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lunes, 24 de enero de 2022

Edelmiro Mayer, un gobernador territoriano que conoció a Lincoln, Benito Juárez y José Martí

20 enero, 2022
Viedma.- (APP)

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La vida del exgobernador del territorio de Santa Cruz, general Edelmiro Mayer, daría para más de una película o novela. Fue amigo de Mitre y Roca, viajó a los Estados Unidos donde conoció a Lincoln y luchó para abolir la esclavitud, marchó luego a México donde se alistó a favor de Benito Juárez contra el emperador Maximiliano, hizo amistad con el patriota cubano José Martí, escribió libros y encaró con fervor la tarea de “conquistar el desierto” en el sur argentino. Presentamos una síntesis de esta asombrosa y, como nos pasa a los argentinos, casi desconocida historia a través de la crónica del escritor e historiador Raúl Larra, de su libro “Al sur del Colorado” (Ediciones Eurindia, 1983).

El general Edelmiro Mayer llegó a Río Gallegos en abril de 1893. Intimo amigo de Mitre, Roca y Roque Sáenz Peña, había sido nombrado gobernador del territorio de Santa ‘Cruz en reemplazo de Ramón Lista.

La vida de Mayer es una aventura digna de novelarse. Porteño, nacido en 1834, hijo de padre alemán y madre española, ingresó desde muy joven en el Ejército, peleó en Cepeda y Pavón con el grado de capitán y luego de sargento mayor. Acompañó al general Paunero en su expedición al interior. Éste, en su calidad de jefe, lo promovió a teniente coronel. Mitre, gobernador de Buenos Aires, le desconoció a Paunero autoridad para otorgar ascensos, pero a su vez confirmó el de Mayer, quien, disgustado, lo rechazó pidiendo la baja del ejército.

Emigra a los Estados Unidos de Norte América. Trabaja primero en el comercio y luego ingresa como instructor en un instituto militar donde hace amistad con el hijo de Lincoln, en cuyo bufete de abogado ingresa. Designado presidente, Lincoln lo nombra para un alto cargo. Sobreviene la guerra civil. Mayer hace campaña periodística en favor de la abolición de la esclavitud y forma unidades de combates con gente de color, comandando una de ellas como teniente coronel. Se distingue en Chattannoga, es herido gravemente en la batalla de Olustee y se destaca en el sitio de Richmond, que clausura la guerra con la derrota de los sudistas. Allí es protagonista de un acto temerario. Para ganar una apuesta se asoma despreocupado durante un minuto en un desfiladero sometido al fuego de los tiradores enemigos, que creyéndolo quizá un parlamentario o un suicida no le disparan. Vuelve a su puesto y cobra el dólar apostado.

Después del asesinato de Lincoln, Mayer marcha a México y se alista en favor de Benito Juárez contra las tropas del emperador Maximiliano. Le reconocen su grado y le otorgan mando de tropa. Pero por ser gringo algunos lo consideran yanqui. Su segundo, el teniente coronel Cañas, lo ofende. Mayer lo reta a duelo, a la mexicana, a 20 pasos, con dos pistolas y avanzando. Su contendiente muere mientras Mayer recibe cinco balazos de los que termina reponiéndose.