viernes, 18 de junio de 2021

Rasgos de emancipación, identidad y humanismo utópico en la obra Nuestra América de José Martí

Por Anny Acosta
13 Jun, 2021

El Núcleo de Escritores de la Región Nordeste tiene el honor de publicar el ensayo literario de la escritora Rosanna Durán.

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Rosanna Durán Salcedo

El Núcleo de Escritores de la Región Nordeste tiene el honor de publicar el ensayo literario de la escritora Rosanna Durán.

Rasgos de emancipación, identidad y humanismo utópico en la obra Nuestra América de José Martí

Por Rosanna Durán

“El apóstol de la independencia” así denominan al gran maestro, poeta y político cubano José Martí. Fue un ejemplo para todos los de su época por el avance de su pensamiento. Siempre dispuesto a luchar por los valores que para él eran los más importantes en el ser humano: la justicia y la honradez. En sus obras podemos percibir la necesidad de libertad que buscaba y así luchó por la independencia cubana. Su deseo de ser libre y la democracia, queriendo unir a todos los cubanos como una nación en el proyecto cívico republicano de posguerra y terminar con el dominio español evitando su expansión y la de los Estados Unidos, fueron las tres prioridades de su política. Asimismo, esa emancipación en las letras de sus poemas donde concibe trabajar por sus intereses y motivaciones, mas no seguir el método imperante.

Es preciso mencionar las influencias que obtuvo este filósofo y en el marco de los movimientos que se desplazaba. Debido a su estadía en España, el krausismo era parte de su contexto y por otro lado el idealismo alemán y el positivismo. En su estadía en la tierra le rodearon estas líneas y podemos percibir ciertos rasgos de ellas; sin embargo, no se inclinó concretamente en ninguna.

Los conceptos de emancipación, identidad y humanismo utópico son identificados en su obra “Nuestra América” y fueron seleccionadas algunas expresiones como muestra de ello que serán presentadas en las siguientes líneas con sus respectivos comentarios y/o valoraciones.

El pensamiento de Martí se caracteriza por ser creativo, diferente. Su forma particular en el artículo que nos referimos no imita otros estilos de filosofar, sino que produce un pensamiento desde la propia América haciendo distinción de sus virtudes y de sus debilidades o problemas. Distingue la necesidad de la unión y el valor de esta entre los pueblos que luchan juntos para poder vencer y alcanzar su libertad. Los invita a conocerse entre sí y saber cuáles son sus rasgos, fuerzas y, sobre todo, cultivar su mayor arma que es el pensamiento. Todo esto se puede constatar en las siguientes oraciones:

“Los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos. Los que se enseñan los puños, como hermanos celosos, que quieren los dos la misma tierra, o el de casa chica, que le tiene envidia al de casa mejor, han de encajar, de modo que sean una las dos manos” (pp. 20). Aquí es oportuna la popular frase “en la unión está la fuerza”, si todos aportan a una lucha por el bien de las masas, entonces los frutos serán obtenidos en menor tiempo y con mayor calidad. También reconocerse, saber quiénes son, su identidad, porque cuando ignoramos todo esto, es más fácil la dominación de una sociedad.

Del mismo modo su pensamiento está encaminado a los marginados, pero se refiere a aquellos que están sumergidos en la ignorancia o confusión fruto de las consecuencias históricas. Es por eso que insiste en cultivar el pensamiento, en crear, utilizar su voz como el arma más poderosa que las mismas armas.

Martí se inclina por una combinación de analizar la realidad y con ella idealizar su mejoría. No se trata de un idealismo sin bases, vacío de acción y alcance, sino de estudiar objetivamente las necesidades de los pueblos y preparar un plan de mejora que sea posible ver realizado. Para afianzar lo antedicho cito:

(…) el problema puede resolverse, para la paz de los siglos, con el estudio oportuno y la unión tácita y urgente del alma continental. ¡Porque ya suena el himno unánime; la generación actual lleva a cuestas, por el camino abonado por los padres sublimes, la América trabajadora; del Bravo a Magallanes, sentado en el lomo del cóndor, regó el Gran Zemí, por las naciones románticas del continente y por las islas dolorosas del mar, la semilla de la América nueva! (pp.23).

Su lucha y anhelo por la emancipación del país estaba presente en todo su accionar y trataba de guiar al pueblo orientándolos a unión de todos porque el país no es de uno solo para que luche por él. En el corazón de cada uno debía estar la libertad sincera de su pueblo y así aportar para el bien todos. Estas valoraciones pueden ser percibidas en la siguiente cita: “(…) que la libertad, para ser viable, tiene que ser sincera y plena; que, si la república no abre los brazos a todos y adelanta con todos, muere la república” (pp.23).

Su forma de filosofar persuasiva hacia la libertad de los hombres en el pensamiento, rompiendo con los moldes impuestos por las generaciones anteriores y la dominación de los europeos, hacen posible que cada individuo cambie su pensar atraído por una realidad mejor, una calidad de vida más humana y una igualdad entre todos. Aquí podemos ver estas apreciaciones en palabras del filósofo cubano que nos interesa:

“Estos países se salvarán, porque, con el genio de la moderación que parece imperar, por la armonía serena de la Naturaleza, en el continente de la luz, y por el influjo de la lectura crítica que ha sucedido en Europa a la lectura de tanteo y falansterio en que se empapó la generación anterior, le está naciendo a América, en estos tiempos reales, el hombre real” (pp.22).

Finalmente, puedo arribar expresando que Martí se dedicó a luchar por la liberación de su país, así como la liberación mental de toda América para erradicar esa división que mantenían los dominantes. Del mismo modo, unir los pueblos hispanoamericanos para trabajar juntos por una América moderna que rompiera con los moldes de los españoles y estadounidenses. Esto lo afirma Beorlegui (2010) de la siguiente forma: “Cuando Martí habla de la nación cubana, extiende el concepto de nación a todos los pueblos hispanoamericanos, puesto que, para él, «es cubano todo americano», «cubano es más que blanco, más que mulato, más que negro»301. Él era consciente del fondo común de la América hispana, en cultura, lengua y religión, por lo que consideraba deseable y posible llegar a formar una sola comunidad, aunque con diferenciaciones y descentralizada” (pp.338). En ese mismo orden, su filosofía es positiva y concreta buscando crear, a partir de sus realidades, una Hispanoamérica para todos apegada a las necesidades que afectaran a los pueblos.

Imitemos el ideal de este ilustre patriota para luchar por la igualdad de los pueblos aportando con la introspección de cada ciudadano para conseguirlo en un primer momento con los nuestros y luego con los demás. Seamos portavoces de la equidad, de la justicia y la paz actuando en favor de nuestra nación, defendiéndola y luchando por ella para vivir en un mundo mejor.

Referencias bibliográficas:

  • Beorlegui, C. (2010). Historia del pensamiento filosófico latinoamericano. Tercera edición. Deusto publicaciones.
  • Martí, J. (1891). Nuestra América. Recuperado de: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/osal/osal27/14Marti.pdf

Ampliar imagen Anny Acosta
La autora es docente con más de 20 años de experiencia en el sector educativo.

Tomado de: El Jaya

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