Autor Por Pedro Rioseco
14 de Julio de 2022
Juan Gualberto Gómez Ferrer, destacado revolucionario e intelectual fue uno de los patriotas más consecuentes con los principios independentistas que ha tenido Cuba, y el hombre de confianza de José Martí para organizar dentro de la Isla la llamada Guerra Necesaria que comenzó en febrero de 1895.
Nació el 14 de julio de 1854 en el Ingenio Vellocino, Sabanilla del Encomendador, en la actual provincia de Matanzas, y nació libre pues sus padres, Fermín Gómez y Serafina Ferrer eran esclavos domésticos que ahorraron para comprar su libertad desde que estaba en el vientre de su madre.
Debido a la inteligencia natural que demostró desde pequeño, sus padres una vez que pudieron comprar su libertad y ahorrar algún dinero se trasladaron a vivir en La Habana para proporcionarle una mejor educación a su único hijo, favorecido por la dueña del ingenio Catalina Gómez, que sentía especial cariño por el pequeño y el matrimonio de exesclavos, que le sirvieron fielmente.
Una vez en La Habana los padres pusieron a Juan Gualberto a estudiar en los mejores colegios a los que podían acceder entonces los niños negros y ya había llegado al límite de conocimientos que podía adquirir, cuando estalló la Guerra de los Diez Años en 1868.
La incontenible invasión mambisa hacia el occidente de la Isla llenó de temor a los padres, que temerosos decidieron mandarlo a Europa a estudiar, previo consejo de su antigua ama, la cual residía en La Habana en ese momento y les prometió que si lo enviaban a Francia ella los llevaría consigo cuando fuera de vacaciones para que pudieran visitar a su hijo.
En 1869, partió rumbo a París. Por el día estudiaba carruajería, pero en las noches comenzó a imbuirse de conocimientos más avanzados y del espíritu revolucionario en aquella ciudad donde todos los hombres eran tratados por igual sin importar el color de la piel. Poco tiempo después es deportado a España por su vinculación allí con los conspiradores de la Guerra Chiquita.
A finales de 1878 retornó Juan Gualberto a La Habana, donde conoció a José Martí. Una empatía fundada en ideales compartidos estrecharía la amistad y uniría la acción revolucionaria de ambos. Funda el periódico La Fraternidad en 1879, cuya publicación se interrumpe al ser nuevamente deportado.
Conspiró durante la preparación de la Guerra Chiquita, por lo cual fue detenido el 25 de septiembre de 1879 y confinado a prisión en Ceuta hasta 1882. Después de fundado el Partido Revolucionario Cubano (10 de abril de 1892), Martí delegó en él para la preparación de la guerra en toda la Isla.
En 1895 es desterrado otra vez al fracasar el alzamiento independentista del 24 de febrero. Antes de concluir la dominación española pasa a Francia y luego a Estados Unidos, donde coopera con el Partido Revolucionario Cubano. En 1898 regresa a su Patria definitivamente, y tiene una activa participación en contra de la Enmienda Platt y los gobiernos de turno hasta su muerte.
En diciembre de ese año acompañó al mayor general Calixto García a Washington, Estados Unidos, como miembro de la comisión enviada para gestionar el reconocimiento a la Asamblea y los fondos necesarios para el licenciamiento honroso del Ejército Libertador.
Aprobó la destitución del mayor general Máximo Gómez como General en Jefe del Ejército Libertador el 11 de marzo de1899. El 15 de septiembre de 1900 fue electo delegado, por Oriente, a la Asamblea Constituyente, en la cual continuó combatiendo La Enmienda Platt.
Durante la segunda intervención militar norteamericana (1906-1909) fue miembro de la Comisión Consultiva, con el cargo de vocal. Ocupó escaños de la Cámara de Representantes (1914-1917) y del Senado (1917-1925), por la provincia de La Habana. Fue redactor de varios periódicos y destacado orador. Realizó una gran campaña en defensa de la raza negra.
La grandeza de su vida y obra estriba en la capacidad que tuvo para desempeñarse con acierto y de manera sobresaliente en distintos ámbitos de la esfera pública y política dentro y fuera de Cuba a lo largo de su existencia.
Ya había percibido que una de las cuestiones más importantes que tenían que resolver los cubanos para lograr la unidad, era el tema de la integración racial, no bastaba con abolir la esclavitud, también debían abolir prejuicios y formas notoriamente públicas de discriminación racial y establecer pasos concretos para atraer a ese importante grupo poblacional a la causa de la independencia.
Desde 1902 encabeza el movimiento de los negros y mulatos, junto a sus viejos amigos y muchos otros. Su muerte se produjo a los 78 años el 5 de marzo de 1933, en la ciudad de La Habana.
Tomado de: Contraloría
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