15 de noviembre de 2019.
(Tomado Facebook Oriol Marrero, consejero Embajada de Cuba en Grecia) XIII entrega. Isla de Icaría. Exposición fotográfica “José Martí: con Grecia en el corazón”.
Icaría es una isla ubicada al noreste del mar Egeo, cuyo nombre está asociado al de Ícaro, famoso personaje mitológico y uno de los hijos del arquitecto ateniense Dédalo, renombrado por haber sido el constructor del famoso laberinto del palacio del rey Minos en la isla de Creta.
El laberinto del palacio de Cnosos tenía la función de encerrar al Minotauro, monstruoso animal mitad toro y mitad hombre, fruto de la relación carnal entre la reina Pasifae –esposa de Minos-- y un toro, una venganza que le había impuesto el dios Poseidón al rey Minos, por haberlo ofendido.
Luego de que Dédalo construyera los complicados pasadizos en el palacio de Cnosos, el rey Minos encerró al Minotauro dentro, y para que nadie supiera cómo escapar decidió encerrar también a Dédalo junto con su hijo Ícaro.
Pasado mucho tiempo y buscando cómo escapar al arquitecto se le ocurre la idea de construir unas alas a partir de cera de abejas y plumas de pájaros, con el fin de poder volar como las aves, única fórmula posible de evasión junto a su hijo. Por tanto, se construyeron alas de cera y plumas. Dédalo alertó a su hijo Ícaro de no volar muy alto, porque se acercaría demasiando al sol, provocando que la cera de sus alas se derritiese. Igual, de no volar muy bajo, pues si las alas se mojaban les resultarían muy pesadas. Ícaro fue respetuoso de los consejos de su padre, volando a su lado. Pero solo al principio. Luego empezó a volar cada vez más alto, y olvidando el consejo de su padre, se pegó al sol. La cera de sus alas se derritió, Ícaro cayó al mar. Y se ahogó. Su padre lo recogió y lo enterró al lado de la pequeña isla donde había caído --algunas versiones dicen que en la propia isla--, la que tomaría luego su nombre: Icaría.
El Héroe Nacional cubano José Martí con total certeza conoció este mito, pues se refirió al menos tres veces en su obra periodística y literaria al personaje de Ícaro. No habló del sitio geográfico en sí, es decir de la isla de Icaría, habló de Ícaro, casi un gentilicio, a la inversa.
El 15 de agosto de 1883 Martí publicó un relevante artículo en el periódico bonaerense La Nación, donde menciona a Ícaro. Es tarde, y en aras de no extendernos más de lo preciso será la única mención martiana a Ícaro a la que nos referiremos. Las otras dos tuvieron lugar en su trabajo El poema del Niágara (1883), y finamente en su publicación de 4 y 5 de febrero de 1887, también en La Nación, donde se refiere a la muerte de un ex presidente norteamericano. Los tres trabajos donde José Martí menciona al personaje de Ícaro se recomiendan, no solo por su valor histórico, periodístico, literario o mitológico, sino por su actualidad (Tomos VII, IX y XIII. Obras Completas).