lunes, 17 de mayo de 2021

Cuba: patrocinador de solidaridad mundial y humanismo parte 13

15 de noviembre de 2019.

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(Tomado Facebook Oriol Marrero, consejero Embajada de Cuba en Grecia) XIII entrega. Isla de Icaría. Exposición fotográfica “José Martí: con Grecia en el corazón”.

Icaría es una isla ubicada al noreste del mar Egeo, cuyo nombre está asociado al de Ícaro, famoso personaje mitológico y uno de los hijos del arquitecto ateniense Dédalo, renombrado por haber sido el constructor del famoso laberinto del palacio del rey Minos en la isla de Creta.

El laberinto del palacio de Cnosos tenía la función de encerrar al Minotauro, monstruoso animal mitad toro y mitad hombre, fruto de la relación carnal entre la reina Pasifae –esposa de Minos-- y un toro, una venganza que le había impuesto el dios Poseidón al rey Minos, por haberlo ofendido.

Luego de que Dédalo construyera los complicados pasadizos en el palacio de Cnosos, el rey Minos encerró al Minotauro dentro, y para que nadie supiera cómo escapar decidió encerrar también a Dédalo junto con su hijo Ícaro.

Pasado mucho tiempo y buscando cómo escapar al arquitecto se le ocurre la idea de construir unas alas a partir de cera de abejas y plumas de pájaros, con el fin de poder volar como las aves, única fórmula posible de evasión junto a su hijo. Por tanto, se construyeron alas de cera y plumas. Dédalo alertó a su hijo Ícaro de no volar muy alto, porque se acercaría demasiando al sol, provocando que la cera de sus alas se derritiese. Igual, de no volar muy bajo, pues si las alas se mojaban les resultarían muy pesadas. Ícaro fue respetuoso de los consejos de su padre, volando a su lado. Pero solo al principio. Luego empezó a volar cada vez más alto, y olvidando el consejo de su padre, se pegó al sol. La cera de sus alas se derritió, Ícaro cayó al mar. Y se ahogó. Su padre lo recogió y lo enterró al lado de la pequeña isla donde había caído --algunas versiones dicen que en la propia isla--, la que tomaría luego su nombre: Icaría.

El Héroe Nacional cubano José Martí con total certeza conoció este mito, pues se refirió al menos tres veces en su obra periodística y literaria al personaje de Ícaro. No habló del sitio geográfico en sí, es decir de la isla de Icaría, habló de Ícaro, casi un gentilicio, a la inversa.

El 15 de agosto de 1883 Martí publicó un relevante artículo en el periódico bonaerense La Nación, donde menciona a Ícaro. Es tarde, y en aras de no extendernos más de lo preciso será la única mención martiana a Ícaro a la que nos referiremos. Las otras dos tuvieron lugar en su trabajo El poema del Niágara (1883), y finamente en su publicación de 4 y 5 de febrero de 1887, también en La Nación, donde se refiere a la muerte de un ex presidente norteamericano. Los tres trabajos donde José Martí menciona al personaje de Ícaro se recomiendan, no solo por su valor histórico, periodístico, literario o mitológico, sino por su actualidad (Tomos VII, IX y XIII. Obras Completas).

Dice Martí en, Cartas de Martí. 37 (9:443): “La vida en Venecia es una góndola; en París, un carruaje dorado; en Madrid, un ramo de flores; en New York, una locomotora de penacho humeante y entrañas encendidas. Ni paz, ni entreacto, ni reposo, ni sueño. La mente, aturdida, continúa su labor en las horas de noche dentro del cráneo iluminado. Se siente en las fauces polvo; en la mente, trastorno; en el corazón, anhelo. Aquella calma conventual de las ciudades de la América del Sur, donde aún con dedos burdos pasa las cuentas de su rosario, desde su ermita empinada, el Padre Pedro, --en esta tierra es vida. Se vive a caballo en una rueda. Se duerme sobre una rueda ardiente. Aquí los hombres no mueren, sino que se derrumban: no son organismos que se desgastan, sino Icaros que caen”… Y concluye así este párrafo: “No se ven por las calles más que dos clases de hombres: los que llevan en los ojos la pupila sin lustre de la bestia domada, hecha al pesebre, y los que abren al aire encendido la pupila fiera de la bestia indómita: el manso ejército de los resignados, vientre de la humanidad,--y el noble ejército de los acometedores, su corazón y su cabeza”.

Esta referencia de Martí sobre Ícaro, la manera en que asocia el mito con su propio presente intuye la probabilidad de un nexo simbólico: ¿Alista Martí a Ícaro en el “noble ejército de los acometedores”, de los que "no se desgastan", “de los que caen”, y lo hacen “de cara al sol”?; ¿guardará alguna relación el Verso Sencillo de Martí con el mito de Ícaro, con quien no voló bajo a pesar de las advertencias, y el sol derritió la cera de sus alas?, es que, según Martí, “No me pongan en lo oscuro A morir como un traidor; Yo soy bueno, y como bueno Moriré de cara al sol”.

Es una lírica épica. Lo mismo pasa de cierta manera con Ícaro. Existían varios motivos poderosos, reales y simbólicos, al montar en Icaría el 15 de noviembre de 2019 la exposición fotográfica “José Martí: con Grecia en el corazón. Anótese que, para mayor coincidencia, esta modesta exposición fue montada en la sala de actividades de la antigua alcaldía de Icaría, la cual está ubicada justo frente al monumento a Ícaro en el puerto de la ciudad de Agios Kyrikos, capital de la isla, el cual aparece en las imágenes. Pero ello no fue más que una feliz coincidencia. Algunos amigos griegos, por diversos motivos, dicen que a la isla de Icaría se le conoce como “la Cuba del Egeo”. El hecho cierto es que se trató de una de las aperturas más concurridas y magnéticas que ha tenido esta modesta exposición fotográfica cubana, que promueve el trazado y profundización de los puentes culturales y solidarios entre ambos pueblos, el pueblo de Cuba y el pueblo de Grecia, teniendo como denominador la obra universal y humanista martiana, su estudio y socialización.

El evento fue organizado por la alcaldía de Icaría y la Embajada de Cuba en Grecia, e intervinieron en su apertura el alcalde de la ciudad Nikolas Kalamboyas, que dio la bienvenida a los presentes y alabó la obra de Martí; el concejal Nikos Lardas, que expresó la solidaridad del pueblo de Icaría con Cuba, con su lucha histórica contra el bloqueo, y su resistencia; la embajadora de Cuba en Grecia, Zelmys María Domínguez Cortina que agradeció la presencia y solidaridad en momentos de recrudecimiento del injusto bloqueo de EEUU contra Cuba.

El autor de la muestra explicó brevemente la esencia de su contenido y alcance e invitó a la lectura de los textos martianos, que aparecen en griego y español. Y dedicó esta edición en Icaría a los 500 años de La Habana (que se celebraban por esta fecha), tomando como punto de partida la obra de un hijo de Cuba, y de San Cristóbal de La Habana, y concluyó sus palabras informando a los presentes que esta era la 14ava ocasión consecutiva, desde junio de 2018, que se exhibía una muestra fotográfica sobre Cuba en diferentes ciudades de Grecia, y que más de 25 000 personas habían asistido a dichas exposiciones, y a los conciertos ofrecidos por artistas cubanos residentes en Grecia, que tienen lugar generalmente después de inauguradas las mismas.

Luego de concluida la apertura tuvo lugar una excelente y variada presentación de la artista cubana residente en Grecia Marlen Olano Carreras, quien interpretó un rico repertorio de temas cubanos y latinoamericanos, así como el tema del importante compositor y director griego Mikis Theodorakis (nacido en 1925), Luna de Miel, en lengua griega.

Como es sabido, Mikis es autor de la famosísima obra, Danza del Syrtaki (conocida mundialmente como “Zorba, el griego”, según la película homónima de Michalis Cacoyiannis, donde Antonhy Quinn interpretó el papel protagónico). Y es autor de una enorme, reconocida y relevante obra de talla mundial. Este simbolismo, precisamente en Icaría, embarga doblemente.

Mikis Theodorakis visitó Cuba, ofreció en la Plaza de la Catedral de La Habana un importante e inolvidable concierto como director de orquesta, al cual asistió el Comandante en Jefe Fidel Castro, quien sostuvo una interesantísima y amena charla con Mikis al final del concierto, la cual está disponible en Youtube. También Mikis Theodorakis firmó en Atenas la solicitud al Comité del Premio Nobel para que le sea otorgado el Premio Nobel de la Paz a las Brigadas Médicas cubanas que han luchado y luchan contra el Covid-19 en muchas partes del mundo.

Pero es mayor aún el simbolismo, pues sería precisamente la isla de Icaría uno de los sitios donde Mikis Theodorakis sufrió destierro por sus actividades clandestinas cuando fue capturado por la dictadura militar golpista entronizada en el país en una etapa de su historia, lo que no es tema aquí, salvo para expresar que un objetivo simbólico y un homenaje obligado fue la visita al apartado lugar, a la casita de piedra lejana y solitaria de Icaría, donde sufrió destierro el amigo del pueblo cubano, el descollante compositor, director y artista Mikis Theodorakis.

Subráyese este hecho, sobre todo hoy 9 de mayo de 2021 (ya ayer), día glorioso en que se cumple el 76 aniversario de la victoria sobre el fascismo. La mencionada casita de piedra aparece en las imágenes. Icaría tiene rasgos “pintorescos” que la distinguen, como la broma popular de que sus relojes no necesitan agujas (como se puede ver en una imagen), y tiene también renombre en ciertos indicadores de salud importantes: el pueblo de la isla de Icaría es uno de los más longevos de Grecia y de todo el mundo. Es famoso por su longevidad. Como se verá, no pocos “ícaros” de la tercera edad desplegaron sus alas de amor y solidaridad para volar desde el Egeo al Caribe, la noche inolvidable del 15 de noviembre de 2019: dos pueblos, dos mares, con alas, “de cara al sol”. Gracias Ícaro. Gracias Icaría.

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Tomado de: Cuba MINREX

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