A causa de un ataque de uremia, tal vez por algún trastorno renal, el 9 de julio de 1900 falleció en La Habana Leonor Petrona Martí Pérez, a quien su hermano definió “mi Chata romántica”. Desde niños tendrían una relación hermosa de complicidad, de predilecciones compartidas.
El vicepresidente de la Sociedad Cultural José Martí en La Habana, el historiador Josep Pascual Trujillo Fonseca, significó la cercanía afectiva de los tres hermanos que nacieron en la humilde casa de la calle Paula: el Apóstol, Leonor Petrona y María Salustiana (Ana).
Trujillo Fonseca destacó rasgos de personalidad compartidos por el Maestro con Leonor Petrona, “La Chata”: la pasión por la lectura, el espíritu solidario, y la intensidad para enamorarse, algo que nunca –aseguró—debemos borrar de la existencia del héroe.
El reconocido especialista en investigación histórica y trabajo documental, recordó que Alfredo, el hijo mayor de “La Chata”, acompañó a Carmen Zayas-Bazán y a José Francisco en el segundo viaje de ambos a Nueva York, para encontrarse con José Martí.
Josep Pascual Trujillo Fonseca recalcó la inevitable influencia del prócer en su sobrino, quien se recibió de estomatólogo en Estados Unidos, se incorporó a la guerra en la expedición de agosto de 1898 por Banes, al mando del General de División José Lacret Morlot, y alcanzó los grados de capitán del Ejército Libertador.
Leonor Petrona, “La Chata”, hermana de José Martí, falleció hace exactamente 120 años víctima de uremia, una enfermedad provocada por la acumulación en la sangre de productos tóxicos, derivados generalmente del nitrógeno, por un mal funcionamiento nefrológico.
Tomado de: Radio Rebelde
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