Por: Diasbel Lilianna Chang Olivera
Publicado en: Aula todoterreno
25 marzo 2021
José Martí visitó París en diciembre de 1874, antes de dirigirse a México. Se especula que durante esa estancia conoció al escritor francés Víctor Hugo.
¿Será cierto que José Martí y Víctor Hugo se encontraron? A más de 140 años del supuesto intercambio entre estas dos figuras, en diciembre de 1874, los historiadores aún debaten acerca de la veracidad de tal acontecimiento.
Deivy Colina Echevarría, director de la Casa Museo Víctor Hugo, en la Habana Vieja, dice que siempre ha existido la incertidumbre de un posible encuentro entre el escritor cubano y el francés, pero no se tiene la seguridad de ello, pues no hay pruebas que lo confirmen.
Por su parte, Carmen Suárez de León, filóloga e investigadora del Centro de Estudios Martianos, explica que no es posible afirmar la existencia de un diálogo entre ambos. Sin embargo, la coincidencia histórica-temporal permite a Martí la oportunidad de haber visto al autor de Nuestra señora de París.
“Martí estuvo en París con solo 21 años y cultivó una amistad con Auguste Vacquerie, amigo cercano de Hugo. Puede que nuestro Apóstol y él no hayan tomado un café juntos, pero si durante unas semanas concurrieron, ¿cómo no va a haber ver visto, aunque sea de soslayo, a Víctor Hugo, del que tradujo en 1875 la corta novela autobiográfica Mis hijos?”, agregó Suárez de León.
Así consta en el libro José Martí: aproximación a sus primeros veinte años de vida, de Germán Rodas Chaves, al detallar que en diciembre de 1874, Martí visitó París, donde permaneció alrededor de tres semanas. Esa fue la época en la que el autor de Los Miserables también se encontraba en la capital francesa.
Más allá de las hipótesis son varios los escritos que exponen la certeza del posible encuentro entre ambos literatos. Incluso, el texto ya mencionado reseña que el Apóstol viajó junto con Fermín Valdés Domínguez a la ciudad gala en la cual, “el acontecimiento más notable del viaje de los dos amigos cubanos a París fue la visita que efectuaron al insigne Víctor Hugo”, sin embargo, no justifica el hecho con datos concretos.
De igual manera sucede en los artículos La presencia de José Martí en Francia, de Carmen Esquivel, escrito en la web en enero del 2013; Martí en París, de Jorge R. Bermúdez, publicado en La Jiribilla en mayo del 2013; Víctor Hugo en Martí: un encuentro entre Cuba y Francia, de Karina Marrón González, periodista del diario Granma; y en la conferencia Víctor Hugo. Apuntes sobre su vida amorosa, política y literaria, impartida por Dora Jiménez en el Círculo de Bellas Artes de La Habana, el 11 de junio de 1935.
“Soy de los que opina que no sucedió. Estamos acostumbrados a contar la historia como nos gustaría que fuera, pero no siempre ocurre así. Un roce entre tales figuras sería grandioso, pero de haber acontecido, Martí no dejaría de escribirlo”, comenta el Doctor en Ciencias Históricas Eduardo Torres Cuevas, director de la Biblioteca Nacional José Martí.
Las posibles interpretaciones quizás se deban al artículo Variedades de París, escrito por Martí para la Revista Universal, el 9 de marzo de 1875, en México, donde se refiere a Víctor Hugo de la siguiente manera: “Yo he visto aquella cabeza, yo he tocado aquella mano, yo he vivido a su lado esa plétora de vida en que el corazón parece que se ancha, y de los ojos salen lágrimas dulcísimas”.
Pedro Antonio García Fernández, historiador, periodista y profesor de la asignatura optativa sobre José Martí, en la carrera de Periodismo en La Habana, considera: “Él no especifica si hubo un encuentro, no hay ninguna transcripción, ni siquiera un testimonio acerca de qué hablaron, Mientras no exista la evidencia, son solo especulaciones”.
En diciembre de 1879, José Martí visitó nuevamente la ciudad francesa para una estancia más breve que la anterior. De ese viaje, tal como lo confirma el libro de Germán Rodas Chaves, no se conocen opiniones al respecto. Es por ello que tampoco se afirma otro posible encuentro con el autor del Noventa y tres.
No obstante, los historiadores coinciden en la gran admiración que sentía el más universal de todos los cubanos por Víctor Hugo, quien ya era en 1874 una importante figura para los literatos latinoamericanos del siglo XIX.
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Tomado de: Cuba Debate
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