José Martí y abril

Por Hilda Pupo Salazar
Abril 18, 2021

Foto: Cubaperiodistas

Para la Cuba de los siglos XX y XXI, Abril es el mes de la victoria, en alusión a la derrota de los mercenarios protegidos por los yanquis, en el vil ataque por Playa Girón, el 16 hasta el 19 de 1961, cuando fueron derrotados en menos de 72 horas.

De esos históricos días, Fidel dijo: Pienso, sinceramente, que lo de Girón fue una gran proeza de nuestro pueblo y no solo por lo que hizo, sino por lo que estuvo dispuesto a hacer, por la seguridad que uno tiene de que los yanquis habrían salido derrotados de Cuba, aunque el precio para nosotros hubiese sido muy alto, que el primer Viet Nam habríamos sido nosotros”.

Coincide con la victoria, en su Aniversario 60, la realización del VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba, desde el 16 hasta el 19 de abril, cuyo lema central llama a la unidad y a la consagración, momento cumbre para trazar el futuro del país.

En el VIII Congreso se analizan, entre otros temas, los resultados económicos y sociales alcanzados durante el quinquenio precedente, así como las proyecciones de trabajo para los años por venir.

En la Cuba de Martí, el 10 de Abril de 1892, ocurrió la creación del Partido de la Revolución en homenaje a otro 10 de Abril, pero de 1869, fecha de la Constitución de Guáimaro.

También el 11 de Abril de 1895 marcó la llegada del Maestro y Máximo Gómez, por Playitas de Cajobabo, para incorporarse a la Guerra Necesaria.

Desde el siglo XIX, el mes de Abril entró definitivamente a la historia Patria, como etapa que recoge hechos definitorios en el proceso revolucionario.

Cada uno trasciende por su importancia y lleva sus lecciones y vigencia intrínsecas, sin embargo, la fundación del Partido Revolucionario Cubano (PRC) es de esos acontecimientos imprescindible en la trayectoria política martiana, porque nunca podría escribirse su obra al servicio de la libertad del país sin ese suceso, calificado por Juan Marinello como creación ejemplar. La obra cumbre del ideario martiano le llamaron otros.

El PRC de Martí fue el instrumento creado para garantizar la unidad de todos los cubanos y dotarlos de un plan político concreto para los fines independentistas. Una de sus mayores conquistas fue la de haber aunado voluntades, después que por falta de ella llega el a fracasa en las Guerras Grande y Chiquita, en el Siglo XIX.

Las huellas de las divisiones e intrigas, con su punto más culminante en el Pacto del Zanjón en 1878, actuaban como asunto desmovilizador a todo intento de reanudar la lucha.

Martí sabía que lograr reunir las fuerzas era la más difícil misión dentro de su proyecto liberador. Así se lo expresa en carta a Máximo Gómez en 1882: “Porque usted sabe que mover a un país, por pequeño que sea, es obra de gigante” y ya desde esa fecha tenía en mente la formación del Partido para dirigir la Revolución.

Después de fundado el PRC considera: “Si nuestro poder nuevo y fuerte está en nuestra inesperada unión, nos quitaríamos voluntariamente el poder si le quitásemos a nuestro pensamiento su unidad”.

Esa es una de las más grandes lecciones que podemos extraer los cubanos responsables de conducir la Revolución Cubana en la actualidad. Cada vez que se ha introducido un ápice de discordia en nuestros acometimientos nos ha conducido a la derrota.

Ahí está la Guerra de los 10 Años, la Chiquita, la frustrada Independencia, la intervención norteamericana y la Revolución del 30. La unidad sostiene nuestros 63 años de triunfo y es la garantía de poder derrotar las dificultades y seguir adelante.

Hilda Pupo Salazar
Periodista especializada en temas de educación y valores. Autora de las columnas Página 8 y Trincheras de ideas.

Tomado de: ¡Ahora!