Por Pedro Rioseco Colaborador de Prensa Latina
7 de diciembre de 2025
La Habana (Prensa Latina) Antonio Mceo Grajales, mayor general y segundo jefe del Ejército Libertador cubano contra el colonialismo español, guerrero incansable con más de 600 acciones combativas, el 7 de diciembre de 1896 libró su último combate antes de pasar a la inmortalidad.
Bautizado en la historia como el Titán de Bronce, fue un maestro en el empleo de la táctica militar frente a fuerzas superiores del colonialismo español a las que su nombre imponía pavor, y José Martí dijo de él que “hay que poner asunto en lo que dice, porque tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo”.
En febrero de 1878 dio respuesta contundente a quienes gestaban el Pacto del Zanjón al librar los victoriosos combates de Llanada de Juan Mulato y San Ulpiano.
El 15 de marzo de 1878 se entrevistó con el eneral español Arsenio Martínez Campos en Mangos de Baraguá, hecho recogido en la historia como la Protesta de Baraguá, donde pronunció su histórica frase: ¡No, no nos entendemos!Después de librar con gran éxito militar la invasión de Oriente a Occidente, junto al general en jefe del Ejército Libertador, Máximo Gómez, y luego de atacar a Batabanó, en La Habana, Maceo cruzó la trocha de Mariel a Majana el 15 de marzo de 1896, para dar comienzo a su segunda campaña en la provincia pinareña.
En julio escribe desde su campamento en El Roble una carta dirigida al coronel Federico Pérez Carbó donde le dice: “De España jamás esperé nada; siempre nos ha despreciado, y sería indigno que se pensase en otra cosa. La libertad se conquista con el filo del machete, no se pide; mendigar derechos es propio de cobardes incapaces de ejercitarlos.




















