por Dr. C. Ricardo Hodelín Tablada*
Publicado el 27 agosto, 2025 • 22:14
Homenaje a José Martí en el 135 aniversario de su estancia en las montañas de Catskill en agosto de 1890
«Me echó el médico al monte, corrían arroyos, se cerraban las nubes, escribí versos»
José Martí
El año 1890 fue difícil para José Martí, el 22 de enero la Sociedad Protectora de la Instrucción La Liga desarrolló una velada para estrenar un nuevo local en Bleecker Street número 198 y allí Martí pronunció un discurso, al término quedó disfónico por afectación de las cuerdas vocales y tuvo que guardar reposo. En abril la propia sociedad organizó una serie de clases gratuitas para cubanos y puertorriqueños de bajos ingresos, y la intensa participación de Martí también lo llevó a guardar cama.
El 12 de junio en carta a Juan Bonilla escribe Martí: «No he peleado mal, mi querido Juan, en estos últimos meses, a pesar de mis morideras. Ni en ninguna de mis peleas he dejado de tener muy presente a aquellos que me consuelan, por su honradez y nobleza, de la falta usual de ellas en los hombres». El mismo mes le corresponde a Rafael Serra: «Entre los calores y el trabajo, y los cuidados del espíritu, dieron en cama conmigo, y me voy con la cabeza seca a la montaña. Me voy a un rincón de hojas y de soledad por unos días». A su trabajo constante se suma que al mes siguiente, el 24 de julio fue nombrado, por decreto presidencial, Cónsul de la República Argentina en Nueva York, y seis días después la República de Paraguay lo designa Cónsul de su país en la ciudad norteña.