martes, 26 de abril de 2011

José Martí: La república debe dejar de ser colonial

Miralys Sánchez Pupo
web@radiorebelde.icrt.cu
Radio Rebelde
La Habana, Cuba.- El recorrido martiano sobre la historia de nuestro continente le llevó a reflexionar en su ensayo Nuestra América que no era posible continuar viviendo en medio del pasado colonial, aún cuando se izara cada día la bandera nacional en cada uno de nuestros países. Adoptar esa postura de forma superficial era una relación contra la naturaleza del ejercicio del poder en beneficio de los humildes en cualquier parte del mundo.

La visión de José Martí se adelantó en siglos a la situación prevaleciente en el joven continente donde contar con bandera o himno no ha implicado una señal de real soberanía. Nuevos amos en el ámbito político han entorpecido la claridad de la verdadera independencia que permita con la soberanía garantizada solucionar los problemas arrastrados desde la colonia.


Por esa visión de futuro, el Maestro dejó la huella de su pensamiento que afirmó en torno a la gobernabilidad que ella debe expresar la razón de la humanidad sobre todas las cosas. Y nunca ser la expresión de un segmento universitario o campesino por ejemplo. El poder debe ser resumen de las necesidades de lo universal de los seres humanos y no de un segmento en particular.

La política puede contribuir al cambio que necesita un segmento humano pero no traicionar a los demás elementos participantes de una república. En ella debe prevalecer el sentido supremo que represente al país. Pero nunca la idea fragmentaria y dictatorial de la colonia. Tal idea lejana de la modernidad en que ya vivió Martí, fue muy criticada por él al ratificar que los hábitos de los opresores anteriores no deben ser bandera que puedan flotar en un futuro que ya no les pertenece.

Las repúblicas deben ser el escenario donde se cambie el espíritu de los gobiernos anteriores. Ella debe ascender hacia el futuro donde el pasado no puede tomarles la bandera para aniquilar la vanguardia de un nuevo pensamiento en bien de sus pueblos respectivos. La nueva razón y no el pensamiento de los anteriores gobernantes es el que deba elevar su bandera en medio de nuevos vientos. El pasado que no permitió el triunfo de los pueblos no pude continuar con vida en las nuevas repúblicas americanas.

El proyecto martiano para las nuevas repúblicas de nuestro continente estuvo establecido en la idea central de contar definitivamente con “Una república para todos y para el bien de todos”. Su espiritualidad estuvo presente en lo raigal del ensayo Nuestra América.

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