lunes, 17 de julio de 2023

La amistad en el ideario de José Martí

Carlos E. Bojórquez Urzaiz
Mérida, Yucatán.
maceo89@hotmail.com
viernes, 16 de junio de 2023 · 01:30

Ampliar imagen

En marzo de 1892 José Martí formuló un enunciado que representa la bondad más limpia proveniente de la amistad, en su natural expresión: “Para todas las penas, la amistad es remedio seguro. Con un amigo el mundo lo es”.

A más de un siglo de haber publicado esta aserción, se puede aseverar que mantiene vigencia y que la confianza brindada por la amistad, cuya órbita incluye alegrías y desventuras, fue uno de los caminos que Martí recorrió a lo largo de su vida, pues desde temprana edad fue delineando el inquebrantable valor que pueden ofrecer los amigos, tal como lo hizo saber el 12 de octubre de 1875, cuando escribió en Ciudad de México: “La amistad es el crisol de la vida”.

Sin sombra de dudas, el valor raigal que José Martí confiere a la amistad, como semilla de muchas y variadas relaciones que dan sentido a la vida, integran parte del corpus ético contenido en su obra y pensamiento, poniendo de relieve la importancia que concede al tejido de los vínculos afectivos que llevaron al Apóstol cubano a escribir: “Amigo es como ser de nuestro ser, como continuación de sí mismo”. Este profundo enunciado, lo expuso en su drama Adúltera, obra que comenzó a escribir en Madrid a los 19 años y concluyó en Zaragoza en 1874, durante su primer destierro de Cuba.

Siendo Adultera una aportación poética fundamental, considerada como una de las fuentes más importantes para introducirnos al sentido de la vida en el pensamiento de José Martí, resulta al mismo tiempo antesala para comprender un enfoque de la amistad aún más profundo, en medio de su agitada vida por persecuciones y destierros que desde muy joven padeció por la lucha de la emancipación de Cuba. A pesar de ese ambiente adverso, sin dificultad deja ver su insistencia en la confianza que merecen los amigos, al señalar: “… y no está de más en el mundo tan lleno de maldad, buscarse un amigo”.

Por las convulsiones que llenaban de traiciones y perversidad el mundo que Martí pretendía transformar, hasta su muerte en combate el 19 de mayo de 1895, mucho antes de iniciarse la revolución que él mismo encabezó, señalaba: “Hay que salir en amistad al encuentro de los ejércitos amenazantes”.

Pero Martí también advirtió la existencia de lo que describió como Amistad Funesta, título que dio a su única novela, donde las bajas pasiones simulando querencias, relacionadas con Lucía Jerez, subrayan el uso infame de los valores que aporta la amistad. No obstante, en una carta a Gonzalo de Quesada de febrero de 1895, José Martí declara su absoluta fe en la amistad, confianza que lo condujo a escribir cuatro años antes en sus Versos Sencillos, estas líneas de todos conocidas:

Cultivo una rosa blanca, En junio como en enero Para el amigo sincero Que me da su mano franca /Y para el cruel que arranca/ El corazón con que vivo/ Cardo ni ortiga cultivo/ Cultivo una rosa blanca.

En su carta a Gonzalo de Quesada, Martí coronaba la trayectoria de su ideal de amistad iniciada en España y México hacia 1874 y 1875, como valor ético inaplazable del ser humano, al subrayar: “…de la amistad impalpable es la fuerza, y contra el mundo sutil del desamor… hay que ir levantando fortalezas de cariño…”

Por estas razones he llegado a pensar que el regocijo de una amistad, más allá de las naturales contradicciones y altibajos que implican las relaciones humanas, ésta debe fundarse en la tolerancia y la humildad, sin obstáculos de ninguna clase.— Mérida, Yucatán.

Exdirector de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Uady y exrector de la Universidad de Oriente en Valladolid

Tomado de: Diario de Yucatán

No hay comentarios: