Jorge Wejebe Cobo
16 Junio 2021
El movimiento obrero y comunista recibió con pesar el 18 de junio de 1926 la noticia del fallecimiento de Carlos Baliño a los 78 años, el que fuera el hombre puente entre el ideal independentista al que se consagró junto a José Martí, con quien fundó el Partido Revolucionario Cubano (PRC), y la emancipación del proletariado en unión de Julio Antonio Mella, con el cual organizó el Partido Comunista en 1925.
En esa ocasión, el Periódico El boletín del cigarrero reprodujo un artículo de gran simbolismo titulado “La caída del roble” y en uno de sus párrafos sentenció: "Los trabajadores de Cuba y especialmente los comunistas, han perdido a uno de sus mejores militantes".
Baliño, obrero tabaquero de filiación socialista, fue calificado por el Maestro como “un cubano que padece con alma hermosa por las penas de la humanidad y solo podría pecar por la impaciencia de redimirlas”, palabras muy cercanas a las que utilizó para calificar a Carlos Marx cuando supo de su deceso en 1883, al cual consideró “hombre comido del ansia de hacer bien”.
En 1892, el obrero tabacalero conoció en Tampa, Estados Unidos, al prócer independentista y se convirtió en su cercano colaborador, que lo distinguió, además, con su amistad, y desde entonces participó activamente en la fundación y dirección de clubes revolucionarios de base del PRC, cumplió tareas en la recolección de fondos en su gremio y escribió artículos en el periódico Patria llamando a desarrollar la revolución.
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