lunes, 31 de enero de 2022

La actualidad de José Martí

Por Andrés Fabregas Puig
26 enero, 2022

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José Martí. Imagen: https://www.radiorebelde.cu/noticia/jose-marti-significacion-vigencia-su-vida-obra-20200128/

El próximo 28 de enero cumpliría 169 años el pensador cubano José Julián Martí Pérez, nacido en el año de 1853. Murió Martí a los 42 años, en 1895, a resultas de un balazo recibido en combate en un lugar llamado Dos Ríos, Isla de Cuba. Martí fue precursor y combatiente por la Independencia de Cuba, que, por cierto, fue el último bastión del colonialismo castellano en El Caribe, al obtener su Independencia en 1898. Se trató de una guerra que duró el lapso que va del 24 de febrero de 1895 al 10 de diciembre de 1898. José Julián Martí Pérez fue un humanista, pensador incansable sobre el destino de los pueblos americanos, visionario, y defensor del derecho que asiste a todo pueblo a decidir su propio destino. Si breve fue su vida, longeva es su obra. El humanismo que recorre sus textos es de actualidad ante la situación contemporánea de un colonialismo de rostro oculto bajo las siglas bancarias. Bien decía nada menos que Antonio Guterrez, el Secretario General de la ONU, que en la actualidad opera “Un sistema financiero global moralmente corrupto, que favorece a los ricos y castiga a los pobres”, palabras que bien suscribiría el propio José Martí. Véase si no lo que ocurre actualmente en Argentina, por ejemplo, país endeudado por las oligarquías locales al servicio de la banca internacional. Recuérdese la crisis de la llamada “eurozona” protagonizada, entre otros países, por Grecia en 2009, nación a la que los bancos le exprimieron sus riquezas hasta 2018, dejándola literalmente hincada y sujeta a reglas draconianas para satisfacer el hambre de dinero de la banca internacional. En ese contexto, los textos de Martí cobran actualidad, al advertir lo que significa para Nuestra América, el dominio de la banca internacional liderada por los Estados Unidos. En los seminarios que Lawrence Krader dirigió en el CIESAS hacia 1977, advirtió que el nuevo colonialismo no usa la ocupación territorial sistemáticamente como antaño, sino que es la deuda con los bancos el nuevo mecanismo de dominio. Todo el llamado Tercer Mundo tiene deudas que son impagables, y de eso se trata, para que los países caminen al son que toca la banca internacional. El Humanismo de Martí, a 169 años de su nacimiento, prueba su vigencia al defender la legitimidad de luchar por un mundo mejor, desterrando lo que Martí ya veía que era el problema fundamental de los pueblos nuestroamericanos: la desigualdad social, reconocida hoy incluso hasta por el propio pensamiento neo liberal, como la gran problemática del mundo. Léase si no, al propio titular de investigación del Banco Mundial, Branko Milanovic, economista al servicio de los grandes banqueros, quien, sin embargo, reconoce que los problemas actuales del mundo surgen de la desigualdad social, cada vez más acentuada. En la década de los 1950 otro economista al servicio del capital internacional, Simón Kuznetz, reconocía que la industrialización producía también mayor desigualdad, aunque mitigada, según él, porque luego tendía a desaparecer. Hoy vemos que la desigualdad social aumenta: allí están esos ríos de pobres que recorren Nuestra América para llegar al corazón del capitalismo en una ingenua búsqueda por una vida mejor. Milanovic ha escrito que “La desigualdad conduce a una nueva aristocracia”. Y lo dice un economista al servicio de la banca internacional. Ver el libro de Branko Milanovic, Desigualdad Mundial. Un nuevo enfoque para la era de la Globalización, Fondo de Cultura Económica, México. Justo Martí advierte en sus textos que la independencia de los pueblos de Nuestra América no traería automáticamente el destierro de la desigualdad social y que nuevos mecanismos coloniales se pondrían en movimiento. Nada más actual que ese planteamiento. Incluso, la visión que encierra el concepto de Nuestra América (con su equivalente en la expresión Abya Yala) está basada en una visión humanista. En su ensayo más difundido y más leído, Nuestra América (1891), Martí logra conjugar a la diversidad humana de nuestros pueblos y resumir en un concepto la unidad de una historia que, en el contexto del colonialismo, creó a las realidades actuales de lo que son nuestras naciones. Nacido en El Caribe, en esa ciudad que todos tenemos por nuestra, La Habana, Cuba, es notable la percepción que porta Martí en un contexto de compleja multiculturalidad. José Martí, en su visión humanista, reconoce a una identidad común que atraviesa siglos de historia en la forja de las naciones Nuestra Americanas. Así, no podría ser más actual el humanismo de José Martí al situarse en el centro de la pluralidad cultural de nuestros pueblos. Es este el planteamiento que guía hoy la reflexión en un orbe de pueblos que bregan cotidianamente contra el colonialismo, la desigualdad social, la inequidad y la injusticia.

Así, el humanismo de José Martí está enmarcado en la variedad de la Cultura y de la identidad que implica el concepto de Nuestra América. Fueron los contrapuntos históricos que Martí tuvo la sensibilidad y capacidad de observar, primero, en su tierra caribeña, y después en su recorrido por Nuestra América, los que apuntalaron su planteamiento. Y es que visto en su contemporaneidad, El Caribe es el resultado de luchas populares, de contra puntos profundos, como bien lo demostró Fernando Ortíz, el pionero de la antropología en Cuba, en aquel libro excelente titulado Contrapunto cubano del tabaco y el azúcar, (1940). El Caribe, y Cuba singularmente, fue el primer recipiente nuestroamericano de los iniciales imperialismos emanados de la expansión del capitalismo bajo la forma del colonialismo. Es en la parte insular de ese “mare nostrum” que es El Caribe, en donde no sólo los castellanos establecieron colonias sino también los franceses, ingleses, daneses y norteamericanos. El contexto del colonialismo en El Caribe es de los más complejos del planeta. Por eso mismo devino en una diversidad cultural compleja, resultando en una de las regiones del mundo de mayor pluralidad cultural y lingüística. En esa amalgama de culturas, José Martí fue capaz de descubrir que en la lucha contra el colonialismo, se alcanzaba la unidad popular para desterrar la desigualdad social y abrir el camino hacia el nacimiento de Nuestra América.

Los jóvenes deberían leer y discutir los textos de José Martí, empezando por Nuestra América. Pero hay que explorar también los Ismaelillo. Los Versos Libres (edición de 2019); por supuesto, las Obras Completas, editadas por la Editorial Nacional de Cuba. Así mismo, recordar que en los días 10, 11 y 12 de agosto de 2009, celebramos en la Universidad Intercultural de Chiapas, el Primer Coloquio Internacional José Martí, organizado por la Cátedra José Martí que dirigía nuestro amigo, el finado antropólogo José Antonio Aparicio que como poeta escribía con el seudónimo de Ricardo Bogrand. Se publicaron todas las ponencias de ese Coloquio en José Antonio Aparicio, Coordinador, José Martí. Interculturalidad y Humanismo, Cátedra José Martí/Universidad Intercultural de Chiapas, 2010.

Honor a quien honor merece: la obra de José Martí sigue siendo una inspiración para el humanismo en Nuestra América

Ajijic. Ribera del Lago de Chapala. A 24 de enero, 2022.

Tomado de: Chiapas Paralelo

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