Por: Ania Terrero, Armando Franco
28 enero 2019
No hay un único Martí en Cuba; hay cientos, miles, millones. Fernando Medina / Cubahora.
¿Quién es José Martí? ¿Cómo resumir en tan poco tiempo y espacio sus múltiples facetas, su personalidad apabullante, sus reflexiones, temores y aciertos? Hay que contar al hombre, al héroe, al revolucionario, al periodista, al poeta… Aún más, hay que hablar sobre Martí recuerdo, herencia y deuda. ¿Cómo escapar entonces del error frecuente y no sacralizarlo, simplificarlo, anularlo? Escogemos partir de un hecho, una realidad definida por otros tantos: no hay un único Martí en Cuba; hay cientos, miles, millones.
Hay un Martí en el catedrático que estudia su obra para entender, con el paso de los años, viejas reflexiones que resurgen como nuevas. Hay un Martí en el artista que busca en su figura la inspiración para pintar, escribir o filmar -pero siempre cuestionar- la realidad que le circunda. Hay un Martí en el delincuente de barrio que entre tablas de dominó sentencia, con el único lenguaje que conoce, “lo escapa’o que estaba el tipo”. Hay un Martí en el investigador que descubre en la universalidad de la ciencia puntos de contacto con las sentencias martianas. Hay un Martí en los niños de una Colmena que cuentan “en secreto de pandilla” los bienes de la semana. Hay un Martí tatuado en la piel de un joven fotógrafo que desanda el mundo. Hay otros, muchos, tantos.