jueves, 25 de septiembre de 2008

Diarios de campaña, de Martí: Vivo reflejo de una vida.

5Septiembre.cu
Mirtha Luisa ACEVEDO FONSECA
(24/09/2008) 3:45 p.m.

Texto que debe ocupar espacio privilegiado en la biblioteca de cualquier lector, se encuentra a la venta en nuestras librerías.

Es frecuente encontrar en páginas escogidas de la obra martiana algunos fragmentos de sus diarios de campaña, o en ocasiones, se han publicado indistintamente con títulos como De Montecristi a Cabo Haitiano, o De Cabo Haitiano a Dos Ríos. Es menos usual para el lector descubrir la obra completa registrada en sus dos partes, como sucede en esta publicación del Centro de Estudios Martianos: José Martí, Diarios de Campaña, a la venta en nuestras librerías.

Se trata de la edición crítica realizada por la investigadora y ensayista Mayra Beatriz Martínez en un libro que bien puede estar destinado a un lugar privilegiado en el interés de cualquier lector, por la minuciosidad del relato de estos viajes y la poética de sus textos.

Las páginas de Diarios de Campaña son reflejo de lo acaecido en la vida de su autor; allí transitan junto a los sucesos, las anécdotas, los estremecimientos más sublimes, las vivencias del Maestro desde el 14 de febrero de 1895 hasta las últimas letras escritas horas antes de morir. Están recogidos los hechos transcurridos en apenas 3 meses y 5 días, de una existencia antes cargada de acontecimientos disímiles: prisión, destierro, incomprensiones, traición; y ahora estos últimos pasajes son un verdadero soliloquio donde emergen la certeza del camino soñado, la solidaridad humana; allí se suceden los amigos, las muestras de respeto y cariño en letras donde subyace un sentimiento de plenitud espiritual.

Como todo diario, la intimidad denuncia las inquietudes de la pluma, y la lectura insaciable lo acompaña en estos momentos cruciales, cuando aun en circunstancias aciagas no renuncia a los libros.

Transmiten cuanto pudiera rastrearse de la cultura caribeña y cubana, aparecen las costumbres culinarias, la música, los hombres y mujeres que en diversas circunstancias asisten a los finales del siglo XIX en Santo Domingo y Haití, y quienes en Cuba asumen la irrenunciable circunstancia de la guerra contra el colonialismo español.

Tanto en el tránsito por República Dominicana y Haití como en lo referido desde tierra cubana, se aprecian los recursos del poeta inconmensurable que fue su autor. Sale a la luz la originalidad en la adjetivación martiana cuando al referirse a un lugar de República Dominicana, Santiago de los Caballeros, la califica de "trabajadora y épica", dos consideraciones aparentemente poco comunes unidas en una valoración intrínseca. En otros párrafos, cuando ya ha conocido del alzamiento en Cuba del 24 de febrero, el diario y la poesía delatan su impaciencia: "El sueño es culpa mientras falta algo por hacer".

Y como para no renunciar al acercamiento a este libro debe ponderarse la minuciosa edición explícita en estas páginas con 548 notas al pie de acotaciones históricas, precisión de lugares y personas relacionadas con la ruta martiana.

Sin dejar cabos sueltos, la investigadora completa el volumen en los anexos con los datos de 69 figuras vinculadas con el Apóstol. Y un glosario de términos significativos referentes a la flora, la fauna y las costumbres.

Para hacer justicia de la existencia de tan preciado volumen, habría que agradecer al cuidado de Manuel Sanguily y Garrite, que recibiera el primer diario en 1910 de manos de Carmen Miyares, en cuyas manos quedó guardado por haber sido dedicado a sus hijas.

El segundo diario apareció en 1940 en los archivos de Máximo Gómez, a quien fuera entregado, por Ramón Garriga, el joven ayudante de José Martí, que custodiaba el manuscrito en sus alforjas, cuando la muerte atrapa a su autor en Dos Ríos.

Asumir esta lectura será una recreación llena de poesía y vida; no son relatos de guerra, son cantos de amor a la naturaleza y a los hombres y mujeres que habitan en ella; escritos por quien tanto amó la existencia humana.

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