viernes, 21 de enero de 2011

Artemisa y el primer biógrafo de Martí.

El Habanero
Por Orlando Ruiz Ruiz
Manuel Isidro Méndez, aunque había nacido en la aldea asturiana de Navia, se convirtió desde joven en un artemiseño de pura cepa. Los vientos de la emigración lo trajeron a Cuba con solo 14 años, y en La Habana traba contacto muy pronto con figuras independentistas envueltas en los trajines de la guerra a fínales del siglo XIX.

A través de esta relación descubre la vida y la obra de José Martí que con el tiempo se convertiría objeto principal de sus estudios. Es precisamente en Artemisa, el pueblo que escogió para residir a poco de su llegada, donde pronuncia un discurso memorable el 19 de mayo de 1918. Tenía entonces 36 años...


Infatigable en su afán y convertido ya en un martiano fervoroso, en 1924 es premiado en un certamen auspiciado por el real Consistorio Hispanoamericano del Gay Saber, en Madrid, precisamente con el trabajo José Martí estudio biográfico, publicado por una editora española en 1925. De este modo Manuel Isidro Méndez se convierte en el autor de la primera biografía del Apóstol cubano conocida en el mundo

Años más tarde, en 1939 la Comisión Pro-Monumento a Martí lo premia por ese mismo libro, aunque bajo el título Martí. Estudio crítico biográfico.

Al leer el libro del artemiseño en torno a la figura del Maestro, José Antonio Portuondo expresó: “es el mejor estudio interpretativo de la vida y la obra de Martí entre nosotros”.

Un artículo del periodista e historiador Luis Hernández Serrano reproduce opiniones de Portuondo en las que expresa también que Manuel Isidro Méndez fue autor de páginas líricas y reflexiones, comentarista de poetas artemiseños, cronista de antiguos cafetales, estudioso de ideas éticas en Cuba, lúcido crítico de las ideas liberales en España, temprano ensayista en bable (dialecto hablado en su tierra natal) y, aunque originalmente fue vástago de una familia acomodada, se convirtió en un defensor de los humildes.

No en balde el biógrafo artemiseño de nuestro Apóstol escribió: “el sentido moral de Martí no se detiene en el individuo, va siempre a lo universal y mira más a los deberes que a los derechos”.

El desaparecido escritor Luis Suardíaz dijo de Manuel Isidro Méndez en resumen esencial: “Sin dejar de ser un asturiano enamorado de su gente y de su tierra, unió su destino a su nueva patria y enseñó a propios y extranjeros a conocer y a amar a José Martí”.

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