Diario de Sevilla
Tras ocho meses, la escultura luce de nuevo restaurada ante el Instituto Hispano Cubano con un cerramiento para evitar el vandalismo
N. MÁRQUEZ
N. MÁRQUEZ
La escultura de José Martí luce de nuevo en su ubicación original, en la Plaza de Cuba, después de ocho meses de ausencia debido a las tareas de restauración a la que ha tenido que ser sometida.
Los vándalos agredieron el busto con pintadas y destrozos de diversa consideración. Era tal el desgaste que sufrió esta imagen del revolucionario cubano que el área de Vía Pública del Ayuntamiento optó por su retirada para someterla a la restauración. Ante la previsión de que los vándalos regresaran a esta zona, donde las botellonas son habituales, y perpretaran nuevos daños a la figura, su recolocación se ha retrasado por las obras del cerramiento de su entorno, que la protegerá totalmente de nuevas agresiones.
Ocho meses después de su retirada, José Martí vuelve a mirar hacia el antiguo convento de los carmelitas descalzos y actual sede del Museo de Carruajes y del Instituto Hispano Cubano, fundado por el cubano Rafael González Abreu en los años 20 del pasado siglo. González Abreu adquirió el convento que se encontraba en una situación de abandono desde la Desamortización de Mendizábal, lo restauró y donó parte del edificio al Instituto Hispano Cubano.
El Ayuntamiento decidió el año pasado el vallado y el cierre perimetral del busto de José Martí y de otros monumentos en la vía pública de la ciudad, entre los que se encuentra también la escultura de Bartolomé de las Casas, para protegerlos de los efectos de la botellona. La partida municipal inicial para estas tareas se fijó el año pasado en 250.000 euros, destinados únicamente al cuidado y remozamiento de las obras escultóricas que lucen en las calles y en los jardines.
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