Escrito por Orlando Guevara Núñez
15 October 2022
Fue en 1894 cuando escribió José Martí estas patrióticas palabras. Están contenidas en una carta a Román Mayorga Rivas, de origen nicaragüense y nacionalidad salvadoreña, poeta y periodista, en ocasión de la muerte de un hermano de éste.
Martí le expresa su pesar por la muerte de José María Mayorga Rivas, quien de poeta se transformó en héroe, al caer en Honduras por la libertad de ese país, siendo él nicaragüense. Le dice que morir por causa tan justa y en tan generoso sacrificio, es digno de los poetas.
“Y yo envidio esa abnegación sublime de dar la propia vida porque vivan libres y felices los demás”. Le escribe a Román que sobre la tumba de su hermano han debido plantar no un ciprés, sino una bandera, y al pie de la bandera, laureles, muchos laureles, porque eso piden y requieren las tumbas de los héroes que mueren en el campo de batalla peleando por la libertad.
Y es entonces cuando expresa otro deseo: “Y yo quisiera merecer para la tumba mía, eso: la bandera de mi estrella solitaria; pero no los laureles, sino rotas al pie del asta enhiesta, las cadenas coloniales, tan infamantes y aborrecidas”.
Tomado de: Periódico Sierra Maestra
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