Autor Por Pedro Rioseco
05 de Octubre de 2022
En su permanente acción en busca de reanudar la guerra de liberación del colonialismo español en Cuba luego de terminar infructuosamente la Guerra de los Diez Años, el Mayor General Máximo Gómez Báez llega el 6 de octubre de 1885 a Montecristi en su natal República Dominicana.
Luego de salir de la Mayor de las Antillas el 6 de marzo de 1878 rumbo a Montego Bay, Jamaica, exiliado por su participación en la Guerra de los Diez Años, escribe en su Diario de Campaña: “Son las 6 de la tarde y vamos a perder a Cuba de vista, quizás para siempre—¿cuál, será mi destino después, que he sufrido tanto y tanto en esa tierra en pos de la realización de un ideal que ha costado tanta sangre y tantas lágrimas? ¡Adiós Cuba, cuenta siempre conmigo mientras respire --tú guardas las cenizas de mi madre y de mis hijos-- y siempre te amaré y te serviré!”, en septiembre de 1885 recibe malas noticias sobre los preparativos de una nueva invasión que estaba preparando.
Llega a Kingston donde se encuentra con Manana, su mujer, hijos y hermanas, sumidos en profunda miseria. Arrienda un pedazo de monte en Corbet y comenta: “nos estamos manteniendo casi con mangos". Luego de pasar grandes necesidades logra establecer una vega de tabaco con la ayuda financiera del mayor general Julio Sanguily y del coronel Manuel Codina Polanco. Tras una estancia de varios meses en Honduras, invitado a ocupar un alto cargo militar, regresa a Jamaica y el 2 de octubre de 1884 se incorpora a los preparativos para reiniciar la lucha armada en Cuba. Junto al Mayor General Antonio Maceo conoce personalmente a José Martí en Nueva York.
En septiembre de 1885 escribe en su Diario: “Las noticias que me llegan de los asuntos de Santo Domingo, son malas. El armamento que hice ir allí, con la subida al Poder de otro por renuncia de Billini (su primo Francisco Gregorio Billini, presidente de República dominicana de septiembre de 1884 a mayo de 1885) me ofrece ahora serias dificultades para que venga a poder nuestro”, y precisa que “por ese motivo tampoco ha podido organizarse la expedición al mando del General Francisco Borrero. En vista de esas dificultades me resuelvo a pasar a Santo Domingo lo más sigilosamente posible”.
El 2 de octubre de 1885 Gómez parte en el vapor Alpha para las Islas Turcas y Caicos “y el 6 llegamos a Monte Cristi, a las 5 de la tarde—nos condujo a este Puerto una goletica inglesa: "Dorcas". Después de más de 20 años de ausencia de mi Patria, he vuelto cual un fugitivo, ocultando mi nombre y mi verdadera nacionalidad” apunta en su Diario.
“Me es, forzoso viajar de incógnito, con nombre supuesto --"Manuel Pacheco"-- para evitar a mi Patria complicaciones; y como mi principal objeto es hablar con los Generales Benito Mondón y Gregorio Luperón, para ver cómo, no solamente consigo algunos recursos con ellos, si no que por su medio pueda conseguir también, más de ocho mil pesos en fusiles y. cápsulas que mandé desde New York, estando mi primo Billini de Presidente. Al dejar él el poder, el asunto como es natural, ofrece ahora algunas dificultades”, precisa en sus notas.
Estaba entonces cerca de su poblado natal, Baní, perteneciente a la provincia de Peravia, a 84 kilómetros al oeste de la capital Santo Domingo, donde aún se conservan los horcones de la modesta casa donde vivió su infancia y adolescencia y todo el pueblo dominicano lo considera un héroe nacional. No pudo visitarlo porque, según escribió, “preciso es renunciar por ahora a todo eso, en obsequio a deberes y compromisos contraídos con el pueblo”.
En su modesta vivienda en Montecristi, años después, el 11 de septiembre de 1892, lo visita José Martí, luego de escribirle proponiéndole el mando del Ejército Libertador de Cuba. "El Partido Revolucionario Cubano viene hoy a rogar a usted que, repitiendo su sacrificio, ayude a la Revolución, como encargado supremo del ramo de la guerra, a organizar, dentro y fuera de la Isla, el Ejército Libertador. (...) Yo ofrezco a usted, sin temor de negativa, este nuevo trabajo hoy que no tengo más remuneración que brindarle que el placer de su sacrificio y la ingratitud probable de los hombres..." El 15 de septiembre Gómez le contesta a José Martí: "Desde ahora puede usted contar con mis servicios."
El 25 de marzo Gómez firma con José Martí el Manifiesto de Montecristi, programa de la Revolución de 1895, y desembarcan juntos en abril, en Playitas de Cajobabo, costa sur de Guantánamo para incorporarse a la Guerra Necesaria, frustrada finalmente por la intervención de Estados Unidos.
Tomado de: Contraloría General
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