MSc. Santiago Romero Chang
enero 18, 2025
José Martí estuvo en la mira del espionaje, tanto desde Washington, La Habana y en Madrid, porque el Delegado muy temprano se desmarcó por su inteligencia, liderazgo, pensamiento, cultura y visionario, así lo confirma el investigador del Centro de Estudios Martianos, miembro de número, de la Academia de la Historia de Cuba, Ibrahim Hidalgo Paz, Doctor en Ciencias Históricas
Habla el Doctor Ibrahim Hidalgo Paz quien obstenta los premios nacionales: Ciencias Sociales y Humanísticas e Investigación Cultural, ambos de 2020, Crítica Histórica Ramiro Guerra 2018 y de Historia 2009, entre otros alcanzados por quien comenzó a estudiar la vida y obra de José Martí, motivado por un debate en la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba.
Contra nuestro Héroe Nacional la orden de espionaje estuvo bien clara y llena de odio: «We never sleep»(No dormiremos nunca; pero Martí burló muchas veces a los señores expertos de las agencias Pinkerton y la Davie’s. Súmele aquellos cubanos traidores y diplomáticos españoles, irritados por la luz de quien luego se convirtió en el Apóstol.
A pesar del espionaje directo contra su persona, José Martí no abandonó el periodismo, ni la producción poética, mucho menos el proselitismo, y otras acciones en el extranjero, para el inicio y desarrollo de la guerra necesaria, incluso, asistió a Washington como representante de Uruguay a la Conferencia Monetaria Internacional Americana de 1891.
En las entrañas del monstruo se sabía bien quien era aquel hombre de 38 años que le decían: El Delegado
Tomado de: TV Santiago
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