Marc Pons
Barcelona. Jueves, 4 de abril de 2024. 00:00
Tal día como hoy del año 1870, hace 154 años, en La Habana, las autoridades coloniales españolas enviaban a José Martí, entonces un chico de tan solo dieciséis años, en la cantera penal de San Lázaro, para cumplir con trabajos forzados el resto de la condena que le habían impuesto. Martí había sido detenido durante la oleada represiva que había seguido al estallido de la II Guerra de la Independencia cubana (1868-1878). El 23 de enero de 1869 había editado el primero y único número del rotativo independentista La Patria Libre. Después se había ocultado y había sido delatado por un antiguo compañero de escuela llamado Carlos de Castro y de Castro. Detenido y acusado del delito de rebelión el 4 de octubre de 1869, había sido juzgado y condenado el 21 de octubre de 1869 a seis años de prisión.
José Martí era nacido en La Habana (1853), pero se había criado en la antigua villa de Campanar (actualmente un barrio de la ciudad de Valencia). Su padre Marià Martí, natural de la antigua villa de Campanar, era un suboficial del ejército colonial que, una vez Martí entra en la prisión, maniobraría para obtener la permuta de la condena. El 15 de enero de 1871, después de ocho meses de trabajos forzados y con la salud muy deteriorada, le fue conmutada la pena por la de destierro y se marchó hacia la península. A pesar de aquella durísima condena (que casi le cuesta la vida) y también el durísimo destierro (que lo aisló enormemente), Martí continuaría vinculado al independentismo cubano, y con el transcurso del tiempo se convertiría en el líder indiscutible de este movimiento.
Tal día como hoy del año 1870, hace 154 años, en La Habana, las autoridades coloniales españolas enviaban a José Martí, entonces un chico de tan solo dieciséis años, en la cantera penal de San Lázaro, para cumplir con trabajos forzados el resto de la condena que le habían impuesto. Martí había sido detenido durante la oleada represiva que había seguido al estallido de la II Guerra de la Independencia cubana (1868-1878). El 23 de enero de 1869 había editado el primero y único número del rotativo independentista La Patria Libre. Después se había ocultado y había sido delatado por un antiguo compañero de escuela llamado Carlos de Castro y de Castro. Detenido y acusado del delito de rebelión el 4 de octubre de 1869, había sido juzgado y condenado el 21 de octubre de 1869 a seis años de prisión.
José Martí era nacido en La Habana (1853), pero se había criado en la antigua villa de Campanar (actualmente un barrio de la ciudad de Valencia). Su padre Marià Martí, natural de la antigua villa de Campanar, era un suboficial del ejército colonial que, una vez Martí entra en la prisión, maniobraría para obtener la permuta de la condena. El 15 de enero de 1871, después de ocho meses de trabajos forzados y con la salud muy deteriorada, le fue conmutada la pena por la de destierro y se marchó hacia la península. A pesar de aquella durísima condena (que casi le cuesta la vida) y también el durísimo destierro (que lo aisló enormemente), Martí continuaría vinculado al independentismo cubano, y con el transcurso del tiempo se convertiría en el líder indiscutible de este movimiento.
Se da la curiosa circunstancia que el presidente del Gobierno del momento era el general Joan Prim y Prats (Reus 1814 – Madrid, 1870), que también ejercía como máxima autoridad del Estado desde que la reina Isabel II había sido destronada y desterrada (Revolución Gloriosa, 1868). Las paradojas de la historia hacen que el catalán Prim —como máximo representante del poder colonial— hubiera ordenado el encarcelamiento y hubiera forzado la condena del valenciano Martí —que se convertiría en el icono de la liberación cubana. En 1878, Martí regresó a La Habana, pero en 1881 se exiliaría en Nueva York y fundaría el Partido Revolucionario Cubano, que sería el movimiento político y militar que conduciría el país a la definitiva independencia (entre 1898 y 1904).
Tomado de: El Nacional
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