Mostrando entradas con la etiqueta Maestro. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Maestro. Mostrar todas las entradas

viernes, 10 de junio de 2022

José Martí, maestro de Español

Redactó: Pedro Pablo Rodríguez.
5 junio, 2022

En 1892, el Comité de Escuelas Nocturnas de Nueva York aprobaba la sustitución definitiva de José Martí del cargo de instructor de Español.

Ampliar imagen
Foto tomada de Cubarte

En 1892, el Comité de Escuelas Nocturnas de Nueva York aprobaba la sustitución definitiva de José Martí del cargo de instructor de Español.

Dos años antes, el 1ro. de octubre, esa instancia había aprobado su contratación a ese efecto. Fueron solo dos cursos en los que Martí impartió sus clases en esa escuela, situada en la calle 63 número 220.

Este lugar estaba relativamene alejado de su oficina en la calle Front, en la parte antigua de la ciudad, donde despachaba desde horas de la mañana, y a menudo, hasta entrada la noche.

A pesar de ello, llegaba puntualmente al encuentro con aquellos estudiantes adultos, trabajadores en su mayoría, quizás inmigrantes varios de ellos.

lunes, 16 de mayo de 2022

De todas partes: José Martí, El Guatemalteco

Redactó: Pedro Pablo Rodríguez.
Redaccion Central
15 mayo, 2022

En abril de 1877 arribó José Martí a la Ciudad de Guatemala hasta finales de julio o principios de agosto del año siguiente, cuando regresó a la patria, acompañado de su esposa en estado de gestación.

Ampliar imagen
Foto: Internet

En abril de 1877 arribó José Martí a la Ciudad de Guatemala hasta finales de julio o principios de agosto del año siguiente, cuando regresó a la patria, acompañado de su esposa en estado de gestación.

Durante aquella estancia, el joven cubano se convirtió en personalidad significativa de la vida intelectual guatemalteca.

Allí se desempeñó como profesor de Literaturas Modernas y de Historia de la Filosofía en la Escuela Normal formadora de maestros, dio clases de esas materias sin remuneración en la Universidad e impartió composición en una escuela de señoritas.

Ocupó la tribuna con el beneplácito de la clase ilustrada guatemalteca que dominaba las ideas, la enseñanza y la política.

Hasta el expresidente Miguel García Granados le abrió su hogar, sus fiestas, su pasión por el ajedrez, y María, una de sus hijas, hermosa y atrevida, le confesó su amor.

sábado, 19 de febrero de 2022

José Martí, maestro de Español

Por: Pedro Pablo Rodríguez
17 febrero, 2022

Hace 130 años, el 17 de febrero de 1892, el Comité de Escuelas Nocturnas de Nueva York aprobaba la sustitución definitiva de José Martí del cargo de instructor de Español. Dos años antes, el 1ro de octubre, esa instancia había aprobado su contratación a ese efecto

Ampliar imagen

La Habana, Cuba. – Hace 130 años, el 17 de febrero de 1892, el Comité de Escuelas Nocturnas de Nueva York aprobaba la sustitución definitiva de José Martí del cargo de instructor de Español. Dos años antes, el 1ro de octubre, esa instancia había aprobado su contratación a ese efecto.

Fueron solo dos cursos en los que Martí impartió sus clases en esa escuela, situada en la calle 63 número 220. Este lugar estaba relativamente alejado de su oficina en la calle Front, en la parte antigua de la ciudad, donde despachaba desde horas de la mañana, y a menudo, hasta entrada la noche.

A pesar de ello, llegaba puntualmente al encuentro con aquellos estudiantes adultos, trabajadores en su mayoría, quizás inmigrantes varios de ellos.

El de mayor edad tenía 32 años. Responsabilidad del maestro, cuya amenidad y saberes encantaron a los alumnos.

miércoles, 26 de enero de 2022

Las clases de Martí a los trabajadores

por Alina Martínez
Publicado el 24 enero, 2022 • 0:29

Llegaba al aula entre nueve y media a diez, después de impartir la cla­se nocturna con la que se ganaba el sustento. Lo esperaba un auditorio de obreros, sentados en sillas dis­puestas en semicírculo en torno a la mesa del maestro.

Ampliar imagen

Le aguardaba un grupo de pape­les escritos con preguntas sin firma sobre los más diversos temas. Eran las inquietudes de los discípulos convertidas en el contenido de cada una de dichas sesiones, que por la variedad de asuntos que abordaban llegaron a calificarse de enciclopé­dicas.

“De literatura, de ciencia, arte, política, religión, etc., de todo se tra­tó allí, de todo sabía él, y de todo nos hablaba”, narró Manuel J. González, uno de aquellos alumnos, sobre el magisterio de José Martí en la So­ciedad Protectora de Instrucción La Liga que vio la luz en Nueva York en enero de 1890, donde se impartían diferentes asignaturas. Era sosteni­da con el aporte de parte de los sa­larios de los trabajadores emigrados de Cuba y Puerto Rico.

La Liga llegó a ser algo más que un escenario para adquirir conoci­mientos o recrearse, como ocurría los lunes, cuando los socios se reu­nían para escuchar buena música, leer poesía o conversar.

El creador de la idea, Rafael Se­rra, consideró que era un organismo forjador de voluntades y desde que solo era un proyecto, Martí valoró su importancia, lo acogió con entu­siasmo, le deseó éxitos y pidió cola­borar. Así se lo escribió a Serra: “Yo, que nada solicito, tendría el honor de solicitar serles útil, útil de verdad en su sociedad la Liga o cualquier otra, de hombres y mujeres, donde no les venga mal un amigo sincero que les ayude a buscar la verdad, o un com­pañero que contribuye a propagarla”.

lunes, 26 de abril de 2021

Hace 140 Años José Martí dictó clases de Gramática y Oratoria en Venezuela

Por: Wolfgang R. Vicent Vielma (*)
Viernes, 16/04/2021 08:02 AM

Martí en sus años juveniles, apenas con dieciocho años de edad, en su confinamiento en España, dio sus primeros pasos, aunque de manera informal, en ese mundo maravilloso de la enseñanza, por lo que obtiene algunos recursos para su manutención en Madrid dando clases particulares a dos niños de esa ciudad, lugar donde él había iniciado sus estudios en derecho, filosofía y letras. Pero en realidad, el ingreso pleno de Martí en el rol de docente lo hizo en Guatemala en 1877, donde logró su ingreso como Profesor de Literatura y Composición en la Escuela Normal Central que dirigía el también cubano José María Izaguirre, y de Literatura alemana, francesa, inglesa e italiana en la universidad. En Cuba, en septiembre de 1878, obtiene autorización para impartir clases en el colegio de primera y segunda enseñanza de Hernández y Plasencia. Como lo manifestara Martí, él concebía la educación como un acto constante de creación, un acto alimentado por el amor; por ello abogó por la constitución de un contingente de maestros misioneros quienes a través de "una campaña de ternura y de ciencia" de maestros ambulantes "dialogantes" y no "dominés" llevasen conocimiento, enseñanza a todos los sectores de la sociedad, priorizando a aquellos sectores menos favorecidos. El maestro es el principal agente de esa gran gesta que es la educación. Con esta formación y estas ideas participa Martí dentro del proceso creativo de la educación en Venezuela, donde además de la Gramática, incorpora la Oratoria.

Martí, Profesor de Gramática Francesa en el Colegio Santa María.

A cuadra y media de la Plaza Bolívar de Caracas entre las esquinas de Veroes a Jesuitas, se ubicó, en la época colonial, en la segunda mitad del Siglo XVIII, la escuela en donde Simón Rodríguez daba clases al niño Simón Bolívar, era la Escuela de las Primeras Letras. Con el tiempo el uso de estas edificaciones fue cambiando. Para el año 1848, Juan Vicente González constituye en esos espacios el Colegio Salvador del Mundo, y el 2 de octubre de 1859, Agustín Aveledo y Ribas Baldwin fundan el Colegio Santa María que funcionó bajo la rectoría de Aveledo hasta el momento de su cierre el 9 de junio de 1917. Fue esa, una época de gran esplendor para el Colegio Santa María, siendo un referente de la educación y la cultura del país, su lema era, moral, orden, estudio, constancia, progreso y por sobre todo, Dios.

domingo, 12 de julio de 2020

José Martí, Maestro en Nueva York

Por Pedro Pablo Rodríguez
Ampliar imagenLa Habana, 11 jul (Prensa Latina) El ejercicio del magisterio lo practicó el revolucionario cubano en varios momentos de su corta vida. En España dio clases particulares mientras él cursaba estudios universitarios.

En Guatemala integró los claustros de la Escuela Normal formadora de maestros, de la Universidad y de una Academia para jovencitas. En La Habana y en Caracas ejerció como profesor de escuelas para niños y adolescentes, y estableció una cátedra de oratoria en la capital venezolana. Y hace 130 años también trabajó en las aulas en la ciudad de Nueva York.

En el curso escolar de 1890 lo nombraron profesor de Español de la Escuela Central Superior Nocturna de la urbe, ante un alumnado de adultos, angloparlantes en su totalidad, y se le renovó el nombramiento en 1891 hasta que al año siguiente abandonó esa labor para ocupar todo su tiempo en las tareas del Partido Revolucionario el objetivo de organizar la guerra independentista de la patria.

Cuatro decenios después, uno de aquellos estudiantes llamado Víctor H. Paltsits entregó varias páginas con sus recuerdos de su singular maestro, al que describe como 'un caballero en palabras y maneras, y al mismo tiempo un scholar'.

sábado, 17 de mayo de 2008

Martí, el maestro.

Mercedes Santos Moray
Servicio Especial de la AIN

Aunque numerosas fueron las profesiones que, a lo largo de sus 42 años de vida, asumió José Martí, sobresale su trayectoria como maestro, es decir, docente, ya que en verdad su magisterio trasciende el aula, y deviene enseñanza viva.

Una de las vías de su formación -no solo desde el intelecto, sino como ser humano- llegó al niño primero y luego al adolescente, gracias al magisterio cubano, a esos criollos que desde la educación iban formando a los patriotas, frente a la obsoleta educación de corte neofeudal que cultivaba la metrópoli en la Isla.

No olvidemos la obra de Félix Varela en el Seminario San Carlos, su labor en la batalla de ideas frente a la escolástica y luego la presencia fundacional de José de la Luz y Caballero, quien fue, además, mentor de juventudes, y de alumnos tan destacados como el poeta Rafael María de Mendive.

Por eso, Martí continuará esa vocación tan hermosa, y se afirma incluso que la ejerció durante su primer destierro, en Madrid, aunque no se han encontrado pruebas suficientes para sostener tal afirmación.

Lo que sí es cierto es su presencia en Guatemala como maestro, desde 1877, cuando impartió clases en la Escuela Normal, al ser invitado por su coterráneo José María Izaguirre, quien dirigía la institución académica, en aquellos tiempos del liberalismo centroamericano.

También sería docente en la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Central, y ejerció en la Academia de Niñas de Centro América, entonces bajo la dirección de doña Margarita Izaguirre, en cuyo alumnado estaba María García Granados, la que todos conocemos por el romance de "La niña de Guatemala", que integró los Versos Sencillos.

Tras el Pacto del Zanjón, y al producirse su regreso a Cuba, también fue maestro en el colegio habanero de la Casa de Educación, mientras ejercía como pasante, desde su condición de abogado, en algunos bufetes.

Luego de un breve período en la península y en los Estados Unidos, volvería Martí a ser maestro, en Caracas, la capital de Venezuela, donde reside en 1881 y ejerce en el colegio Santa María y en el Villegas.

Obligado a enrumbar hacia Norteamérica, por su enfrentamiento al gobierno de Guzmán Blanco, comenzará a vivir la historia de los tres lustros de su madurez como persona e intelectual en EE.UU.

Y durante esos casi 15 años, fue asimismo maestro de adolescentes, jóvenes y adultos, al enseñar en la Escuela Central Superior de la ciudad de Nueva York, con un alumnado de fuerte presencia migratoria.

Asumida la labor pedagógica con verdadera pasión, en 1890 se sumó desde el magisterio a la Sociedad Protectora de la Instrucción, fundada por trabajadores cubanos y puertorriqueños, en su mayoría de raza negra, a quienes trasmitió no solo conocimientos académicos, sino el sentido de la eticidad mientras sembraba en todos también el amor a la Patria.

Esas jornadas del docente José Julián Martí y Pérez, realizadas sin recibir pago por las clases que impartía, fueron quizás las más suyas, las que le permitieron darse con mayor libertad a sus discípulos, en los cuales sembró amor y fe, ideales de libertad y de igualdad racial.

Serían esos trabajadores humildísimos quienes comenzarían a llamarlo "Maestro", desde el sentido apostólico del concepto, obra de educación y guía, de fundación misionera, muchos de los cuales se sumarían también al ideario de la independencia, que ya desde la creación del Partido Revolucionario Cubano y del periódico Patria, esparcía Martí sabedor del valor moral de la enseñanza.