MSc. Elizabeth Gradaille Ramas
12 enero, 2023
Diagramación: Delvis/Centro de Documentación
José Martí, gran conocedor de las artes, dedicó extensos artículos periodísticos a expresar su admiración por la literatura, la música, la pintura y el teatro. A este dedicó parte de su precioso tiempo. “Tragedia quiere decir acción simple y magnífica, desenvuelta grandiosamente por medio de caracteres impacientes, profundos y bien señalables. El drama, sin excluir grandiosidad, no la necesita permanente, antes la destruye, porque exige, no la sublime naturalidad de la tragedia, sino una naturalidad que raya en el realismo…” (Dumas y Corneilles. 1.5: 281).
Desde muy joven mostró Martí su preferencia por el arte teatral en las obras Abdala (1869), “escrito expresamente para la patria” y Adúltera (1874). Entre sus obras de teatro también cuenta Amor con amor se paga, que llegó a representarse en diciembre de 1875 en el teatro Principal de la ciudad mexicana de Guanajuato.
Abdala, entre la identidad y la gesta de un pueblo
Bajo la firma de Orestes, escribió contundentes valoraciones en crónicas dedicadas a diversas puestas en escena, las cuales publicó en la Revista Universal de México. En ellas elogiaba la sencillez de las actuaciones, comentaba argumentos, escenografías y repudiaba la exageración.
“Tiene esta literatura en beneficio suyo la rápida manera con que premia a los talentos: no es como la ciencia, muro de roca escarpadísima, en que el renombre viene cuando la vida se va ya: cautívase en el teatro rápida y memorablemente: el aplauso allí obtenido, no es ya por nadie olvidado: ¿quién ve sin alegría, y vuelve a ver sin placer, al que conmovió su corazón, precipitó sus latidos, halagó su buen gusto, o preñó de lágrimas sabrosas los ojos atentos, nunca más hermosos que cuando se dilatan y lloran?” (Escenas mexicanas en Revista Universal de México, 1875).
En las obras de Martí tienen los artistas de hoy un caudal de enseñanzas y, si de las tablas se trata, necesitan paciencia y dedicación para interpretar sus críticas e incorporar al quehacer cotidiano las valoraciones del Apóstol. “El teatro es copia y consecuencia del pueblo. Un pueblo que quiere ser nuevo necesita producir un teatro original” (Revista Universal de México, mayo 1875).
En coautoría con Luis Alberto Gradaille.
Tomado de: Periódico 5 de Septiembre
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