domingo, 27 de agosto de 2023

El ataque a la Torre Óptica de Colón

María Sánchez Martínez
Madrid 26/08/2023

Cuba, fue uno de los puntos en los que recaló Colón en su primer viaje a América en octubre de 1492. Su conquista, iniciada en 1510, corrió a cargo de Diego Velázquez, que llegó a ser en gobernador de la isla. Cuba se convirtió más tarde en Capitanía General como parte del Virreinato de Nueva España.

En el contexto de las independencias americanas, que discurrió entre los años 1810 a 1824 y alentados por la Independencia de los EE.UU., muchas provincias españolas aprovecharon la debilidad interna de España para alzarse en varios focos de rebelión. Cuba, al igual que Puerto Rico, se mantuvo fiel a España y no será hasta 1868 cuando los cubanos, aprovechando el derrocamiento de Isabel II se alcen en rebeldía con el famoso Grito de Yara. En los diez años que siguieron hasta el Pacto de Zanjón en 1878 y firmado entre José Martí y el General Martínez Campos, se sucedieron una serie de insurrecciones a favor de la liberación nacional entre ellos el ataque a la Torre Óptica de Colón de 1871.

Finalmente, en 1895, José Martí vuelve a alzarse con la ayuda e intervención de los Estados Unidos y conseguirá la independencia de esta isla como provincia de España en 1898.

La Gloriosa y Amadeo de Saboya

En septiembre de 1868 tiene lugar el pronunciamiento de Topete, seguido de Prim y Serrano, es el triunfo de la Revolución Gloriosa que obligó a Isabel II a abandonar el país. Con el inicio del Sexenio Democrático, se inaugura una monarquía republicana. Para ocupar el trono, Prim trajo a Amadeo de Saboya que llega a Madrid en enero de 1871 y donde le espera la noticia del asesinato de Prim.

Desde el punto de vista político se encuentra con el enfrentamiento entre Sagasta y Ruiz Zorrilla. Ambos buscaron apoyo en fuerzas políticas adversas al régimen lo que no favoreció el corto reinado de Amadeo de Saboya. Por otra parte, el país atravesaba momentos críticos, con dos conflictos armados; uno, interno, con la Tercera Guerra Carlista y el segundo en Ultramar donde había comenzado la Primera Guerra de Cuba. Con falta de apoyos, una crisis interna del partido progresista a raíz de la muerte de Prim y los desaires recibidos tanto sociales como políticos, Amadeo I presentó su renuncia irrevocable de la Corona, para él y para sus sucesores, el 11 de febrero de 1873. Había comenzado, por tanto, la I República en España.

La Torre Óptica de Colón

En Pinto, a unos 20 km de Puerto Príncipe (actual Camagüey) se levanta la Torre Óptica de Colón. Este enclave español en la isla de Cuba consta de una torre de madera de dos plantas y rodeada por un foso. Allí, el alférez Cesareo Sánchez y el sargento José Garabito se hallan al frente de la pequeña guarnición del Batallón de Cazadores de Chiclana. A ellos se les había confiado el encargo de defender la torre, para lo que contaban también con la ayuda de tres lugareños.

La guarnición destinada en la Torre Óptica era pequeña y pertenecía al Batallón de Cazadores de Chiclana. El alférez Cesareo Sánchez Sánchez había participado en distintas expediciones antes de llegar a Cuba. Ascendido a alférez, hubo de hacerse cargo de la guarnición. La tarde anterior al día del asedio Sánchez percibió la presencia de grupos de insurrectos en los alrededores de la torre. Sospechando que algo estaba por suceder, mandó a sus hombres que estuvieran preparados. Gracias a ello, cuando se escucharon las primeras descargas, al romper el alba, los soldados estaban ya en sus puestos. Al igual que muchos de sus hombres, el alférez resultó gravemente herido en la pierna, pero mandó que todos resistieran y sofocaran los gritos de dolor.

Veintiún soldados, tres cabos, un corneta, alférez y sargento frente a unos 500 cubanos insurrectos. La desventaja es evidente desde que reciben el primer ataque en la madrugada del 20 de febrero. Los coroneles cubanos Agramonte, Yaguajay y Rodríguez han recibido órdenes de acabar con este enclave español. Los cubanos pretenden jugar con el factor sorpresa, pero la tarde anterior, los españoles han divisado algún mambís merodeando los alrededores, lo que pone al alférez Sánchez en alerta.

Los sitiadores recurren al incendio aprovechando que, al ser de madera, la torre arderá con facilidad. Es en vano porque, aunque la mayoría resultan seriamente heridos, en vez de rendirse, los sitiados se comprometen a resistir hasta la muerte. Cuando la situación se vuelve insostenible deciden salir a pedir ayuda a los suyos, que se encuentran más allá del terreno enemigo. Se ofrece voluntario para cruzar la línea enemiga el corneta Máximo Garrido, que, cuando empezaron a escasear las municiones y se vieron en grave necesidad, no duda en ir en busca de refuerzos aunque implicaba atravesar la línea enemiga, arriesgado su vida. Garrido logró llegar a Puerto Príncipe y regresar acompañado de la columna. Los insurrectos, al ver aparecer los refuerzos, huyen aterrorizados del lugar.

Heridos y habiendo perdido cuatro hombres, los defensores de la Torre Óptica de Colón se hacen con la victoria. Días después, una vez repuesto, el alférez Sánchez informa a sus superiores de la victoria.

Laureada de San Fernando

Una vez difundida la noticia acerca del fracaso del ataque y de la valentía de la guarnición que realizó dicha gesta, la hazaña de los defensores de la Torre de Colón no tardó en ser reconocida.

El alférez Sánchez fue ascendido a capitán el 5 de abril de aquel año. Ese mismo día, el resto de compañeros combatientes recibieron la Cruz al Mérito Militar. El día 19 de ese mismo mes, las tropas de Puerto Príncipe les rindieron honores de capitán general a todos los combatientes y, en la Plaza de Varadero de esta misma ciudad, desfilaron y recibieron sus insignias honoríficas.

Asimismo, se abrió juicio contradictorio para estudiar si los miembros de la guarnición merecían también la Cruz de San Fernando. Esta le fue concedida al alférez Sánchez el 16 de octubre de 1871. No obstante, nada se dijo acerca del resto de compañeros. Puesto que la declaración se retrasaba, el sargento Garabito pidió que se resolviera el juicio.

No fue hasta el 20 de septiembre de 1880 cuando se reconoció por fin el derecho a la Cruz de 2ª Clase laureada a todos los valientes defensores de la Torre Óptica de Colón. Con ello quedó reconocida «en su justo valor la abnegación, el espíritu nacional y el sacrificio voluntario de la vida que por la integridad de la Patria hicieron todos los defensores».

Créditos | El ataque a la Torre Óptica de Colón

En 1871 en la provincia de Cuba, una pequeña guarnición de dos oficiales, tres cabos y veintiún soldados, defendió su posición en la Torre óptica de Colón ante los ataques de los insurgentes cubanos. La defensa supuso una proeza para los que la defendieron, que decidieron resistir y combatir entre las llamas antes de entregar la posición a los asaltantes. Por los méritos y por su valor se les concedió a todos los defensores la Laureada de San Fernando convirtiéndose así en la batalla en la que más Laureadas individuales se han concedido.

Tomado de: El Debate

Nota: He publicado el artículo en su totalidad a pesar de los errores históricos. Los archivos en Madrid de los reportes de la guerra en Cuba están llenos de falsedades y tergiversaciones como esta. El error más grande es situar a Martí como firmante del Pacto del Zanjón. Esta es una muestra de cómo los oficiales españoles en Cuba tergiversaban la realidad en su beneficio.

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