Julio Cesar Sánchez Guerra
en Exclusivo 25/10/2025
No vires la cabeza al otro lado, no te desentiendas del problema, que es asunto muy grave, no disimules con palabras que la falla es nuestra...
El 26 de agosto de 1893, José Martí publica en las páginas del periódico Patria su artículo: A la raíz, donde analiza la necesidad de ir hasta el fondo del problema de Cuba, cuya solución no era sino alcanzar la independencia y lograr el equilibrio socil.
“Los pueblos, como los hombres, no se curan del mal que les roe el hueso con menjurjes de última hora, ni con parches que les muden el color de la piel. A la sangre hay que ir, para que se cure la llaga. No hay que estar al remedio de un instante, que pasa con él, y deja viva más sedienta la enfermedad”.
Lo escribe en agosto de 1893, y parece que lo dice para todos los tiempos. En nuestro caso, en medio de tantas carencias y fragilidades de todo tipo, los problemas no se resuelven con el “remedio de un instante”, ni con “menjurjes de última hora”… Es necesario eso que dice el Maestro, “ir hasta la sangre para que se cure la llaga”.
Martí, sabe que la crítica ahondadora, es un acto de sanidad social. Por eso afirma: “O se mete la mano en lo verdadero, y se le quema al hueso el mal, o es la cura impotente, que apenas remienda el dolor de un día, y luego deja suelta la desesperación… hombre es el que le sale al frente al problema, y no deja que otros le ganen el suelo en que ha de vivir y la libertad de que ha de aprovechar”.

















