Camagüey , Cuba, Jueves, 28 de Diciembre del 2006
Marta Hernández Casas / servicio especial de la AIN
En el año 1875 José Martí, asiste en México a un concierto en el Conservatorio, allí arrobado ante el buen desempeño de los ejecutantes valora la obra de Mozart.
"...Aquello se ama y se suspira, aquello se oye y se respeta, y se siente con la ternura exquisita con que Mozart lo engendró y escribió.-Rompió Mozart por entre la densa atmósfera racional que tan alto grado alcanzó en la mitad segunda del siglo XVIII. (...)-y guardó en sus notas los suspiros del alma abandonada..." reseñó.
En ese artículo de la Revista Universal de México al comentar al genio resume"...-Su música es una especie de lamentos de ángeles".
Este año 2006 ha tenido particular significado para los amantes del buen arte y más aún para aquellos sensibilizados por el quehacer del notable compositor austriaco. En todo el orbe conciertos, conferencias, y eventos muestran a las actuales generaciones la vida, obra y quehacer del incomparable compositor.
La orquesta sinfónica de Villa Clara, fue uno de las agrupaciones cubanas que imbuidas en los tributos rendidos en todas las altitudes, concibió una serie de conciertos con obras de Wolfgang Amadeus Mozart, genio precoz fallecido con solo 35 años.
"Iniciamos los homenajes en la iglesia Parroquial Mayor de Remedios, octava villa fundada en la Isla, y que mantiene una fuerte tradición artística, allí junto al coro Audinos interpretamos, entre otras obras, el Ave verum corpus, el Tatum ergo y la Missa Brevis" relata Irina Toledo, directora de la octogenaria orquesta.
Esa provincia central contó con cinco actuaciones similares, en escenarios eclesiásticos, donde vincularon la música sacra de Mozart a lugares alusivos. También se ofreció un concierto en el norteño municipio de Sagua la Grande en el cine teatro, todos valorados por la crítica especializada como magníficos.
"La preparación de los músico fue muy fuerte, todas las obras tienen un alto nivel de complejidad, además en la Iglesia del Buen Viaje en Santa Clara se incorporó el coro provincial y se logró una coral de niños conformada por integrantes de varios conjuntos, fue un éxito", concluye Irina.
El Sanctus del Réquiem fue siempre, para deleite de todos, el colofón del programa en este territorio central de Cuba, sobre esa obra Martí escribió"... en su cama de moribundo, consumido por la agitación de su vida y el trabajo desordenado, compuso el Réquiem, que es una de sus obras más perfectas".
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