viernes, 26 de enero de 2007

Martí y la Mujer.

[24.01.2007]- Actualización 11:00 am de Cuba

Por Fefita Gutiérrez Ferrer

"...¿De mujer? Pues puede ser que mueras de su mordida, pero no empañes tu vida diciendo mal de mujer", escribió José Martí, uno de los poetas más eminentes que dio este Continente. Muchos, quizás sin proponérselo, sino por desconocimiento, han demeritado la imagen de la mujer.

En ocasiones se ha cuestionado la estrecha amistad que existió entre Martí y María Granados, entre él y Carmen Miyares, la madre de María Mantilla. Pero si Martí no hubiera escrito esos versos, ni siquiera nos hubiéramos enterado de que existió algún día. María Granados murió de Tuberculosis, una enfermedad incurable en aquel tiempo.

Sin embargo, pocos se detienen a valorar la profundidad de la visión política de Martí, de su pensamiento revolucionario y la misma potencia renovadora notable en su creación literaria que lo convirtieron en uno de los hombres, quizás el primero, en proyectarse a favor de la emancipación de la mujer e, incluso, avizoró el combate contra la violencia y prostitución femenina.

En la carta que le escribió a María Mantilla, el 9 de abril de 1895, entre otras cosas le infunde conceptos vitales acerca de amor, amistad, delicadeza, respeto, importancia de estudiar y prepararse para el trabajo virtuoso e independiente de la vida, para que la deseen los hombres buenos y la respeten los malos, aspectos que reafirmó en la máxima: "Saber para poder querer".

Nuestro Héroe Nacional se adelantó a la lucha en contra de la discriminación de la mujer; por una cultura de igualdad que las hiciera partícipe de la vida, del trabajo creador en aras de alcanzar medios que vengan de su propia labor, "para que viva a la par del hombre como compañera no como juguete hermoso."

A las muchachas y los muchachos desvinculados del estudio o el trabajo, les sería de mucha utilidad releer esta misiva, para que reflexionen, valoren y aprovechen todas las posibilidades que les brinda la Revolución para elevar su nivel cultural y reinsertarlos a la sociedad.

Vale remitirse también a la importancia que le concedió Martí a la utilidad de la virtud, la honradez y la belleza interior de cada persona, cuando aseguró: "Mucha tienda, poca alma. Quien tiene mucho adentro, necesita poco afuera. Quien lleva mucho afuera, tiene poco adentro." De hecho, la Federación de Mujeres Cubanas, junto a la Comisión de Prevención han trabajado -y aún siguen trabajando- para arrancar de raíz aquellos casos controlados que alguna vez ejercieron la prostitución o constituyen un tendencia real a ejercerla.

El mejor homenaje a nuestro Héroe Nacional estará en aprehenderse del mensaje educativo explícito en estos versos tomados del poema Hierro: "Los amores vulgares envenenan y ofuscan. No es hermosa la fruta en la mujer, sino la estrella."

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