Por: Tony Díaz Susavila / JIT
27 Enero 2023
El Héroe Nacional de Cuba, José Martí Pérez, exaltó la belleza de muchas disciplinas deportivas.
«La esgrima aumenta y ordena la facultad del hombre», escribió el 24 de marzo de 1895 en el periódico Patria, órgano oficial del Partido Revolucionario Cubano, fundado por él en Nueva York el 14 de marzo de 1892.
En ese trabajo da a conocer a hombres como Lorenzo García, quien a través de la esgrima «sin el interés de la fama ni los gustos de la autoridad, todavía encuentra del pan pobre de sus hijos, modo de aportar su porción de pan para la patria».
De ese modo, el más universal de los cubanos reconoce la esgrima como un deporte culto y necesario, con un criterio que tipifica la aceptación de su práctica.
Al arte de asestar golpes sin recibirlos en el combate cuerpo a cuerpo, el Apóstol de la Independencia Cubana lo vincula con la contienda que preparaba contra el yugo español.
Destaca la disposición patriótica de los hombres, capaces de dar su vida por la libertad como un bello y respetable sacrificio humano.
Son principios arraigados en sus convicciones morales, como interpretación de la necesidad de su época, en que enlaza su elevado patriotismo y humanismo.
Martí no fue un competidor, pero estudió hábitos técnicos que demanda el atleta. Entre esos destaca conocer al contrario, así como saber llevar la iniciativa, actuar rápido y seguro.
Quiso el destino que en los albores del siglo XX un esgrimista, Ramón Fonst Segundo, pusiera bien en alto el nombre de Cuba en los segundos juegos olímpicos de la era moderna, obteniendo la primera medalla de oro.
Apodado "el zurdo", Fonst también practicó el boxeo, un deporte que Martí desnudó en Estados Unidos con su sagacidad periodística.
El maestro denunció la crueldad que entonces vivía el pugilismo con magnitud de inhumano, fraudulento y brutal a partir de su comercialización.
El legado literario de José Martí respecto a la cultura física y el deporte es amplio. Habló de nuestro deporte nacional, el beisbol, del balompié, el atletismo, el billar, la equitación, la esgrima, las regatas de vela, el patinaje sobre hielo, del fútbol rugby y el ajedrez.
Del Juego Ciencia se dice que fue el que más practicó, y del beisbol, que conoció en Nueva York, expresó: «…de pelotero como nadie coge la pelota del aire mejor que yo».
Martí comparó los antiguos juegos olímpicos, organizados para demostrar la valentía y la fortaleza de los participantes, con los de la sociedad capitalista, en que prima el afán de lucro, la corrupción y la explotación.
En contraposición, celebró la correcta relación existente entre los ejercicios físicos y la salud mental, como señaló en la sección Constante en el periódico La Nación de Caracas, el 25 de enero de 1882.
Allí Martí da a conocer el proyecto de ley del diputado Becerra al congreso español, en el cual este proponía la declaración oficial de la gimnasia higiénica en las escuelas.
Con ello confirmaba ser amante de la Educación Física, a la que consideraba fundamental en la estructuración de una buena educación. Ese precepto sería defendido por la Revolución Cubana desde su triunfo en 1959, liderada por Fidel Castro Ruz.
Tomado de: Cuba Si
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