sábado, 1 de noviembre de 2025

La Universidad de la Paz, inspirada por José Martí, se funda en Roma. Vásquez Pérez y Vasapollo: «Uniendo los legados franciscano y antiimperialista» (Chiara Lonardo).

Di redazione genova
- 30/10/2025

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Inaugurada en el convento franciscano de Via Porta Tiburtina 14, la nueva institución aúna la visión de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada y la perspectiva decolonial de Luciano Vasapollo. En la inauguración, las emotivas palabras de Marlene Vásquez Pérez, directora del Centro Martí de La Habana, evocaron el mensaje de amor y justicia del gran patriota cubano.

La Universidad de la Paz, proyecto conjunto de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada y la Escuela de Doctrinas Decoloniales fundada por el profesor Luciano Vasapollo, fue inaugurada ayer en el convento franciscano de Via Porta Tiburtina 14. La institución se concibió como un espacio de educación, investigación y diálogo intercultural, en pro del conocimiento libre de dominación económica y geopolítica, y fundado en los principios universales de fraternidad, justicia y solidaridad.

La invitada de honor en la ceremonia fue Vásquez Pérez, directora del Centro José Martí en La Habana, quien dedicó su discurso al poeta y revolucionario cubano, considerado uno de los padres de la independencia latinoamericana. «José Martí», recordó, «era hijo de españoles y nació en Cuba en la segunda mitad del siglo XIX, en un momento en que la contradicción entre el gobierno colonial y los nativos de la isla había alcanzado su punto álgido. Siendo apenas un niño, vivió la Primera Guerra de Independencia Cubana contra España, un conflicto que le inculcó los ideales de libertad, justicia y amor que lo acompañarían durante toda su vida».

La académica enfatizó que Martí era incapaz de odiar, ni siquiera ante el sufrimiento que experimentó en su adolescencia: «Si Dios le hubiera pedido que odiara, no lo habría logrado; en cambio, habría terminado odiándose a sí mismo». Su vida y obra, añadió Vásquez Pérez, reflejan una profunda espiritualidad humanista, que sitúa la dignidad humana y el respeto mutuo en su centro como fundamento de toda auténtica libertad.

Los versos de Martí, recordó el invitado, «transmiten su idea del hombre como parte armoniosa de la naturaleza y la comunidad», citando los famosos Versos Simples, en particular el poema «Rosa Blanca», tan apreciado por el Papa Francisco:

«Cultivo una rosa blanca,
En julio como en enero,
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo,
Cardo ni ortiga cultivo:
Cultivo una rosa blanca.»

Estos versos, explicó, «reflejan la ética más profunda del pueblo cubano: respeto, cortesía, escucha, solidaridad incluso con quienes nos hieren. Martí nos enseña que solo el amor es auténtica fuerza revolucionaria».

La Universidad de la Paz, según sus promotores, aspira precisamente a ser esto: un espacio donde el conocimiento se convierte en herramienta de liberación y donde la cultura de la fraternidad y la justicia se traduce en caminos concretos de educación y cooperación. El profesor Vasapollo, fundador de la Escuela de Doctrinas Decoloniales, calificó la iniciativa como «un paso hacia la construcción de un pensamiento crítico global, capaz de unir los legados franciscano y antiimperialista de Martí en una visión común de paz y dignidad para todos los pueblos».

En efecto, según sus promotores, aspira precisamente a ser esto: un espacio donde el conocimiento se convierte en herramienta de liberación y donde la cultura de la fraternidad y la justicia se traduce en caminos concretos de educación y cooperación, como explica el profesor Vasapollo. Luciano Vasapollo afirmó: «Esta Universidad nació como un laboratorio de paz y justicia social, donde el conocimiento se subordina no al lucro, sino al bien común. Es un acto de resistencia cultural contra la lógica de la guerra y la explotación, y un homenaje a la visión de José Martí, quien nos enseña a unir espiritualidad, compromiso político y amor a la humanidad».

En tiempos marcados por la guerra y la desigualdad, el nacimiento de la Universidad de la Paz se presenta como un signo de esperanza y valentía. Como escribió José Martí: «La patria es la humanidad», una frase que, más de un siglo después, resuena con fuerza en el corazón de Roma.

«En nuestra conversación con el director Vásquez Pérez», comentó Vasapollo, «compartimos la urgencia de actualizar el pensamiento de José Martí, porque no pertenece al pasado, sino que habla directamente al corazón de las contradicciones actuales. Martí nos recuerda que la verdadera independencia no es meramente política o territorial, sino sobre todo cultural, y se alcanza en la batalla de las ideas, en la capacidad de las personas para pensar por sí mismas y construir modelos sociales basados ​​en la justicia y la dignidad. Esos valores no han cambiado: son los mismos que el mundo necesita en este tiempo marcado por guerras, desigualdades y nuevas formas de dominación económica».

Como recordó con Vásquez Pérez, Martí no predicaba el odio, ni siquiera contra el opresor, sino un amor revolucionario que es fuerza transformadora, no un sentimiento abstracto. Su lección es que no hay verdadero cambio social sin un fundamento ético de fraternidad, respeto y solidaridad, sin la voluntad de reconocer al otro —amigo o enemigo— como parte de la misma humanidad. Esta es la profunda raíz que también inspira nuestro proyecto para la Universidad de la Paz: un lugar donde se estudia para liberar, donde el conocimiento sirve para unir y no para dividir, y donde la mayor revolución sigue siendo la del pensamiento y del corazón.

Tomado de: Faro di Roma

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