lunes, 5 de febrero de 2024

José Martí no fue comunista

Por José Manuel Martínez
Publicado el 30 enero, 2024

La eminente figura cubana no fue un simpatizante de los ideales de Karl Marx y Friedrich Engels

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Contrario a lo que algunos pudieran suponer, Martí no fue comunista. (Foto © Periódico Cubano – Chat GTP)

José Martí es reconocido como el más destacado teórico político de Cuba. La eminente figura de la literatura del siglo XIX, no fue un simpatizante de los ideales de Karl Marx y Friedrich Engels.

Nacido el 28 de enero de 1853 en La Habana, su vida estuvo marcada por un profundo compromiso con la libertad y la independencia de Cuba, lo que lo llevó a convertirse en el principal arquitecto del movimiento independentista cubano contra el colonialismo español.

Contrario a lo que algunos pudieran suponer, Martí no fue comunista. Su ideario político se distingue claramente del comunismo, especialmente en lo que respecta a su enfoque sobre la independencia nacional, la democracia y la justicia social.

El discípulo de Rafael María de Mendive vivió en una época anterior a la consolidación del comunismo como ideología política y movimiento global, y aunque compartió algunos ideales de justicia social y equidad, su visión estaba alineada con el liberalismo democrático, el nacionalismo y el derecho a la propiedad privada.

La obra de Martí se caracteriza por su énfasis en la dignidad humana, la autodeterminación de los pueblos y la crítica a la intervención extranjera. En sus escritos, promovió la unidad latinoamericana y la cooperación entre los países de América para defenderse de las potencias europeas y de la creciente influencia de los Estados Unidos, una joven nación que no dejó de crecer e incorporar nuevos territorios hasta 1959, cuando Hawái se convirtió en quincuagésimo estado de la nación. Martí predijo acertadamente todos estos escenarios.

Una de sus contribuciones más significativas fue la fundación del Partido Revolucionario Cubano en 1892, una organización política destinada a unificar los esfuerzos por la independencia de Cuba. Martí buscaba una revolución inclusiva que no solo terminara con el dominio español, sino que también estableciera las bases para una república democrática, con justicia social y sin discriminación racial.

El Apóstol mencionó a Karl Marx en algunos de sus escritos, reflejando su pensamiento crítico hacia las ideas marxistas, especialmente en el contexto de la lucha por la independencia de Cuba. Vio como el marxismo comenzaba a ganar influencia en los movimientos obreros y políticos internacionales; y aunque mostró respeto por la erudición de Marx y la profundidad de sus análisis económicos, también expresó preocupaciones sobre la aplicación práctica del marxismo y sus implicaciones para la libertad individual y la democracia.

La famosa frase de la carta dirigida a Fermín Valdés Domínguez en mayo de 1884: “Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras: el de las lecturas extranjerizas confusas e incompletas, y el de la soberbia y la rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados”, no solo constituye una sincera declaración de Martí, sino un preciso retrato de lo que a la postre sería Fidel Castro en Cuba, Hugo Chávez en Venezuela y Daniel Ortega en Nicaragua. No hay en los escritos del Maestro una predicción más brillante.

En otra carta a su amigo mexicano Manuel Mercado, escrita en vísperas de su muerte en 1895, Martí expresó su preocupación y el temor de que el movimiento obrero en América, influenciado por las ideas de Marx, pudiera adoptar un carácter autoritario que no respetara la soberanía y las características únicas de los pueblos latinoamericanos.

Es importante destacar que el Martí tenía una visión muy propia sobre la justicia social y la independencia, que si bien reconocía las desigualdades sociales, buscaba soluciones que armonizaran la libertad individual con el bienestar colectivo, evitando los extremos del capitalismo y del comunismo marxista.

La representación de un Martí que imaginó una república unipartidista, estrechamente vinculado a Carlos Baliño, quien tres décadas después de su fallecimiento, estableció el Partido Comunista de Cuba basándose en ideales martianos y como un apóstol que predecía la aparición de Fidel como un mesías, fue simplemente la distorsión de su legado para asentar las bases de la dictadura cubana.

José Martí no abrazó el comunismo, sino que anticipó y advirtió adecuadamente a sus contemporáneos sobre las miserias y las repercusiones del marxismo.

Tomado de: Periódico Cubano

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