Dalia Reyes Perera
Sábado, 28 Enero 2023 00:21
A casi dos siglos de su natalicio, José Martí es esa luz imprescindible que nos sigue uniendo en el sueño de construir una Patria mejor. Es el más universal de los nacidos en esta isla, al que siempre tendremos que acudir como asidero para vencer tempestades, desandar los caminos del bien y del futuro de un país que necesita, más que nunca, ver fructificar las semillas martianas.
Martí es la convicción que sostiene el Máster Adolfo Enrique Rodríguez Cima, en estos momentos al frente de la Sociedad Cultural José Martí en Villa Clara y profesor de la Universidad de Ciencias Médicas villaclareña.
“Llegué a Martí por los maestros que tuve en la Enseñanza Primaria y los sucesivos niveles, incluidos mis profesores de la Universidad. Todos me inculcaron el amor por Martí, por su obra, pero, sobre todo, me dieron las herramientas, que es lo más importante para comprender al Apóstol”, dice este hombre, martiano convencido.
También el profesor Rodríguez Cima, quien dirige el Club Martiano de la Universidad Médica de este territorio, insiste en la idea de que a Martí hay que leerlo por Martí, porque “aunque existen artículos e investigaciones sobre su pensamiento, hay que beber de su obra directamente, él sigue siendo el tronco de la cultura cubana, es esa persona que unifica a los cubanos siempre. Hoy más que nunca cobra fuerza esa frase suya magistral del 26 de noviembre de 1891 Con todos y para el bien de todos, una idea que forma parte de nuestra Constitución, pero además un elemento vinculado con la esencia misma de la Cuba actual”, significa el experto.
Martí siempre nos salva
Este pedagogo joven es radical cuando ratifica que “si queremos una sociedad próspera y sustentable, tiene que participar el cubano, y sentir orgullo de ser cubano, sobre todo en estos tiempos en que dirime en diferentes escenarios si Cuba es una sociedad detenida o si puede avanzar, incluso si los problemas migratorios van a fraccionar la identidad del cubano. Ante todas esas circunstancias, Martí es la tabla flotante que nos permite salvarnos a cada uno de nosotros, y sobre todo, sentirnos cubanos, estemos en cualquier latitud, y más que eso, nuestroamericano, a partir de ese concepto que él defendió en su trascendental ensayo Nuestra América en 1891.
En declaraciones a CMHW insiste, “y sobre todo, no se puede entender un buen patriota cubano si no es antimperialista, ese sentimiento que el legó en su obra y en su vida tiene que ser piel que vibra en cada uno de nosotros”, considera el eminente pedagogo.
Para Rodríguez Cima, conservar las virtudes martianas son luces, en medio de tantas preguntas, cuando nos marcan tiempos oscuros. “De las tantas cosas que hay que hablar sobre Martí, yo abrazo sus ideas pedagógicas, ya que soy maestro, también la ética que nos lega para formar un hombre multilateral, un hombre nuevo (al que después se refirió el Che Guevara), un hombre que se debe poner a tono con su tiempo y no quedarse por debajo de su tiempo, que entienda los retos y desafíos del momento que vive para transformar a Cuba”.
Martí, el humanista
El profesor Adolfo Enrique Rodríguez Cima tiene como guías en su vida las enseñanzas de la ética martiana, que, según asevera, deben ser paradigmas para las cubanas y los cubanos de hoy, por eso recuerda anécdotas que permiten entrar a la piel del ser humano que fue nuestro Héroe Nacional.
“Recuerdo la anécdota que nos muestra a esa persona de alta sensibilidad. Fue a un baile con la niña María Mantilla, invitó a bailar a una mujer, y la pequeña le preguntó, al finalizar la fiesta, por qué sacó a bailar a la más fea. La respuesta de Martí fue absoluta: a las feas nadie les hace caso, y es nuestro deber no hacerles sentir su fealdad. Ojalá esta prueba de amor nos guíe hoy para comprender, junto al Maestro Mayor, que las personas deben ser reconocidas por sus virtudes, por sus sentimientos e inteligencia, por su alma. Es la utilidad de la virtud que él defendió en su corta e inmensa vida, y que hoy debemos abrazar para ser mejores cubanos, hombres y mujeres útiles, que hagamos algo bueno cada día en nombre de los demás y de nuestro país”.
Ese es el Martí de todos, el Héroe imprescindible que sigue dando luz a 170 años de su natalicio en esta Cuba que tiene que ser definitivamente “con todos y para el bien de todos”.
Tomado de: CMHW
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