jueves, 2 de julio de 2009

La Edad de Oro. Para toda la vida.

Diario Granma
Raquel Marrero Yanes

¿Cómo olvidar que dormíamos con los cuentos bajo nuestra almohada? ¿Cómo no recordar a aquellos de La Edad de Oro? Tres Héroes, Meñique, Los dos Príncipes, Nené Traviesa, El Camarón Encantado, La Muñeca Negra... ¡Y qué decir de Los Zapaticos de Rosa! Son legados que recibimos desde pequeños y nos sirven para toda la vida.

José Martí escribió esos cuentos, poemas, versos y artículos en La Edad de Oro, revista mensual de 32 páginas, de recreo e instrucción, publicada en Nueva York hace ahora 120 años. Entre julio y octubre de 1889 salieron los únicos cuatro números, que quedarían para la posteridad.

"Para los niños es este periódico, y para las niñas, por supuesto", dice Martí, y agrega: "Para eso se publica La Edad de Oro: para que los niños americanos sepan cómo se vivía antes, y se vive hoy [...]. Así queremos que los niños de América sean: hombres que digan lo que piensan, y lo digan bien: hombres elocuentes y sinceros".

El Maestro se entregó con amor a esa obra —prominente en las letras cubanas e hispanoamericanas—, y logró un mensaje universal. Inculcó en ella también su recio ideario anticolonialista, el amor por la patria latinoamericana, la devoción por la justicia, la verdad y la belleza.

En 1905, diez años después de que Martí cayera peleando en Dos Ríos, Gonzalo de Quesada —alumno suyo— reunió los cuatro números de la revista y con ellos editó La Edad de Oro, volumen que cautiva a cualquier edad, con un lenguaje claro y lecturas de interés que regocijan, estimulan, enseñan y cuentan lo pasado y lo contemporáneo, y lo que debemos hacer para construir el futuro.

El mejor amigo de las presentes y futuras generaciones continúa siendo La Edad de Oro, que es lectura obligada para todos los cubanos.

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