lunes, 5 de marzo de 2007

En Patria su idea siempre anhelada.

5 de marzo de 2007

Por Carlos G. González Ruiz

Para José Martí Pérez, el Apóstol de la independencia de Cuba, patria tenía un significado mucho más amplio que la tierra que lo vio nacer; para él la humanidad toda era la patria, esa grande y multiplicada donde el negro, el blanco, el indio, el mulato, todos sin distinción debían ser iguales.

Por esa razón y en consonancia con la lucha por ser libres de una vez y para siempre, multiplicó sus esfuerzos en aras de fortalecer la unidad y conformar un periódico que sería el verdadero portavoz del Partido Revolucionario Cubano, en aquel entonces dirigido a aunar voluntades para alcanzar la justicia, no solo en su terruño, sino también en el querido Puerto Rico.

Así el 14 de marzo de 1892 sale a la luz pública la primera publicación de lo que denominaría Patria, y donde reflejaría esa imagen necesaria: "Nace este periódico, a la hora del peligro, para velar por la libertad, para contribuir a que sus fuerzas sean invencibles por la unión, y para evitar que el enemigo nos vuelva a vencer por nuestro desorden."

Y esa era precisamente la prensa revolucionaria capaz de movilizar, fortalecer, convocar y desarmar a quienes trataban de ocultar verdades para su propio bien, sin importar otra cosa que someter e impedir.

"Eso es Patria en la prensa. Es un soldado. Para el adversario mismo será parco de respuestas, y en vano se le querrá atraer a escaramuzas inútiles porque cada línea de los periódicos de la libertad es indispensable para fundarla: aún el adversario hallará en nosotros más bálsamo que acero. El arma es para herir, y la palabra para curar las heridas. Pero en nuestro campo no reconocemos adversario. Nuestra virtud nos escuda, y nos envolvemos en ella.", diría Martí.

Y ese fue el periódico que se alistó para empeños mayores, para emprender la "guerra necesaria", para multiplicar esfuerzos, para contribuir a la independencia de Cuba cuando "el Norte revuelto y brutal también ansiaba la Isla " dada su posición geográfica y sus inmensas riquezas naturales.

Y en Patria se reflejó siempre esa posición martiana de aunar voluntades por el futuro de nuestros pueblos, por esa humanidad hambrienta y desnutrida, por limar diferencias y sobre todo, por alcanzar la justicia y el decoro tan ansiado como escamoteado y pisoteado.

José Martí, desde la historicidad de su palabra y de su acción, asentado en un sólido conocimiento de la realidad, no fue un visionario ni sólo un utopista, sino el político natural que respondía a la lógica del desarrollo de nuestra América, desde un programa mayor que no sólo se detenía en las bases infraestructurales de cambios esenciales, sino que se expandía, y también se consolidaba, desde la gestación de códigos éticos y morales que respondieran a toda una axiología transformadora.

En el Apóstol confluyeron las ideas del pensamiento humanista cubano del siglo XIX y fundió como nadie las corrientes revolucionarias de lo más progresista de la conciencia social y humana de su época, íntimamente ligado a su pluma como la teoría de su pensamiento avanzado.

Cada escrito suyo atesora un análisis detallado y preciso de los acontecimientos culturales, artísticos, literarios y políticos de su tiempo. El lector aprecia en ellos la agudeza, finura, firmeza y entrega humanista, pero sobre todo una evolución hacia el total rechazo de la arbitrariedad crítica y del análisis estilístico superficial.

Martí trasciende distancias y su palabra escrita llega a otras publicaciones: el Partido Liberal , de México, La Mezcla y la Revista Ilustrada , de Nueva York, entre otras muchísimas, pero lo que marca un verdadero hito en su labor periodística fue la creación y redacción del periódico Patria.

Ese fue para el Maestro un vehículo idóneo para la expresión de ideas, el esclarecimiento de concepciones y de la misión del Partido Revolucionario Cubano. Es en Patria, como corresponsal de guerra, donde Martí periodista alcanza su gloria mayor, la cima anhelada, allí donde fue actor, héroe y relator de la guerra que él soñó y ayudó a formar. Precisamente su última misión periodística fue como corresponsal de guerra del periódico Patria.

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