sábado, 27 de marzo de 2021

La revolución de Cuba para el mundo

POR/BY Pedro Pablo Rodríguez
La Habana, 21 mar (Prensa Latina)

Ampliar imagenEn República Dominicana, José Martí, el Delegado del Partido Revolucionario Cubano, y Máximo Gómez, el General en Jefe del Ejército Libertador, firmaron un extenso documento, que ha pasado a la historia con el nombre de Manifiesto de Montecristi.

Era el 25 de marzo de 1895, y apenas un mes antes, el 24 de febrero, había comenzado la tercera y última guerra por la independencia cubana contra el colonialismo español.

El estilo del texto titulado El Partido Revolucionario Cubano a Cuba evidencia sin duda el de Martí, y sus ideas principales habían venido repitiéndose en sus escritos desde mucho antes, pero en este manifiesto ambos líderes, el civil y el militar, unían así sus criterios y ofrecían el programa de la revolución que se iniciaba.

Además de entregar los razonamientos que conducían a la nueva contienda y las concepciones transformadoras que debían hacerse realidad en la república futura, el escrito hace hincapié en el alcance de aquella gesta más allá de las costas insulares.

Desde el párrafo inicial se plantea que el nuevo período de guerra de la revolución cubana era para 'bien de América y del mundo', punto central justificativo de la importancia internacional que sus organizadores otorgaban a esa pelea.

Uno de los argumentos que le confería ese carácter es que la isla se hallaba 'en el crucero del mundo', algo que sucedía desde la conquista europea y que se ampliaría al término de las obras ya iniciadas del canal por Panamá, como Martí había previsto desde textos anteriores y que le lleva a afirmar en este lo ventajosa que sería la independencia para el intercambio por esa vía debido a tratarse de 'Un pueblo libre, en el trabajo abierto a todos, enclavado a las bocas del universo rico e industrial…'.

Más adelante, una larga explicación acerca de cómo los cubanos evitarían las divisiones, enconos e inestabilidades traídos a las repúblicas hispanoamericanas por la copia de modelos extranjeros, lo cual permitiría al país 'cumplir su responsabilidad peculiar ante el mundo contemporáneo, liberal e impaciente', 'abrir a la humanidad una república trabajadora' y alcanzar 'la amistad del mundo.'

Estas consideraciones acerca de la significación universal de la conflagración independentista quedan fijadas del modo siguiente en el largo párrafo final del documento: 'La guerra de independencia de Cuba, nudo del haz de islas donde se ha de cruzar, en plazo de pocos años, el comercio de los continentes, es suceso de gran alcance humano, y servicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas presta a la firmeza y trato justo de las naciones americanas, y al equilibrio aún vacilante del mundo.' Y continúa, afirmando: 'Honra y conmueve pensar que cuando cae en tierra de Cuba un guerrero de la independencia (…) cae por el bien mayor del hombre, a la confirmación de la república moral en América, y la creación de un archipiélago libre donde las naciones respetuosas derramen las riquezas que a su paso han de caer sobre el crucero del mundo'.

Tales consideraciones muestran la honda visión de estadista previsor y de líder político de Martí, y su mirada universal, quien culmina este brillante análisis cuando añade que la revolución cumpliría 'el deber de explicar de nuevo al país y a las naciones, las causas locales y de idea e interés universal, con que para el adelanto y servicio de la humanidad' se había reanudado la pelea armada de los patriotas.

mem/jpm/ppr

Tomado de: Cuba Internacional 471

No hay comentarios: