30 de abril de 2021 - 11:04
El periodismo no está concebido para gustar: para esas cosas y en plena esencia, están las novelas rosas
El apóstol de la independencia de Cuba, José Martí, dijo: “Periodismo magno el de quienes en papeles condenados a desaparecer en horas o días, escriben para años.” y es que, como juglar de su época, el ejercicio de la profesión lleva consigo todo el compromiso, no solo con el entorno, el momento o el hecho, sino consigo mismo.
Resulta, cuando menos curioso, el fenómeno de una parte del periodismo actual. Minado de hechos fugaces, de desinformación, de especulaciones y contenido mediocre aupado por la banalidad que pulula en las redes sociales. Medible por “likes” y no por las ampollas que genera. A veces un buen artículo es realmente bueno en la medida que molesta a muchas personas, adaptadas al juego del servilismo y a los aplausos protocolares.
No imagino un periodismo complaciente, carente de jugo o repleto de intereses de terceros. Hay que tener mucho cuidado para no irse, como dice el refranero popular, con “la de trapo”.
Prefiero la palabra áspera, sin adornos, y en ocasiones cítrica. El periodismo no está concebido para gustar: para esas cosas y en plena esencia, están las novelas rosas.
Tomado de: Diario Las Américas
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