Por: Francisca López Civeira
11 abril 2025
El desembarco por Playitas de Cajobabo fue un suceso casi heroico. Foto: Archivo.
El 11 de abril de 1895, Martí escribió en su Diario de campaña: “Arribamos a una playa de piedras, La Playita (al pie de Cajobabo). Me quedo en el bote el último vaciándolo. Salto. Dicha grande”. Esa anotación muestra el sentir del Apóstol a llegar a tierra cubana para incorporarse a la guerra, lo que fue un proceso complicado y con diversos inconvenientes en el camino.
Martí llegaba junto a Máximo Gómez quien anotó en su Diario:
“Ya son las 10 de la noche y nos hemos podido pegar a tierra-pero el desembarco no nos fue posible, pues son peñas cortadas a cantos que se elevan de manera brusca y donde el mar combate con furia-y seguimos costeando un poco. La fortuna nos depara un recodo, “La Playita”. Allí dirigimos nuestra embarcación, y como por encanto nos encontramos en tierra; casi de la misma embarcación pasamos a la orilla de Cuba, a las 10 y media de la noche del día 11 de Abril”.
De esta manera quedó plasmado el hecho del desembarco de los seis expedicionarios el 11 de abril de 1895 en los diarios de campaña de sus principales dirigentes. Era el colofón de un gran esfuerzo, lleno de complejidades, por el cual se había iniciado la guerra independentista en Cuba el 24 de febrero de 1895 y a la que se unía su dirección. Ya Antonio Maceo había llegado por Duaba el 1 de abril y ahora se incorporaban el General en Jefe y el Delegado. El proceso para llegar a ese momento pasó por dificultades como el fracaso del Plan de Fernandina, cuando las autoridades estadounidenses incautaron parte de los recursos de la expedición ya preparada en enero, y después el gran esfuerzo y hasta cambios de planes para llegar al alzamiento del 24 de febrero y a la incorporación de los principales dirigentes. A su vez, para Martí era una gran victoria pues lograba su propósito de incorporarse al territorio en guerra.