martes, 25 de junio de 2024

Francisco Vicente Aguilera, el millonario heroico

Por Gislania Tamayo Cedeño
23 junio, 2024

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Francisco Vicente Aguilera - Imagen tomada de Ecured

“Nada tengo mientras no tenga Patria” fue el pensamiento político que llevó a Francisco Vicente a colaborar con el movimiento revolucionario encabezado por Carlos Manuel de Céspedes en 1868.

Hasta el final de sus días este sentimiento por la Patria que lo vio nacer el 23 de junio de 1821, hace 203 años permaneció arraigado en el ilustre patriota cubano Francisco Vicente Aguilera descendiente de una de las familias más opulentas del oriente cubano.

Fue Aguilera uno de los tantos cubanos que anhelaban la independencia de Cuba, razón por la cual tuvo una activa participación en los preparativos de la primera gesta libertaria, la Revolución iniciada por Carlos Manuel de Céspedes en 1868, motivo por lo que también encabezó el Primer Comité Revolucionario Cubano, fundado en Bayamo con la participación de Pedro Figueredo y Francisco Maceo Osorio, acciones dirigidas a organizar y extender a todo el país el movimiento independentista a lo largo y ancho de Cuba.

Aguilera fue nombrado Mayor General, Secretario de Guerra, jefe del Ejército de Oriente y tras la Asamblea de Guáimaro, vicepresidente de la República.

En 1871 fue nombrado por Céspedes Agente General en los Estados Unidos, en un esfuerzo por neutralizar a quesadistas y aldamistas que se combatían en la emigración, quienes con la disputa no aportaban recursos a la guerra. El intento fracasó. Los dos bandos abandonaron al insigne bayamés.

Calificado por José Martí como “el millonario heroico, el caballero intachable, el padre de la República, no tuvo reparo en alistarse desde muy temprana fecha en la conspiración de Joaquín de Agüero, en el Camagüey.

Su modestia, su honestidad lo convierten en el símbolo indiscutible de los iniciadores de nuestra guerra de independencia y de la república “con todos y para el bien de todos”.

Sin titubeo alguno Francisco Vicente Aguilera ante las indecisiones de prender fuego a Bayamo para impedir su entrega al ejército colonialista, expresó…“si esa es la voluntad de los bayameses, destrúyase todo por el fuego, yo renuncio a los míos, porque yo no tengo nada mientras no tenga patria”.

En su pretensión de ver una Cuba libre viaja de un lugar a otro intentando unir a los cubanos, ya sean blancos o negros para regresar en una expedición. Otra vez fracasa su anhelo y es cuando escribe a Miguel Aldama: (…) mis deseos de ir a Cuba no son para ocupar la Presidencia, (…) es para cumplir un deber sagrado; fui un iniciador de la Revolución (…) he lanzado a ella muchos hombres (…) voy a compartir con el Ejército los sinsabores de la guerra o a morir.

Falleció en la miseria, sin los más mínimos recursos para subsistir, víctima de un cáncer en la laringe, el 22 de febrero de 1877.

De Aguilera, ejemplo de altruismo y abnegación, afirmó el patriota Manuel Sanguily: No sé qué haya vida superior a la suya, ni hombre alguno que haya depositado en los cimientos de su país y en su nación mayor suma de energía moral, más sustancia propia, más privaciones de su familia adorada, ni más afanes ni tormentos del alma.

Tomado de: Diario La Demajagua

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