jueves, 3 de diciembre de 2020

El José Martí de Celsa Albert

Esta quinta edición de las ideas educativas de José Martí, premio internacional de la UNESCO 1995, es una obra de alta vigencia y que debiera ser analizada por todo aquel que tiene a la educación, como algo trascendente para el bien de la humanidad.

Por Francisco Cruz Pascual
02-12-2020 00:03

Debo agradecer la doctora Celsa Albert Batista por el privilegio que tuve al ser invitado a comentar su libro “las ideas educativas de José Martí”, el jueves 26 del presente mes, junto a los doctores Carlos Almaguer y Marlene Vásquez Pérez del Centro de Estudios Martianos, quienes participaron desde la República de Cuba vía Google meet.

Hablé en forma breve, sobre el José Martí de Celsa, pero antes me referí -a vista de rayo- a otro José Martí, aquel que fue un niño sobresaliente en el que se fijó un educador que descubrió en él dotes intelectuales que podía desarrollar. Fue poeta y soñador desde adolescente, cargado de ideas políticas innovadoras desde muy joven, se dedicó a observar al pueblo cubano y a escribir, para a través del tiempo ir destacando como precursor del modernismo hispanoamericano -pero, sobre todo- como patriota y héroe libertador.

Pero, ese no es el José martí que cautiva a la académica e intelectual Celsa Albert Batista, ella se enamora de las ideas educativas del procer e indaga su concepción pedagógica, ese concepto llano y elocuente de la educación que desarrolla a través de sus ideas, este mártir de la independencia de su pueblo. Sobre esta arista, se desarrolla este libro que Celsa Albert coloca en la palestra pública en una quinta edición.

Para hablar de esta obra, debo iniciar reflexionando sobre la concepción pedagógica en sentido global, la que nos permite mirar el proceso de formación, desde la perspectiva de la experiencia acumulada, tanto de un sistema como de un sujeto del proceso pedagógico. Pero, lo más importante es, que ella nos abre la posibilidad de analizar aquellos ámbitos del sistema que se relacionan con la formación y lo hace, desde una visión integral, llegando a descubrir, afinidades, contradicciones y a descubrir sus propias limitaciones. Las ideas educativas de José Martí, tienen fundamento humanista, sobre dos dimensiones esenciales, se trata de la dimensión política y la dimensión social y esto se debe, al pensamiento del prócer, que estaba muy vinculado con la cultura de toda Hispanoamérica.

Es una verdadera lástima, desde el punto de vista filosófico y ético, que sus ideas sobre la educación, tuvieran tan eximia difusión en la época en que vivió, porque ellas constituyen -a mi modo de ver- verdaderos principios para la fortaleza moral latinoamericanista.

Esas ideas educativas de José martí, podrían servir para renovar la concepción pedagógica latinoamericana, en la formación de profesores, fortaleciendo en esencia, aspectos sobre la función docente, el papel de la escuela y la práctica docente. Esa concepción martiana de la educación, sería capaz de producir una transformación de la función docente, afectando en forma directa la forma de gestionar el aula, a través de un cambio de conducta, hacia un mayor compromiso y responsabilidad hacia la sociedad. El profesor necesita vincularse con las necesidades de cambio de la sociedad, pero para que eso suceda, hay que entender que la concepción pedagógica de los profesores posee un contenido que tienen que comprender las autoridades, sobre una estructura muy dinámica, en torno a sus reivindicaciones, la que debemos conocer y entender si es que deseamos desarrollar con ellos un dialogo a profundidad, que sea fructífero para el todo social a través de la educación de las futuras generaciones de ciudadanos. Entender -por otro lado- las necesidades del profesorado, algo demasiado necesario en Latinoamérica.

Para Martí, el profesor debe ser agente de cambio y esa idea la tienen casi todos los sistemas educativos del planeta, pero el cambio de que hablaba el apóstol era un cambio que construye a un ciudadano crítico, capaz de problematizar realidades del contexto y en diferentes ámbitos. El profesor en las ideas de José Martí es impulsor de transformaciones, un guía que se involucra y acompaña, dejando libertad en los procesos de aprender, con el objeto de hacer crecer al individuo, a través del descubrimiento y la confrontación de ideas.

Esta quinta edición de las ideas educativas de José Martí, premio internacional de la UNESCO 1995, es una obra de alta vigencia y que debiera ser analizada por todo aquel que tiene a la educación, como algo trascendente para el bien de la humanidad. En ese sentido, ese prohombre que analiza la doctora Celsa Albert Batista, ve la escuela en la familia, en la comunidad -lugares concebidos como escuelas- en donde se aprende a vivir y a cosechar realizaciones satisfactorias para la vida limpia del ciudadano, por ello, nos lega la idea de que: “ser bueno es el único modo de ser dichoso. Ser culto es el único modo de ser libre”. Y no se detiene ahí, él considera a cada hombre y a cada mujer, profesores “capaces de construir caminos” capaces de llevarnos al futuro que vamos fabricando con nuestros esfuerzos, sacrificios, pasión y entrega.

Para terminar, debo afirmar, que esa filosofía, sobre esa finalidad, nos puede ayudar mucho en este tiempo de crisis moral y debacles cívico. Es en este punto que quiero enfatizar al José Martí de Celsa Albert Batista, para destacar su actualidad y vigencia de ideas.

Tomado de: Acento

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