Grether Martínez Segura
02 Junio 2022
Los jóvenes pusieron voz a versos poco conocidos del Apóstol - Foto: Grether
La tarde del pasado miércoles cualquier transeúnte podría jurar que en el Museo Provincial Coronel Simón Reyes, de Ciego de Ávila, transcurría un día normal; sin embargo, en su patio interior, la quietud habitual cedía espacio ante la curiosidad de un grupo de adolescentes que descubría a un José Martí, hasta entonces, desconocido para muchos.
Que hablarían del Maestro quedó más que claro cuando les dijeron que asistirían a una Tarde martiana, proyecto que,con la colaboración de varias instituciones de la provincia vinculadas a la enseñanza de la historia, pretende acercar a las nuevas generaciones a esas facetas, no siempre visibilizadas, del Héroe Nacional de Cuba. Lo que menos imaginaron los muchachos fue que Ángel Cabrera Sánchez, Historiador de la Ciudad, les develaría al Martí humano que prefería bailar con la más fea, o al poeta que le escribía a una joven muda para decir que con sus ojos no necesitaba palabras.
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La enorme cicatriz que llevaba en su espalda producto a un latigazo o dónde guardaba el grillete que le colocaron de joven, fueron algunas de las anécdotas contadas en una tarde que, además, estrechó los vínculos con la historia local a través de la figura de la veterana Clotilde Agüero, quien conociera al Apóstol en su casa en México durante la preparación de la Guerra Necesaria y por cuyo encargo confeccionó 50 escarapelas y una bandera cubana que él quería enviar a Máximo Gómez, para luego venir hasta la Isla y simultanear como maestra pública y directora en la escuela que estuvo ubicada en la actual sede del Palacio de Pioneros de la ciudad cabecera.
Para Diana Isabel Riverón Tapia, estudiante de la Secundaria Básica Pablo Elvio Pérez Cabrera, de la ciudad cabecera, deberían existir otros espacios como este que pueden reavivar la pasión por la historia que se ha perdido en una parte de la juventud, la que además del Martí político también debe conocer al amigo, al padre, al esposo.
En cambio, Raúl Aníbal Martínez Martínez, quien cursa el noveno grado en la misma escuela, considera interesante que la enseñanza de la historia salga del formalismo del aula para hacerla más amena y cómo puede verse al Héroe Nacional como hilo conductor de la lucha por la independencia que hemos librado durante tantos años.
Según refiere el Historiador de la Ciudad, la iniciativa está concebida para estudiantes de las enseñanzas Secundaria Básica, Preuniversitario y Técnica Profesional por concentrar las edades que actualmente más necesitan conocer el pensamiento y la obra martiana desde una visión diferente que pueda calar en ellos y hacer que los interioricen. Además, agrega, es resultado del trabajo conjunto de varias instituciones, pues es errado pensar que la situación que existe hoy con el aprendizaje y enseñanza de la historia de Cuba solo es responsabilidad del Ministerio de Educación, cuando nos implica a todos.
A su juicio, encuentros como este demuestran que las clases de historia pueden ser diferentes y tener otro impacto en los jóvenes, solo que para lograrlo se precisa del interés y una buena preparación de los profesores, que no siempre se consigue.
Las palabras de Odalys Margarita Sánchez Méndez, secretaria ejecutiva de la Sociedad Cultural José Martí en el territorio, resumen la esencia de las Tardes Martianas: “Necesitamos que su obra lata dentro, que los jóvenes se acerquen a él, que construyan su propio Martí”.
Tomado de: Invasor
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