lunes, 4 de marzo de 2024

Victor Hugo, simpatizante de la independencia cubana

Por: Abel Aguilera Vega
25 febrero 2024

Es Victor Hugo, sin dudas, unos de los grandes escritores de la lengua francesa y de la literatura universal de todos los tiempos. Sus obras cautivaron a sus contemporáneos y desde el siglo XIX no han dejado de hacerlo con todos los que se han acercado a sus letras.

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Victor Hugo en 1879. Pintura de León Bonnat.

El escritor, poeta y dramaturgo es considerado uno de los mayores referentes del romanticismo francés del siglo XIX.

Comienzo de una vocación

Victor Marie Hugo nació el 26 de febrero de 1802 en Besançon, Francia. Creció en la convulsa época del esplendor napoleónico, lo cual impactó directamente en su vida. Siguiendo los pasos de su padre, oficial del ejército, vivió en diferentes lugares del país, en Italia e incluso España durante la ocupación francesa a dichos territorios.

Su desarrollo intelectual se produjo en un ambiente de muchos contrastes políticos y religiosos, –su padre era ateo y republicano, y su madre católica y monárquica– por lo que el joven Hugo desarrollaría una voluntad reformista y anárquica. Siempre mostró una posición en contra del poder, criticó tanto al Imperio como a la República, y el enriquecimiento burgués.

Se inició en las letras desde muy joven y mostró un carácter decidido ante su vocación. Cuando aún era un niño publica sus primeros poemas y en 1816 escribiría en un cuaderno escolar: “Quiero ser Chateaubriand o nada”. En 1822 aparece su primer poemario: Odes et poésies diverses. Desde esta publicación demostraría su genio literario, la obra fue un éxito entre la intelectualidad, se agotó a las pocas semanas y fue del gusto del propio rey Luis XVIII.

En 1823 sacaría a la luz su primera novela: Han d'Islande, que pondría en evidencia también sus dotes como prosista. En las siguientes décadas su pluma y su mente no pararían de crear, de donde saldrían obras como Hermani (teatro, 1830), Notre-Dame de Paris (novela, 1831) o Les Misérables (novela, 1862), que le darían fama mundial y lo consagrarían como uno de los escritores más importantes de la literatura mundial. Varias de sus obras han sido adaptadas con éxito a la ópera, el cine, el teatro y la música.

Victor Hugo incursionó en la política y por sus ideas republicanas inició un largo exilio de casi dos décadas (1851-1870) y regresó a París después de la caída del Segundo Imperio.

En él destaca su posición a favor de los más desfavorecidos, uno de los elementos que más sobresale en sus obras. Fue un contemporáneo del inicio del proceso independentista cubano, del cual no permaneció al margen.

Acercamiento a la causa cubana

Sus biógrafos concuerdan en que es precisamente durante su exilio cuando el afamado escritor francés aborda por primera vez el tema cubano.

Durante la navidad de 1869, Hugo ofrece regalos y comida a los niños pobres de la isla Guernesey. En aquella ocasión les dice a los presentes:

Ya que la ocasión se me presenta, permitidme enviar una palabra de simpatía a dos nobles pueblos que han dado el grito de libertad. Cuba se emancipará de España como Haití se ha liberado de Francia; Haití, al libertar a los negros en 1792, aseguró el triunfo de que no hay hombre que tenga el derecho de poseer a otro y Cuba realizará el triunfo de otro principio, no menos grande que cierto, que no hay nación que tenga el derecho de poseer a otra nación.

Es difícil saber de qué fuentes bebió para conocer sobre nuestra Isla a un año del estallido de la guerra. Probablemente sus intercambios con la emigración revolucionaria en Europa le hayan permitido tener una idea sobre la causa independentista. Lo que sí se evidencia es su simpatía a favor de la Revolución cubana.

Tal vez fueron sus pronunciamientos públicos o sus encuentros con los emigrados cubanos, pero al otro lado del Atlántico la emigración cubana en Nueva York conocía del posicionamiento de Victor Hugo con respecto a la insurrección cubana. Para inicios de 1870 recibió una misiva firmada por más de 300 mujeres cubanas quienes solicitaban de su cooperación para que se pronunciara públicamente en respaldo a la causa cubana. El escritor no demoró en satisfacer la demanda y respondió el 15 de enero en apoyo al derecho de la Isla a su independencia de España.

Mujeres de Cuba, que me decís tan elocuentemente tantas angustias y sufrimientos, me prosterno de rodillas ante vosotras y beso vuestros pies adoloridos. No dudéis; vuestra perseverante patria será recompensada de su pena, tanta sangre no habrá manado en vano, y la magnífica Cuba se erigirá un día libre y soberana junto a sus augustas hermanas, las repúblicas de América.

Aunque no se conserva la carta de las emigradas, la mayoría de los investigadores concuerda en que fue la patriota e intelectual matancera Emilia Casanova de Villaverde la autora de la misma. Ella, desde el estallido de la guerra, desarrolló una ingente labor por ayudar a los mambises y se carteó con sus principales jefes, en especial con Carlos Manuel de Céspedes. Entre 1869 y 1876 escribió a favor de la independencia para el periódico editado en Nueva York América Latina, el cual era enviado posteriormente a diferentes países buscando apoyo para la causa. Fundó la organización: Liga de las Hijas de Cuba y probablemente en su representación se dirigió al escritor francés.

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Retrato de Emilia Casanova de Villaverde.

Pero los pronunciamientos de Hugo no quedarían ahí. El 22 de junio de 1874 el patriota camagüeyano Antonio Zambrana le solicitaba un encuentro, al que no dudó en responder el autor de Los Miserables:

Señor:

Simpatizo profundamente con la noble y valerosa Cuba. He levantado ya la voz por ella, y de seguro que la levantaré de nuevo. Tendré una viva satisfacción en veros.

Según testimonio del propio Zambrana, el encuentro se produjo el 25 de junio en la residencia del escritor en París. Sobre su contenido no se tienen referencias, más allá de algunas informaciones secundarias. Es de suponer que el cubano solicitara nuevamente un pronunciamiento público a favor de la causa, cuando esta vivía horas bajas después de la muerte de Ignacio Agramonte y Céspedes y cuando habían fracasado los intentos de extender la guerra hacia el occidente del país.

Posterior al encuentro, el poeta redactó otra declaración a la que tituló “Por Cuba”.

Esos a quienes llaman insurgentes de Cuba me piden una declaración, hela aquí. En este conflicto entre España y Cuba, la insurgente es España. (…). Yo no miro donde está la fuerza sino donde está la justicia.

Martí y Victor Hugo

Desterrado de su propia tierra en febrero de 1871 llega José Martí a España, allí permanecerá hasta 1874. La estancia europea será vital en la formación del pensamiento político e intelectual del futuro Héroe Nacional de Cuba.

José Martí en 1871, durante su primer exilio en España.Desterrado de su propia tierra en febrero de 1871 llega José Martí a España, allí permanecerá hasta 1874. La estancia europea será vital en la formación del pensamiento político e intelectual del futuro Héroe Nacional de Cuba. El 24 de octubre de 1874 el joven Martí se gradúa de Licenciado en Filosofía y Letras e inmediatamente emprende en compañía de su amigo Fermín Valdés Domínguez –a quien despide en Havre– un recorrido por varias ciudades europeas. A pesar de llegar de clandestino, su estancia en París fue la materialización de un sueño de la adolescencia: conocer la ciudad luz.

Su breve estancia fue suficiente para conocer al poeta Auguste Vacquerie, secretario y mano derecha de Victor Hugo. Se presume que fue a través de este que se conocieron Martí y el renombrado escritor francés.

No se tienen evidencias históricas sobre dónde y en qué momento se produjo tal encuentro, ni los detalles del mismo. Lo que sí es seguro es que era costumbre de la emigración revolucionaria cubana, cada vez que iba a París, visitar al genio de las letras, para agradecer las múltiples muestras de apoyo a la causa independentista. El joven e inquieto Martí no iba a desaprovechar tal oportunidad.

Sobre este encuentro es el propio Martí quien nos da una pista. A su llegada a México, semanas después, comienza a colaborar con la Revista Universal de Política, Literatura y Comercio, allí publica en la crónica Variedades de París, el 9 de marzo de 1875, sobre la reunión:

Yo he visto aquella cabeza, yo he tocado aquella mano, yo he vivido a su lado esa plétora de vida en que el corazón parece que se ancha, y de los ojos salen lágrimas dulcísimas, y las palabras son balbucientes y necias, y al fin se vive unos instantes lejos de las opresiones del vivir. El universo es la analogía. Así Víctor Hugo es una montaña coronada de nieves, de la que a montones se escapan rayos que recibe del mismo Padre Sol.

Tres días después la Revista Universal de Política, Literatura y Comercio comienza a publicar la traducción de Martí de Mes Fils de Victor Hugo.

Tomado de: Cuba Debate

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