento revolucionario, aunque no trajo la independencia, se considera con toda razón como un gran paso de avance dentro del movimiento nacional-liberador, pues en él entrenó su futuro liderazgo José Martí.

Las fuerzas independentistas no habían aprendido a hacer una valoración adecuada sobre las condiciones objetivas y subjetivas que pueden impulsar o frenar una revolución, y mantenía gravísimos problemas de falta de unidad entre sus componentes, lo que resultó decisivo en el fracaso de la Guerra de 1868.

Años después, fue precisamente José Martí, quien concibió un programa revolucionario que tomó cuerpo en el Partido Revolucionario Cubano, proclamado el 10 de abril de 1892, y fundó el periódico Patria, a través del cual desplegó una extraordinaria labor divulgativa de los contenidos del cambio social que se pretendía. Martí supo aprovecharlos para fomentar la necesaria unidad en torno al movimiento independentista.

Al lograr establecer las nuevas bases de la actuación independentista, y dotar al movimiento de un cuerpo ideológico efectivamente radical, Martí consigue materializar el anhelo de casi veinte años de los anticolonialistas antillanos: hacer viable una nueva Revolución, cuyo comienzo, el 24 de febrero de 1895, puso muy en alto los valores organizativos y la extraordinaria labor unitaria entre los combatientes del Ejército Libertador de las diferentes regiones, de quien hoy es considerado el Apóstol de la Independencia de Cuba.

martes, 15 de septiembre de 2009

La Cruz de Caguairán, estudio forense sobre José Martí.

José Miguel Solís
Corresponsal de Radio Rebelde
jmsolis@enet.cu

Matanzas, Cuba.- La investigación, entre los más excitantes y reconfortantes placeres que ofrece la vida, pudo haber sido, uno de los tantos móviles que motivó al Doctor Ercilio Vento, matancero versado en cuestiones de la medicina legista, la historia, espeleología y otras disciplinas, el proponerse un ensayo crítico sobre la muerte del Héroe Nacional de Cuba, José Martí.

Desde la primera planta de la Oficina del Historiador, con una excelente vista de la zona más antigua de la ciudad, y situado en el lateral sur de la catedral de Matanzas, Ercilio comenta que su investigación, lista para ser entregada a imprenta e intitulada la Cruz de Caguairán, ofrece un estudio forense de los procederes a que se sometieron el cuerpo de José Martí, luego de caer en combate en Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895.

"Sé que se trata de un tema sacro, por eso he invertido cinco años de pesquisas, en los que he consultado a los mejores especialistas del tema y aportado, con la mayor seriedad y profesionalidad, mis conocimientos como perito forense," explica Vento.

Lo novedoso de este ensayo es que se ha constatado que al cuerpo de José Martí, no se le practicó necropsia, se procedió a la identificación del cadáver y su evisceración, puesto que en el acta de defunción no hay una descripción sobre las partes de su anatomía que fueron vulneradas interiormente como para convertirse en causa de muerte.

Otro elemento, de trascendencia y que aborda la indagación es que disuelve el presunto equívoco de que un disparo escapado desde las filas mambisas pudo haber sido uno de los que hirió a Martí.

"Eso no ocurrió, no era posible", sustenta Ercilio, y refiere que "es imposible, luego de los análisis de cómo gira el cuerpo del héroe de Cuba, en su cabalgadura cuando es impactado, todo ello se sustenta con análisis del armamento de la época, de su potencia, que demuestran que este supuesto nunca ocurrió".

Las investigaciones más serias sobre la muerte de José Martí, la abordan desde una arista histórica, sin un análisis forense en profundidad, lo que sugería la necesidad de completar aún más el conocimiento sobre el tema, hacerlo desde la visión de un médico legista y así poder aportar detalles de sus lesiones, con los estudios anatómicos en los que se precisan las zonas de entrada y salida de los tres proyectiles que impactaron su cuerpo, primera ocasión que se presenta este análisis con las técnicas y enfoques más modernos.

Hay otro detalle interesante en esta investigación del doctor Ercilio Vento y es que demuestra que aunque el cadáver de José Martí se somete a la evisceración luego de 96 horas de fallecido, se habían utilizado con anterioridad técnicas de embalsamamiento muy novedosas, hasta el punto de no ser conocidas en ese tiempo y que resultaron en extremo exitosas.

La Cruz de Caguairán, investigación forense que toma el nombre a partir de la iniciativa de Máximo Gómez de colocar una cruz de madera de Caguairán en el sitio donde cayera en combate José Martí, incluye un testimonio fotográfico muy poco conocido por el lector, en el que se muestra el cadáver del Héroe Nacional cubano antes de ser trasladado al cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba y luego de cuando llega allá.

Ahora el investigador matancero da los toques finales de otro estudio, en esta oportunidad sobre una tristemente famosa epidemia de cólera que azotó la urbe yumurina en el siglo XVIII.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

LA MODERNIDAD Y TRANSGRESIÓN LITERARIA HISPÁNICA MARTIANA, EN LOS 127 AÑOS DEL “ISMAELILLO”

Por José Antonio Gutiérrez Caballero.
JosanCaballero'Blog

Hoy 1 de agosto, pero hace 120 años, nuestro José Martí, el padre de la revista fundacional La Edad de Oro (1889), daba a conocer al riguroso público infantil de su época, el tercer número de su mensuario transgresor, por lo que, durante varios días, dedicaré JosanCaballero’s Blog, a exponer a mis lectores las necesidades creativas de su salida, como parte de un proyecto bien considerado por el Héroe Nacional Cubano, y las maravillas y especificidades de dicha publicación, tomando en consideración, inclusive, los antecedentes en su propia obra, que se hallan, especialmente, dentro de su poemario Ismaelillo (1882), cuya edición príncipe, también está cumpliendo 127 años, de haber revolucionado las letras hispánicas, con un nuevo sentido de modernidad, para el idioma castellano. Muchos más aspectos de este importante asunto pueden hallarlos en mi sección ESE NIÑO DE LA EDAD DE ORO, igual que el título homónimo, que obtuviera en 1989, el Premio Especial de Ensayo Centenario de La Edad de Oro, del Ministerio de Cultura en Cuba, y que se publicó como libro, durante 1998...

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