miércoles, 12 de mayo de 2021

La Mejorana, encuentro trascendental para la Historia Patria

Nicolás Flores Lafita
05 de mayo de 2021

La cumbre entre José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo es uno de los hechos de la Historia cubana más debatidos por la historiografía, donde se discutió la marcha de las acciones y el camino a seguir en la llamada ¨Guerra Necesaria¨.

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La cumbre entre José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo es uno de los hechos de la Historia cubana más debatidos por la historiografía, donde se discutió la marcha de las acciones y el camino a seguir en la llamada ¨Guerra Necesaria¨.

El 5 de mayo de 1895 tuvo lugar una cumbre entre los tres principales jefes de la llamada ¨Guerra Necesaria¨, José Martí -pensador profundo quien había demostrados sus dotes políticas al crear un Partido que agrupara a los patriotas interesados en la independencia de Cuba y Puerto Rico-; Máximo Gómez– estratega militar con habilidades más que demostradas en la Guerra de los ¨Diez Años¨ y Antonio Maceo– genio político-militar depositario de las banderas caídas de Carlos Manuel de Céspedes, Independencia y Abolición de la Esclavitud, con su legendaria frase ¨No nos entendemos¨ en la histórica ¨Protesta de Baraguá¨.

La reunión es uno de los hechos de la Historia cubana más debatidos por la historiografía, donde se discutió la marcha de las acciones y el camino a seguir en lo adelante.

El ingenio ¨La Mejorana¨ estaba ubicado a 5 km del poblado de Dos Caminos, propiedad de Manuel de la Torre y Griñon, el cual contaba con 39 caballerías de tierra, situado en el partido Jutinicú (Cuartón de Maroto).

Contexto

Cuba y Puerto Rico eran las dos últimas colonias que le quedaban al imperio español en América. Si en el primer cuarto de siglo, los ejércitos libertadores bolivarianos se habían enfrentado en sus guerras a un total de 100 mil efectivos realistas en todo el vasto territorio latinoamericano, a finales del siglo XIX, los mambises se verían obligadas a combatir, como último reducto del imperio español, contra una concentración tres veces mayor en un territorio cientos de veces más pequeño y con potencialidades de hombres muchas veces menor. Si a esto se agrega el claramente identificado desafío que provenía de las apetencias expansionistas del vecino del norte que ya había engullido más de la mitad del territorio del fronterizo México, el gran reto del reinicio de la guerra en Cuba debía ser una estrategia de lucha superior y sistémicamente participativa para sostener su impulso y lograr su objetivo en el menor tiempo posible.

El Hecho Histórico

Sobrevivientes de ese encuentro, testimoniaron que, sentados a la mesa bajo la sombra de un frondoso framboyán, con Gómez en el centro, José Martí a su derecha y Maceo a la izquierda, colocados en el extremo del primero José Maceo y del lado del Titán, Paquito Borrero y José Rabí, el tono de la discusión se tornó ríspido y cortante.

Los tres grandes se levantaron y fueron a una de las habitaciones de la casona, donde se encerraron a discutir sin testigos. Nadie sabe a ciencia cierta qué temas se trataron, ni cuáles fueron las razones y los argumentos esgrimidos por cada uno, solo que tras abrirse la puerta, Gómez y Martí se marcharon del lugar entre soldados resistentes a su paso y durmieron esa noche –si acaso pudieron hacerlo- prácticamente desprotegidos con solo 20 hombres sin experiencias y mal armados, mientras Maceo juntó a sus hombres y se marchó a su campamento.

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Diversos criterios sobre la forma de organizar la lucha armada y el sistema de gobierno se confrontaron en ¨La Mejorana¨.

Cuenta el entonces alférez Ramón Garriga, quien como ayudante designado custodiaba en sus alforjas el diario de campaña de José Martí, que esa misma noche entregó el cuaderno al Apóstol y que al devolverlo, estaban escritos varios pliegos más. Ese mismo día, recapacitando sobre su comportamiento, Maceo envió a buscar a Martí y a Gómez de regreso al campamento y fueron recibidos con toda la tropa formada y los invitó a pasar revista militar, intentando borrar el desaire ocurrido en La Mejorana.

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Resultados del trascendental encuentro

De esta reunión no existe acta ni documentación oficial de los participantes en la que se revele el contenido tratado, por lo que los historiadores plantean diferentes hipótesis. Como por ejemplo que quedó bien definido que José Martí sería el delegado del Partido Revolucionario Cubano, era el máximo dirigente de la revolución y el mayor general Máximo Gómez sería el general en jefe del Ejército Libertador, quien junto con el mayor general Antonio Maceo, conduciría la guerra.

Se dice que durante la entrevista hubo diferentes criterios en relación con la forma de gobierno, ya que Martí propugnaba la formación de un gobierno civil, con un presidente y un consejo o cámara de representantes con amplias facultades, pero sin posibilidad de interferir sobre la conducción de la lucha armada, que estaría regida por la jefatura militar; mientras que Maceo era partidario de una junta de generales con mando y una secretaría general, aspectos estos que quedaron pendientes de resolver por la Asamblea Constituyente de la República en Armas.

Los testimonios de aquella época y las escasas referencias que se han podido acopiar en misivas escritas con posterioridad a ese encuentro, sugieren que en La Mejorana volvieron a aflorar las viejas contradicciones entre el poder civil y el poder militar que dio al traste con la Guerra de los Diez Años.

Maceo defendía un poder militar sin interferencias, con un grupo legislativo que se ocupase de redactar las leyes de acuerdo al momento y que, una vez conseguida la victoria, se conformara el gobierno; pero eso difería de la proyección martiana, que veía la necesidad de un gobierno civilista con funciones bien delimitadas, para el apoyo social a la causa en armas y el impulso para el logro de la ansiada independencia.

También existe la tesis de que en aquella reunión se debatió sobre la invasión a occidente y que Martí insistía en la necesidad de hacerla a la mayor brevedad posible, luego de conformar el Gobierno de la República en Armas en Camagüey. En ese mismo sentido, el posible disgusto de Maceo por el apoyo que el experimentado Máximo Gómez había dado a la idea de Martí de ponerlo bajo las órdenes de Flor Crombet, con quien el Titán de Bronce tenía discrepancias personales, incidente que pudo haber desatado la ira de Maceo la noche anterior.

Todo indica que también se abordó la conveniencia de la salida de Martí del campo insurrecto que Maceo consideraba imprescindible para el apoyo logístico desde el exterior, a lo que Martí se opuso hasta que no lograra llegar al Camagüey, pudiera entrevistarse con Bartolomé Masó y con Salvador Cisneros Betancourt, formara el gobierno y participara en combates.

De cualquier modo, él había sido el organizador de esa guerra y le parecía indigno, no jugarse la vida en los campos de batalla, como así lo escribió premonitoriamente en la famosa carta a su amigo Manuel Mercado: “…ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber —puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo— de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso…”. En esa misma misiva el Apóstol expresó: “…La revolución desea plena libertad en el ejército, sin las trabas que antes le opuso una Cámara sin sanción real, o la suspicacia de una juventud celosa de su republicanismo, o los celos, y temores de excesiva prominencia futura, de un caudillo puntilloso o previsor; pero quiere la revolución a la vez sucinta y respetable representación republicana -la misma alma de humanidad y decoro, llena de anhelo de la dignidad individual, en la representación de la república, que la que empuja y mantiene en la guerra a los revolucionarios”.

¿Qué sucedió en la realidad en la reunión de ¨La Mejorana¨?

Nadie pudo plasmarlo mejor que José Martí, pero lo escrito desapareció. Refiriéndose a esos acontecimientos el historiador Rolando Rodríguez en su libro “Dos Ríos: A caballo y con el sol en la frente”, escribió lo que considero la mejor sentencia sobre lo acontecido: “…No se trataba de que ellos hubieran elegido la empresa, sino que la empresa los había elegido a ellos, porque dada su índole descomunal, ciclópea, para ella se necesitaban leones, y los leones no se acarician. Resultaban los tres, el fino, seductor y genial José Martí; el vigoroso, enérgico y talentoso Maceo; el áspero sagaz y empeñoso Gómez, hombres hechos para mandar y para dirigir, cada uno a su forma, y no para ser mandados. Sus relaciones no podían ser, por tanto, fáciles y eso explica las divergencias. Si ellos hubieran sido de otra forma, posiblemente sus nombres nunca habrían pasado a la historia…”.

Lo que sí testimoniaron sobrevivientes que estuvieron presentes el día en que fueron regresados al campamento Martí y Gómez, es que luego del pase de revista, Martí les explicó el giro que debían tomar las acciones en Cuba y que unos instantes después, los tres hombres se abrazaron frente a la tropa que celebró con gritos de júbilo y alborozo el significativo gesto: la lucha por la independencia y la soberanía de Cuba está más allá de todo y de todos.

A la caída en combate de José Martí en Dos Ríos, el diario de campaña fue entregado a Máximo Gómez tal y como lo dejó escrito José Martí, con todas sus hojas íntegras, según testimonió Ramón Garriga, quien llegó después a grado de coronel. Gómez lo mantuvo siempre a buen recaudo en un cofre de madera junto con el suyo, hasta que 46 años después del incidente y 36 años de su fallecimiento, descendientes de Gómez, en 1941 entregaron ambos diarios para su publicación, el de José Martí como un apéndice del de Gómez. Es en ese momento en que se suscita la polémica de las cuatro hojas arrancadas y de quién pudo hacerlo, un asunto aún sin resolver.

La Mejorana: un capítulo de la histora de Cuba


Tomado de: Canal Caribe (ICRT)

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